VALÈNCIA (EP). Bioparc Valencia despide el verano con el nacimiento de un blesbok en la zona que recrea la sabana en la estación de lluvias, según ha informado el parque en un comunicado.
El parto tuvo lugar la madrugada del día 20 y desde entonces el equipo técnico ha decidido que madre y cría, acompañadas de otra hembra y su cría de hace unos meses, permanezcan en una zona acotada del recinto exterior.
El objetivo es garantizar su bienestar y que la crianza siga desarrollándose con normalidad, asegurando la máxima tranquilidad para la entregada madre. Dada la positiva evolución, ya se ha realizado la rutinaria primera revisión veterinaria que incluye la identificación del animal con microchip y crotal y se ha confirmado que se trata de una hembra.
Si todo sigue según lo previsto, la próxima semana ya se podrá ver cómo destaca blesbok entre jirafas, diferentes especies de antílopes como impalas, Kobos o gacelas Thomson y exóticas aves como los jabirús, la cerceta del Cabo o los ibis sagrados.
La chivita es fácilmente reconocible por su color crema mucho más claro que los adultos, que presentan un intenso tono marrón rojizo. La pequeña continuará sus correteos por toda la pradera imitando a sus "hermanos" y siempre bajo la atenta mirada de la madre, que seguirá brindándole todas las atenciones durante un tiempo.
El grupo de blesbok (Damaliscus pygargus phillipsi) de Bioparc está formado por diez individuos: un macho, cuatro hembras adultas y cinco crías y, con este último parto, se concluye el ciclo anual de nacimientos.
El parque participa activamente en el programa internacional para su conservación (ESB) con varios nacimientos cada año que, al llegar a adultos, se trasladan a otros parques para continuar el proceso de preservación de la especie.
Este antílope está incluido en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en estos momentos catalogado como 'Preocupación menor'. Estuvo al borde de la extinción en el siglo XIX, cuando resultaba un atractivo trofeo en las cacerías masivas. El número total llegó a ser crítico, con unos 2.000 individuos. La alarma internacional frente a esta situación y los esfuerzos por su preservación han motivado que ahora sea un ejemplo de exitosa recuperación, con una población de más de 55.000 individuos que sigue incrementándose.
Los blesbok se distinguen por las llamativas marcas blancas que vemos en sus rostros y por tener tanto los machos como las hembras unos cuernos largos y curvados con forma de lira.