ALICANTE. Luis Barcala revalida la Alcaldía de Alicante como candidato de la lista más votada en los comicios del 28 de mayo. Su elección ha quedado respaldada por 14 votos: los de los representantes del Partido Popular (PP), sin sumar ningún apoyo externo entre los quince representantes de las tres formaciones que ejercerán funciones de oposición pese al llamamiento "a tender puentes" formulado por el mismo Barcala al pedir apoyos a su investidura. A la postre, como estaba previsto, tras la lectura de las papeletas depositadas en la urna, se ha confirmado que los 8 nuevos ediles de PSOE han votado a Ana Barceló; los cuatro regidores de Vox han respaldado a su líder, Carmen Robledillo; Compromís ha sumado dos papeletas en favor de Rafa Mas y, por último, Manolo Copé, de Unides per Alacant, se ha votado así mismo. Un resultado que ha permitido que Barcala haya jurado el cargo.
De este modo, el PP con Barcala al frente retiene el poder de la segunda ciudad de la Comunitat tras acumular un bagaje de cinco años de gobierno y con la voluntad de completar la "transformación de la ciudad" emprendida en ese primer ciclo político, según ha defendido el ya alcalde electo en su discurso de toma de posesión. Ahora, Barcala contará con otros cuatro años por delante para la consecución de ese fin. En esta línea, en ese discurso una vez ya investido alcalde ha incidido en la necesidad de avanzar en una triple transformación, física, estructural y social, sin anticipar ninguna iniciativa concreta. Sobre la transformación física, ha abundado en el objetivo de modernizar la ciudad, para convertirla "en una urbe amable, acogedora, tolerante, respetuosa con su entorno natural y patrimonial, con sus tradiciones. Diseñada para ser vivida". Respecto a la transformación estructural, ha remarcado que resulta necesario reforzar "nuestra economía y la haga mas resistente, para crear empleo de calidad, con la que se generen oportunidades, se retenga el talento y nuestros jóvenes tengan futuro". Y, por último, sobre la transformación social, ha abogado por conseguir que se cierren "brechas entre las personas" y en configurar un modelo "que sea sensible a las minorías y protectora con los más vulnerables, que permita la igualdad y el equilibrio entre nuestros barrios. Una Alicante volcada en los alicantinos, todos, sin excepción, en el que se defiendan los derechos y libertades individuales", ha anticipado.
En este sentido, ha incidido en que su propósito es que "Alicante siga avanzando". "Quiero que sea una ciudad más amable, más limpia, más verde, más segura, con más centros culturales, deportivos, artísticos, con más oportunidades para los jóvenes, los emprendedores, las empresas, generadora de empleo, dignidad e ilusión, que proteja a las familias, a los mayores, a los niños, a los más desfavorecidos... En definitiva, una ciudad de la que los alicantinos nos sintamos orgullosos, en la que podamos ser profetas en nuestra tierra, y una ciudad, Alicante, en la que todos quieran y vengan a vivir, a trabajar, a disfrutar...", ha recalcado.
En ese camino, requerirá de la complicidad de los grupos opositores. Con sus 14 concejales en una corporación de 29 representantes, el PP no dispondrá de mayoría absoluta por lo que quedará sujeto a la negociación de acuerdos puntuales con el resto de fuerzas, en una situación que ya se ha registrado en el mandato precedente, entonces bajo un bipartito formado hasta ahora por PP y Ciudadanos (Cs), a cuyos ediles Barcala ha agradecido expresamente su dedicación (con alusión concreta a la ya exvicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez en su primera intervención). A esa situación de inferioridad numérica respecto al conjunto de la oposición se ha referido el mismo Barcala también en sus primeras palabras ante el pleno, al señalar que "el pasado 28 de mayo hablaron las urnas y en ellas los alicantinos expresaron su voluntad". "60.000 alicantinos dijeron que querían que fuera el Partido Popular quien gobernara y lo hiciera con 14 concejales, 5 más que los obtenidos en 2019 y 6 más que la siguiente fuerza política. Mi agradecimiento para los que nos votaron, pero también para los que aunque no lo hicieron ejercieron su derecho democrático de votar".
"Nos han votado mayoritariamente, nos han permitido seguir gobernando ahora en solitario pero no nos han votado todos los alicantinos, y somos conscientes de ello. Asumimos con la máxima responsabilidad el gobierno y esa responsabilidad implica buscar con el diálogo permanente el consenso en todos aquellos asuntos de ciudad", ha dicho. No obstante, ha añadido que "tampoco me es extraño e incómodo. Goberné de 2018 a 2019 con solo 8 concejales de 29 y llegamos incluso a aprobar los presupuestos de 2019. Y los últimos cuatro años, con todas las complicaciones sobrevenidas de nuevo con 14 concejales hemos sacado la ciudad adelante. No será diálogo y busca de consensos lo que faltará tampoco en este mandato", ha recalcado en esas primeras palabras.
