XÀBIA. Domingo 28 de mayo de 2023. Dentro de unos días. Los vecinos y vecinas de Xàbia tienen una cita con las urnas y con toda seguridad antes de escoger su papeleta pensarán si quieren una nueva legislatura con el actual alcalde José Chulvi, que sería la cuarta, o quizá si optan con un cambio mediante su sufragio. El actual gobierno del PSPV lleva con esta tres legislaturas en el poder, con lo que ello desgasta, pero quizá hayan hecho más mella en los ciudadanos todos aquellos proyectos que no han visto la luz en estos años. Aunque como contrapartida está la fuerte apuesta social en los años de pandemia con casi 30 millones de euros para familias, empleo, autónomos y pymes, como defiende el actual equipo de gobierno. Todo un gesto de pulmón financiero.
Algunas de las iniciativas se han quedado a las puertas, es decir, no están acabados por cuestión de meses o semanas y otros simplemente por las complicaciones de la legislatura, temporales, pandemia, guerra de Ucrania. Estos son los argumentos que se esgrimen desde el gobierno del socialista para justificar la situación en la que está Xàbia. Es cierto que hay obras paradas, otras a punto de retomarse y otras en un limbo jurídico, pero también es cierto que otras muchas han salido adelante y se han tenido que hacer frente a imprevistos en estos cuatro años, como las ayudas a familias vulnerables en los momentos más complicados de la pandemia y la fuerte apuesta por vivienda social, algo que ya está en marcha y que, si nada falla, en dos años habrá 118 pisos para quienes más lo necesiten.
Xàbia ha trabajado duro en estos años. El área de Contratación y la de Proyectos por ejemplo han pisado el acelerador, encontrándose como contrapeso el incremento de precios de materiales y a empresas que querían más dinero por proyectos ya adjudicados. La tercera legislatura de Chulvi iba a ser la de los proyectos. El alcalde que entró en 2011 se topó con 40 millones de deuda con los que tuvo que lidiar en sus primeros ocho años. Esta cifra se liquidó y de forma paralela se iban haciendo inversiones. De ahí, sus buenos resultados en las citas electorales siguientes. Sin parangón fueron los 14 ediles de 2015 y también una cómoda mayoría absoluta, los once concejales de 2019.
Justo para esta legislatura que ahora acaba se pretendían impulsar todas las reclamaciones históricas de la población. El municipio había dejado atrás la deuda y cuenta con ingresos suficientes para poder llevar a cabo proyectos. Miles de viviendas de segunda residencia que pagan impuestos y hacen uso de servicios unos pocos meses, un casco urbano reducido y buenos ingresos por tasas de obras. Todo esto coloca a Xàbia en una situación privilegiada si no se cometen excesos económicos.
Pues bien, tras tomar posesión en 2019 estaba todo más o menos planeado. Reformas de colegios con el Pla Edificant, construir la piscina cubierta, el auditorio y, de una forma más discreta, avanzar en el Plan General, aunque parece que no es la prioridad del gobierno de Chulvi, como sí lo ha sido en la vecina Dénia. Todos estos proyectos y muchos otros empezaron a andar, pero cuando arrancaba la legislatura llegó el temporal Gloria, a principios de 2020. Los daños fueron cuantiosos tanto en el Montañar como en el Paseo Tenista Ferrer. No se pudo esperar a que llegaran ayudas, había que devolver Xàbia a la normalidad y se gastaron más de 400.000 euros.
Pocas semanas después llegó la pandemia el coronavirus paralizó las vidas del mundo y Xàbia vio sus calles vacías y sus vecinos encerrados. Desde ese momento y durante los dos años y medio siguientes se gastaron 29 millones en evitar que la economía local se paralizara y que las familias con menos recursos pasaran necesidad. Se destinaron seis millones a los hogares vulnerables, 10 para planes de empleo y más de 13 millones para respaldar a autónomos y pymes.
La pandemia se ha dado por superada hace unas semanas y mientras tanto llegó la guerra de Ucrania. Xàbia en cuanto pudo retomó la normalidad, los proyectos que tenía entre manos y las obras que quería sacar adelante esta legislatura, pero la guerra trajo el incremento de precios de materiales y la espantada de empresas en contratas públicas, algo generalizado en la Comunitat. Los abandonos más sonados han sido los de la obra del colegio Trenc d’Alba y el de las obras del Auditorio. La construcción de la piscina estuvo a punto, pero la negociación discreta entre ayuntamiento y mercantil permitió que no parara la obra y que se haya conocido el aumento del coste hace unos meses.
A parte de las ayudas a familias, autónomos y pymes, Xàbia ha tomado dos decisiones, una de ellas sin precedentes, al menos en su entorno. Ha suprimido el recibo de basura de 2023 a todos los vecinos y ha bajado el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) un 17%, lo que viene a ser unos 75 euros por vivienda de media.,
Xàbia quería tener listas muchas iniciativas al llegar a a esta cita electoral, pero las situaciones ya relatadas han permitido que mucho de ellos lleguen a este mayo listos para sacar a concurso o con la redacción de plan de obra revisada para poder adaptarse a actual coyuntura económica.
