MADRID. Los bancos europeos estarán bastante ocupados en 2022 buscando satisfacer las demandas de diversas partes interesadas para optimizar la divulgación de información relacionada con los factores ASG. Las prioridades vendrán determinadas por dos iniciativas regulatorias: la prueba de resistencia climática del Banco Central Europeo (BCE) y la ampliación de la información relativa a los indicadores de riesgo ASG del Pilar 3.
Estas iniciativas acelerarán la definición de los factores en materia ASG, lo que supone un avance muy positivo. El objetivo principal de la integración de los riesgos ASG en la información referente al Pilar 3 es mejorar la recopilación de datos y la transparencia, empezando por el cambio climático. La prueba de estrés sobre el clima a cargo del BCE no está diseñada para determinar aprobados o suspensos, pero se incorporará al proceso de revisión y evaluación de la supervisión y podría influir en los criterios del Pilar 2.
La falta de preparación de los bancos para estas iniciativas podría dar lugar a acciones regulatorias poco estrictas. Ni las iniciativas de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) ni del BCE establecen requisitos financieros vinculantes para los bancos, como umbrales mínimos. Su principal mérito es acotar los vagos conceptos ASG en métricas cuantitativas específicas. Sobre la base de las métricas cuantitativas incluidas en la prueba de resistencia climática del BCE y la ampliación de la información del Pilar 3, han surgido algunas conclusiones clave. Exigir a los bancos que analicen sus balances y midan su alineación con los objetivos políticos los ha transformado en herramientas políticas para transformar la economía.
Incentivar a los bancos para que presten a determinados sectores, es decir, a los 'sectores verdes' de la economía, y limiten su exposición a los 'sectores marrones' (más contaminantes), o incluso los dejen completamente de lado, es una forma de préstamo direccionado, que normalmente sólo se ve con instituciones con una función política declarada, no con bancos comerciales de propiedad privada. Además, exigir a los bancos que examinen sus balances para identificar qué clientes o sectores están mal alineados con los objetivos políticos podría dar lugar a estrategias de evasión.
La lectura de la multiplicidad de iniciativas de la UE para entender cómo se complementan entre sí -o, por el contrario, hasta qué punto se centran en diferentes objetivos, alcances o implican a diferentes partes interesadas en distintos momentos- es compleja.
Por último, el uso de los marcos de las dos iniciativas presenta limitaciones para el análisis crediticio y la evaluación comparativa entre bancos comparables. Una de ellas es la cobertura parcial del riesgo y, en particular, el alcance limitado en términos de cobertura del balance de los bancos. La información del Pilar 3 se centra principalmente en los libros de cuentas. Las exposiciones soberanas están excluidas y sólo se aplica a los mayores bancos de la UE que cotizan en bolsa. Además, el enfoque actual se centra en el cambio climático, que es sólo uno de los factores ASG. El uso de aproximaciones o la posibilidad de optar por diferentes enfoques para producir indicadores de riesgo es otro factor limitante. Si los datos están demasiado agregados, la transparencia se verá afectada.
Nicolas Hardy es director del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings