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en la frontera / OPINIÓN

Altea decrece, Dolores se desmadra

10/12/2023 - 

Altea está tramitando su nuevo plan general de urbanismo para dar carpetazo al de 1982: es decir, de hace 42 años, tela. El municipio esta regentado por una coalición entre Compromís y PSOE, con el alcalde Diego Zaragozí al frente y el de Urbanismo, José Orozco, en un subfrente vital como es el de la ordenación del espacio que queda en unos de los pueblos con mayor encanto de la Comunidad Valenciana. Ambos son de Compromís y gobiernan con el apoyo de un PSOE bastante disminuido. La idea es desclasificar 8 millones de metros cuadrados (sierra de Bernia, y franja litoral, entre otras áreas) para evitar la dispersión, que el ladrillo no invada todo lo habido y por haber, y que el paisaje rústico alteano sea aún reconocible. Ocho millones de metros cuadrados: bastante.

Esta iniciativa es una especie de cuidados paliativos a la deteriorada franja/litoral de toda la Costa Blanca donde afloran chalés y urbanizaciones por doquier: no hay más que darse un paseo por la autopista desde Alicante hasta Pego/Oliva, o al revés, para observar la depredación urbanística, para comprobar los criterios demoledores que han primado en estas últimas décadas de democracia. Y si matamos el paisaje, matamos a la gallina de los huevos de oro que es el turismo. Un círculo vicioso y perverso en el que el Gobierno local de Altea ha optado por poner freno, por la contención en un entorno bastante viciado (La Nucia, Polop, L'Alfàs del Pi...). Veremos en qué quedan las buenas intenciones de Compromís, ya que la última palabra para ratificar el Plan General (ahora en fase inicial) la tiene la Conselleria de Urbanismo. Y veremos en qué quedan las presiones de tenedores de suelo, urbanizadores y promotores con expectativas ladrilleras.

Tendemos a pensar que la derecha es menos escrupulosa en estas materias aunque el actual Consell (PP y Vox) se ha mantenido firme en la denegación de licencias para megaplantas de energía solar. Altea: me preocupa si el planeamiento global va a bajar al detalle del grave problema que tiene el núcleo urbano con el aparcamiento. Mejor dicho, nulos planes alternativos para aparcar, ya que en días punta es misión imposible. Y en días no-punta también. A mí personalmente se me quitan mucho las ganas de ir al Palau Altea, con una programación cultural más que notable, por ese motivo: por el infierno de aparcar. No sé si debería explorar la opción de coger el trenet... aunque tarde medio siglo en llegar (desde Elche). Medio siglo o siglo entero. Pero bueno: hay intenciones de dejar un poco fuera a Altea del paisaje asalvajado de nuestros municipios costeros (excluyo Benidorm: tienen un modelo óptimo avalado por los más prestigiosos urbanistas, incluido uno de los grandes gurús de la sociología urbanística como Mario Gaviria, fallecido hace cinco años).

El Ayuntamiento de Dolores, municipio de 7.500 habitantes frente a los 22.000 de Altea, vuelve a poner sobre la mesa un proyecto que se arrastra desde hace casi 20 años: un campo de golf y 2.600 casas en terrenos próximo al parque natural de El Hondo. En zona inundable, como se comprobó en las últimas y devastadoras riadas. En este municipio de la Vega Baja gobierna el PSOE, con Joaquín Hernández al frente. El PP ya lo intentó en 2010 pero no tuvo “suerte”. Así de entrada, el megaplan pinta feo. Más feo si añadimos la trifulca que se llevan entre manos PSOE y PP, partido este último que acusa al regidor de oscurantismo y de intereses espurios: están a punto de acabar en el juzgado (al final no llegará la sangre al río, como suele ocurrir en estos casos donde hay mucho dinero en juego).

Lo que es evidente es que Dolores no quiere quedarse al margen de esta especie de eje del mal que transcurre entre Rojales-Guardamar, apestado de urbanizaciones, y que se extiende hasta la Costa oriolana (2.200 viviendas en Cala Mosca), Pilar de la Horadada y Torrevieja (rascacielos a punta de mar). La Vega Baja: un “combi” perfecto de ladrillo y huerta, un binomio que consume mucha agua. Muchísima. En contra de cualquier criterio de sostenibilidad. Estamos en las mismas: matar la gallina de los huevos de oro.

Supongo que los ayuntamientos citados lo ven como generación de riqueza y, fundamental, recaudación de impuestos.  El PSOE apoya criterios de sostenibilidad en Altea y se sale de madre en Dolores. Comparación odiosa que pone de manifiesto que el ladrillo tiene escasa connotación política. No entiende ni de partidos ni de ideologías. Cuando se funda todo el suelo habido y por haber será complicado determinar quién ha inducido todos los estropicios que se están acometiendo o que están a punto de cometerse. Y todos al unísono proclamarán: ¡Pero si yo no he sido!

CODA: Reventón en la presentación del libro El franquismo en Elche de Miguel Ors Montenegro, Juan Martínez Leal y Francisco Moreno Sáez (que ya tiene un tratado sobre el movimiento obrero en Elche). Libro patrocinado por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert de la Diputación de Alicante. Nos quedamos más de cuarenta personas fuera. Miguel, estimado, pidió disculpas en las redes sociales: el reventón era facilísimo puesto que el Ayuntamiento ilicitano les asignó un espacio mínimo, en un rincón del conjunto de La Mercé (Clarisas). No sabemos cuál es la mano que mece la cuna. En fin: tengo el propósito de ojear el libro de casi 500 páginas con letra minúscula. De hecho, ya he empezado un poco. Mientras, Manuel Valero, periodista de formación, poeta y doctor en Literatura, sigue buceando en la escritura de Juan Gil-Albert en compañía del profesor José Carlos Rovira y otros que por fin han aceptado la sabiduría y la calidad de Valero. Gil-Albert, un gran desconocido para el público...

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