De ahí que, una vez investido alcalde, el primer edil haya vuelto a tender la mano a los ediles de PSOE, Vox, Compromís y Unides per Alacant para alcanzar consensos, después de haber rechazado el ofrecimiento formulado por Vox en la ronda de contactos para la investidura para armar un gobierno de coalición sólido y estable de 18 concejales, a semejanza del pacto alcanzado entre los dos partidos para formar el nuevo Consell. Así, en ese segundo discurso ha incidido en la "humildad" con la que prevé afrontar su responsabilidad. "Hemos ganado, sí. Hemos recibido el mayor respaldo, sí. Pero también hay quien no nos ha votado. Hemos obtenido una mayoría suficiente para asumir la responsabilidad de gobernar en solitario, pero no podemos, ni debemos hacerlo solos. Necesitamos apoyos, y los buscaremos y los obtendremos. Ese es el mandado de los alicantinos: gobernar, si, pero desde el diálogo, buscando el consenso y alcanzando amplios acuerdos", ha enfatizado. De ahí que haya insistido en prometer que mantendrá esa actitud de mano tendida durante todo el mandato: "Necesito la ayuda de todos, de todos los concejales, sean del grupo que sean, a los que hoy, desde aquí, les tiendo la mano para que me ayuden a conseguirlo, mano que seguiré tendiendo durante toda la legislatura, y que estoy seguro de que por el amor que ellos también siente por Alicante, aceptarán", ha dicho.
Eso sí, como también ha subrayado el mismo Barcala, en esta nueva etapa contará con garantías de cooperación de la propia Generalitat una vez confirmada la alineación política en los gobiernos de las dos administraciones. Se trata de un sustento que Barcala ha considerado clave después de años de reivindicaciones por la llegada de inversiones en infraestructuras que, como viene incidiendo a lo largo del mandato precedente, no se han materializado. "Tengo confianza absoluta en el cambio que se avecina. Carlos Mazón, al frente de la Generalitat se ha comprometido a revertir esta situación, está comprometido con ésta que es su ciudad y que en el camino que hoy aquí iniciamos no seguiremos haciéndolo solos. Gracias Carlos porque solo tu apoyo desde la Diputación ha sido nuestra compañía", ha dicho.
Por lo pronto, el consenso no se antoja fácil, pese a que el primer edil ha insistido en su intención de dirigir "un gobierno para todos, un gobierno para Alicante". Los cuatro líderes de las fuerzas opositoras han recogido el guante y han anticipado su voluntad de cooperación por "el interés de Alicante" en sus respetivos discursos previos a la elección de alcalde, aunque también han advertido sobre su intención de bloquear aquellas decisiones que, en su opinión, no encajen en ese objetivo. Así, la cabeza de lista del PSOE, Ana Barceló, se ha dirigido expresamente a Barcala para advertirle de que "los ciudadanos han decidido democráticamente que sea usted el alcalde de esta ciudad. Pero eso no significa que le hayan dado un cheque en blanco. Debe de actuar con transparencia, diálogo, haciendo un buen uso de los fondos públicos y utilizando los resortes de la institución municipal a favor de los intereses de todos los ciudadanos y no de intereses partidistas. Si se aleja de estos principios nuestra posición será beligerante", ha señalado.
En parecidos términos se ha pronunciado la portavoz de Vox en su propio discurso. Robledillo se ha dirigido igualmente al primer edil para apuntar que "nos tendrá al lado cuando el camino coincida y enfrente cuando tengamos puntos de vista distintos, pero siempre, siempre, compartiendo lealtad con los alicantinos". Un aviso que llega después de cuatro años en los que Vox ha venido respaldando gran parte de las iniciativas de gobierno promovidas por el bipartito que conformaron PP y Ciudadanos (Cs), salvo por lo que respecta a asuntos concretos como el proyecto de implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), sobre la que -en esta ocasión- Robledillo no se ha referido de forma expresa.
