Sin casa, solventes, enchufados a una red y a un portátil. Así son los nómadas digitales. Buscan experiencias personales y profesionales que les enriquezcan. Nos adentramos en este perfil y en el único coliving de la Comunitat Valenciana: Sun & Co, en Xàbia
ALICANTE.- Quién no ha soñado con vivir una especie de vacaciones permanentes, en un lugar donde no tienes que mirar el reloj, donde no hay plazos de entrega y el tiempo siempre es bueno. La revolución del trabajo no es exactamente este paraíso imaginario, más bien es trabajar en remoto cerca de estas idílicas experiencias. El mundo online ha creado y está fomentando nuevos empleos para los que solo se precisa talento y una buena conexión. Hablamos de los nómadas digitales —profesionales o emprendedores— que quieren exprimir la ventaja de no depender de un horario y de una sede.
En junio de 2015, se hizo pública una encuesta realizada en la Cumbre Mundial de Liderazgo en Londres, donde el 34% declaró que más de la mitad de la fuerza laboral de su empresa estaría trabajando remotamente en 2020. Otro 25% dijo que más del 75% no trabajaría en una oficina tradicional para ese momento. Hoy existen compañías en Estados Unidos, como Basecamp, Buffer, Zapier o Scribd, en las cuales la totalidad de su plantilla teletrabaja.
Un paso o dos más allá de trabajar desde casa es no tener casa. Si tu cliente es global parece lógico pensar que la vinculación física y de proximidad ya no te limita a un punto, pero sobre todo es la sensación de libertad la que lleva por bandera la comunidad de los nómadas digitales. Una de las versiones más auténticas es la que va ligada al prefijo ‘co’ y que acaba en términos ya comunes como coworkers o coliving. Esta última representa un aliado frente a dos de las desventajas de ser nómadas y es romper con la soledad y las barreras de socialización.
La Comunitat Valenciana cuenta con uno de los escasísimos puntos de encuentro que han apostado por esta fórmula. Sun and Co es la aventura de un joven arquitecto de Xàbia, Eduardo Diego, que transformó un caserón familiar del siglo XIX en un moderno edificio para coworkers internacionales. En la aventura, también se ha embarcado Jon Hormaetxe. Un año y medio después, nos ayudan a destripar el perfil de este tipo de profesionales que viven enchufados a su portátil; pero, sobre todo, viven enchufados a un estilo de vida propio.
(Lea el artículo completo en el número 1 de la revista Plaza de Alicante)