El faro ha sido uno de los proyectos estrella. Desde 2019 se tiene el proyecto básico. Allí va un centro de interpretación de la reserva marina y del cabo de San Antonio. El plan ha tenido que ser revisado y se ha tenido que elevar la inversión hasta los 1,2 millones para poder sacarlo adelante. Esta iniciativa impide la construcción de un hotel, como se planteó hace unos años. El plan está a punto de salir a licitación.
Xàbia ha sacado adelante, además, la nueva contrata de la basura, para ocho años y enfocada a aprovechar los recursos de forma más eficiente. La intención es centrar esfuerzos en las zonas más pobladas y por épocas, con el fin de dar un servicio óptimo sin descuidar ningún rincón de la localidad.
La piscina está a punto de ver la luz. Si había una reclamación histórica es esta. Los vecinos tienen que ir a nadar a Benitatxell u Ondara, con quienes hay convenio, pero tienen que desplazarse. La obra corrió el riesgo de quedarse también paralizada, pese a contar con una inversión de 4,3 millones. Finalmente costará 5,6. Estará acabada en semanas y se aprovechará el verano para hacer las pruebas del vaso, de los sistemas de caldeo, calefacción, etc.
El paseo del Montañar ha sido otra de las grandes promesas que está avanzada pero que no ha llegado a ver la luz. La llegada de la pandemia generalizó el uso de zonas verdes y dejó clara la necesidad de aumentar este tipo de espacios para el bienestar de todos. En el Montañar, Xàbia sacrificó un carril de circulación y es ahí donde irá un paseo integrado, se hará lo que permita costas, aunque no se sabe aún si habrá arbolado o no. Sólo se tiene claro que será de piedra, unirá el puerto con el Arenal, unos tres kilómetros y costará 1,8 millones. Paga Xàbia, no hay ayudas. También se ha trabajado en la protección de las calas, con el control de accesos.
El puente de la Avenida dels Furs, entre Génova y Duanes, también llega listo para licitar. Será la próxima legislatura cuando se licite la obra. Ya no hay tiempo material. Se costeará con fondos propios y permitirá mejorar la conexión en esta zona y la circulación.
El Auditorio sí que sigue estancado, este es quizá el gran suspenso de Xàbia. No por la gestión local sino por la actitud de las dos empresas que se han llegado a adjudicar las obras. La primera pidió más dinero sin ningún tipo de justificación y hubo que suspender el contrato, la segunda dejó la obra. En cualquier caso, Xàbia cuenta con el aval del Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat en las resoluciones de contratos, tanto en el auditorio como en otras obras.
El Polígono. La zona industrial que se quiere sacara adelanten Catarrojes da pasos muy pequeños. Xàbia cuenta ya con dos parcelas para cuando se urbanice el sector. La idea es tener espacio allí y naves, pero este plan avanza lentamente. Empresas de Xàbia y de toda la Marina piden a gritos suelo industrial. Sin ir más lejos, las local Asevi tuvo que abrir sede en Oliva, donde ya opera al estar a un paso de la N-332 y con enlace a la AP-7 en Oliva y otra conexión a escasos metros de su nave que se está construyendo.
El Plan General es otro de esos proyectos que parece que navegan pero nunca llegan a puerto. El gobierno afirma que tiene ya 40 informes favorables, para la primera parte del documento, la que determina a grandes rasgos por dónde y de que forma crecerá la ciudad. Faltan algunos. Cuando esta primera parte consiga el visto bueno del Consell se pasará a redactar el Plan Estructural, un documento detallado de la carta urbanística. La idea es estar preparados por su la ciudad crece hasta unos 40.000 vecinos en 20 o 25 años.
Xàbia quiere un enlace con la AP-7. Aunque de momento no hay prevista ni inversión ni el Ministerio de Transportes se plantea hacerlo, sí que hay una reserva de suelo entre Gata y Pedreguer para crear una nueva salida. Precisamente es esto lo que ha demorado la unión de zonas industriales de estas poblaciones dentro de un Plan de Reforma Interior (PRI) con el fin de legalizar la zona y contar son servicios.
Para Xàbia una salida de esta vía de gran capacidad puede ser el revulsivo final para situar a la localidad como ciudad referente de un turismo de un nivel adquisitivo alto de países de la Unión Europea y Rusia y donde muchos ciudadanos de Valencia y su entorno tienen su segunda residencia.
Pues bien todos estos proyectos, que están a punto de salir adelante y aquellos otros que aún requieren un empujón son a los que tendrá que hacer frente el gobierno que salga de las urnas el próximo domingo. Obviamente no se sabe cuánto puede cambiar la situación, pero sí se sabe quienes están detrás de las cartas.
En 2019 el PSPV obtuvo once ediles. El PP logró cinco. Compromís obtuvo dos representantes, mientras que Ciudadanos, uno, y Ciudadanos por Jávea, dos.
LOS PARTIDOS Y LOS CANDIDATOS
PSPV. José Chulvi Español.
Partido Popular. Rosa Cardona Vives.
Compromís. Carme Català Caturla.
Ciudadanos por Jávea. Mavi Pérez.
VOX. José Marcos Pons
Podemos. Juan Antonio López.