También ha subrayado esa voluntad de colaboración el líder de Compromís. Especialmente, con el fin de evitar que el PP acabe sustentando su gestión en los votos de Vox. Así, Mas ha sostenido que "desde mi grupo Compromís le ofrecemos lealtad institucional y un trabajo serio y riguroso, para trabajar en favor del interés general y la justicia social, y diálogo para consensuar lo que sea más beneficioso para Alicante, con el fin de que usted no tenga la tentación de pactar con los ultras que niegan la violencia machista, el cambio climático y la evidencia de la ciencia, con quienes vinculan de forma peligrosa y sucia la inmigración con la delincuencia".
Y, por último, también ha deslizado ese ofrecimiento, sin olvidar el tono reivindicativo, el representante de Unides per Alacant. Copé ha remarcado que "renovamos nuestro compromiso de seguir llevando a las instituciones las voces discordantes con el modelo económico actual y la reivindicación de una democracia real y participada. Apoyaremos en esta corporación defender el reequilibrio territorial en el ámbito local; todo el vecindario, independientemente de cuál sea su barrio o partida rural de residencia, debe tener acceso a los mismos servicios y a la misma calidad de vida", con la advertencia de su pretensión de defender el ideario contenido en el programa con el que la confluencia electoral concurrió a las urnas.
Sea como fuere, en su discurso de toma de posesión, Barcala también ha resumido algunos de sus principales objetivos del próximo mandato entre los que ha citado el refuerzo de la cooperación institucional con otras administraciones, a la espera del resultado que pueda deparar las elecciones generales del próximo 23 de julio. "Vamos a establecer grandes alianzas territoriales: con la Generalitat Valenciana y con el Gobierno de España. Pero también con nuestro entorno comarcal. Vamos a incrementar los proyectos conjuntos con los municipios de l'Alcantí que ya, a través de la Mancomunidad, tenemos en marcha", ha dicho. Entre ellos, ha citado "la mejora de nuestra red de tratamiento de aguas y aprovechamiento de los recursos hídricos comunes, el corredor verde del Monnegre, la red de puestos de recarga eléctrica para vehículos y la mejora de las conexiones viarias".
De igual modo, se ha referido a la necesidad de potenciar el eje Elche-Alicante-Elche", otra de las viejas aspiraciones que se ha puesto sobre la mesa en reiteradas ocasiones en los últimos años y que no ha experimentado avances significativos más allá de las declaraciones de intenciones. Ahora, no obstante, podría abrirse una nueva ventana de oportunidades toda vez que Elche también pasará a tener un alcalde del PP, con Pablo Ruz al frente, tras el acuerdo de gobierno suscrito con Vox. En esta línea, Barcala ha señalado que "impulsaremos el diálogo estable y permanente para que ese eje se convierta en el principal motor económico y social de nuestra Comunidad Valenciana".
El acto ha comenzado con el llamamiento de los concejales (en primer término, los del PSOE, seguidos por los de Compromís, Vox, PP y, por último, el único representante de Unides per Alacant) y la constitución de la mesa de edad, presidida por el socialista Miguel Castelló como el representante de mayor edad y por la edil de Compromís, Sara Llobell, en funciones de secretaria, como la más joven la toma de posesión de los 29. Después se ha procedido a la toma de posesión de los concejales con la imposición de las insignias correspondientes, bajo la fórmula de la jura o promesa del cargo.
Los 29 nuevos representantes municipales son, por el PP: Luis Barcala, Manuel Villar, Rocío Gómez, Toni Gallego, Ana Poquet, Julio Calero, Mari Carmen de España, Toño Peral, Lidia López, Cristina García, Cristina Cutanda, Nayma Beldjilali, Carlos de Juan y María Begoña León. Por el PSOE: Ana Barceló, Emilio Ruiz, Silvia Castell, Eduardo Rodríguez, Trini Amorós, Miguel Castelló, Victoria Alba Melgosa y Raúl Ruiz. Los cuatro nuevos concejales de Vox son: Carmen Robledillo, Mario Ortolá, Óscar Castillo y Juan Utrera. Los dos representantes de Compromís son Rafa Mas y Sara Llobell. Y el único representante de Unides per Alacant será Manolo Copé.
El cierre del acto ha llegado con la interpretación de los himnos oficiales de Alicante, de la Comunitat Valenciana y de España. La investidura ha contado con la participación de 218 invitados, distribuidos entre el Salón Azul contiguo al salón de plenos y el vestíbulo principal del edificio consistorial. Entre ellos, figuraban la consellera de Innovación, Universidades y Ciencia, Josefina Bueno; el síndic de Greuges, Ángel Luna; y la rectora de la Universidad de Alicante, Amparo Navarro; así como distintas autoridades civiles y militares o empresarios como el CEO de Vectalia, Antonio Arias, o la representante de Hosbec en Alicante, Victoria Puche, entre otros.