El ‘nuevo’ Benavent reniega de sus confesiones y las achaca a promesas de la Fiscalía

VALÈNCIA. La declaración de Marcos Benavent el exgerente de la empresa pública de la Diputación de Valencia en el primer juicio del caso Imelsa completó el giro en su estrategia de defensa. El autodenominado en su día ‘Yonqui del dinero’ se desdijo de sus declaraciones anteriores que sustentan este y otros casos y las achacó a una oferta de la Fiscalía para rebajar sus penas con la promesa de no entrar en prisión pero también a diversas presiones y a no encontrarse en algunas ocasiones “en plenas facultades”.

Además, aseguró, como ya había dicho en su última declaración y como señaló en una entrevista que sus grabaciones a muchos de los acusados en el ‘caso Taula’ del que cuelga esta y otras causas fueron “manipuladas” por él mismo, negó que Imelsa pagara campañas electorales del PP en 2007 y 2008 y trató de sembrar dudas en las pruebas de la instrucción del caso del expresident de la Generalitat Eduardo Zaplana. 

La declaración de Benavent llega, en cualquier caso, después de que su nuevo abogado, Juan Carlos Navarro, admitiera en la primera sesión del juicio que su defendido no tiene “credibilidad” tras haber cambiado su declaración. También llega después de que el exgerente haya avisado que no contestará a las preguntas de la Fiscalía.

“Quiero pedir perdón a tanta gente a la que le he hecho daño. Fueron en circunstancias especiales, (mis declaraciones estuvieron) manipuladas por mí en connivencia con mi ex defensa y con la Fiscalía. Se me ofrecieron rebajas sustanciales de pena y no entrar en prisión”, señaló.

Benavent dijo que cinco minutos antes de su primera declaración en otro caso, la Fiscalía contactó con él. “Me dijeron que estaban en una investigación muy profunda, que si colaboro me van a rebajar hasta dos grados y que no ingresaré en prisión”, apuntó. 

“Se hace un guión de esta colaboración con mi exabogado. La idea era contestar a todo que sí. La cuestión era perjudicar a la mayor gente posible, sean políticos, empresas, personas, partidos politicos… a todo el mundo. Tenía que decir que sí a todo, perjudicar a la mayor gente posible para que la causa cogiera volumen y salpicara a todo el mundo”, añadió. ¿Se sintió presionado? Le preguntó una de las defensas. “Por decirlo de alguna forma, sí”. Sentenció.

Anular las grabaciones y salvar a Zaplana 

Pero fue más allá y aprovechó sus primeras declaraciones para afirmar que las grabaciones sobre las que giran este y otros casos fueron manipuladas por él mismo… y para tratar de ayudar al exministro y expresident de la Generalitat Zaplana, principal acusado de la trama Erial en una caso que tiene su origen en unos papeles encontrados en el despacho de Benavent.

“Para mí el registro a mi despacho de abogados es ilegal”, deslizó sin que se le preguntara. Además, dijo que cuando se detuvo a Zaplana se le llamó a declarar, algo que hizo en contra de los intereses del exlíder del PP. 

“No me encontraba del todo bien, no estaba en mis plenas facultades. El día que detienen a Zaplana me dicen que vaya a declarar y yo había estado toda la noche sin dormir con unos amigos”, afirmó.