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técnicos de consistorios del resto de españa acuden a valència a ver el operativo local

El Ayuntamiento se considera "referente" ante una de las quejas más sonadas: el control de palomas 

5/06/2022 - 

VALÈNCIA. Las demandas vecinales para la regulación poblacional fueron una constante en la edición de este año de los Presupuestos Participativos. Pese a lo que muchos vecinos clamaban desde el espacio web habilitado, en el Ayuntamiento lo tienen claro: "No hay plaga". De esta forma cerraban el debate en el área de Bienestar Animal. Además, tienen claro que València es "referente" en esta cuestión y, por ello, técnicos y regidores de ayuntamientos de Murcia, Mallorca o Álava acudirán en las próximas fechas a ver como se actúa en la ciudad.

Según la memoria de avifauna de 2021, en los distritos valencianos hay alrededor de 24.758 palomas que se concentran mayormente en los barrios contiguos al casco viejo de la ciudad, disminuyendo la presencia cuanto más se adentra uno en el extrarradio. Fuentes institucionales consultadas por Valencia Plaza afirmaron que sí estiman una reducción de la población desde que pusieron en marcha el protocolo que siguen actualmente. Sin embargo, llegar cifras bajas, o al mismo 0%, es un objetivo "irreal".

El volumen de quejas en València, vecinales o institucionales, al respecto sigue siendo "normal" con respecto al recibido años atrás y por ello continúan con sus líneas de trabajo habituales, aunque el foco ahora recae también en los "alimentadores" de palomas. Para Bienestar Animal, esta figura se torna un "problema complicado" por el perfil de la persona que suele ejercer esta función.

Por lo general, suelen ser personas mayores, con algún tipo de "carencia afectiva" o que viven en soledad. Admitieron que, a veces, "da miedo" actuar contra el comportamiento de este tipo de personas, pero muchas veces contrarrestan la labor que hacen los dieciséis dispensadores de pienso esterilizante ubicados a lo largo y ancho de la ciudad.

Las terrazas, nidos de alimentadores espontáneos

La hostelería también está siendo estudiada por Bienestar Animal. El área sopesa llevar a cabo una campaña en colaboración con los bares y restaurantes locales para concienciar a los usuarios del problema que conlleva lanzar trozos de pan o cualquier otro tipo de alimento al suelo para dar de comer a las aves.

Mapa con los dispensadores (rojo) y palomares (azul) de València. Foto: Lokímica/Ayuntamiento de València

La idea que parece que más gusta es la de colocar pegatinas informativas en las mesas de las terrazas resaltando datos que preocupan al consistorio y que van más allá de crear colonias espontáneas en las terrazas con más alimentadores. En muchos casos, la gente arroja lo que tiene a mano sin parar a pensar cuán dañino puede ser para el organismo de la paloma. Un ejemplo claro serían los granos de arroz sobrantes de las tapas o platos de los clientes.

Más allá de ello, otra ejercicio de concienciación propuesto es el de la impresión de trípticos de carácter divulgativo que se distribuyesen por los diferentes barrios.

El protocolo actual de control de palomas

Hasta que el tiempo confirme la implementación de estas hipotéticas medidas, lo cierto es que los técnicos y empresas relacionadas con el Ayuntamiento tienen sus propias herramientas para que el problema "no se exceda". Aparte de los dispensadores mencionados, una de las principales técnicas utilizadas es la de la sustitución de huevos por copias.

Las palomas, como explicaron desde Bienestar Animal, se darían cuenta que algo raro pasa si ninguno de sus huevos eclosiona, por lo que se suelen seleccionar solo unos pocos. De lo contrario, no se conseguiría reducir la natalidad y propiciaría otra puesta en algún otro nido cercano, inutilizando así el trabajo de los especialistas.

Los palomares también tienen presencia en el plan de acción. Con un total oficial de nueve en València, el Ayuntamiento conoce que esta cifra no aúna a todos los existentes. Nueve son los ecológicos impulsados desde la institución, pero la presencia de otros improvisados y naturales en edificios abandonados con ventanas rotas hizo sonar las alarmas y se tuvieron que poner manos a la obra.

Previa visita a un juzgado para obtener el permiso pertinente, los técnicos llegaron a entrar en construcciones dejadas, de propiedad privada, que cobijaban a muchos especímenes. En muchos casos, la presencia de los mismos se notaba por el suelo, lleno de excrementos en tramos de "hasta un metro".

En los creados y acondicionados por el operativo municipal, la población y afluencia de aves muchas veces es irregular, por lo que realizan un proceso de selección de los ejemplares "jóvenes y sin pareja" de las colonias más densas para llevarlos a aquellas donde puedan ayudar a una mejor redistribución de la especie y generen "menos molestia" a los vecinos afectados.

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