Se marchó a realizar su más larga regata uno de los marineros más importantes que teníamos en España. Se marchó Manel Casanova, nuestro segundo padre, nuestro compañero de singladura, nuestro mejor amigo… Un hombre de mar con mil y una anécdota que cuando contaba nos dejaban embebidos. Manel era un hombre importante en la sociedad valenciana. Un hombre bueno que amaba a su familia y a su tierra. Nunca tuvo miedo a nada y su frase favorita era: “Hay que tirar para adelante como sea sin mirar atrás”. Presidente del Real Club Náutico de Valencia durante 26 años, inventor del Trofeo de la Reina y propulsor principal de la sede de la Copa América 2007.
Navegante empedernido, con su media tonelada 'Burlón', surcó una y mil veces los campos de regata de El Saler, donde a él le gustaba navegar y donde compartía con unos pocos privilegiados sus historias de abogacía y de náutica. Un verdadero lobo de mar que nos arropaba bajo sus brazos. Tertuliano empedernido a la sombra de un gin tonic con almendras, Manel puso su semilla de hombre sabio entre nosotros y siempre recordaremos esa sonrisa optimista que enseñaba a todas horas.
Con su inseparable Juan Moreno brilló en los Desafíos a la Copa América de 1995 y 2000, llevando al Real Club Náutico de Valencia a muy altas cotas de popularidad y prestigio. Tanto fue así, que acometió, con la ayuda del ex ministro Jordi Sevilla, la ampliación del Real Club Náutico de Valencia porque entendió que Valencia debía dar la cara al mar y dejar, de una vez por todas, de estar de espaldas. Así se lo transmitió una y mil veces a Rita Barberá y a Francisco Camps.
Le hizo el trabajo sucio a Camps y Barberá en numerosas ocasiones y fue recompensado con un intento de ninguneo injusto que jamás pudieron llevar a cabo, ya que todo el mundo sabía quién era el artífice real de las cosas. Muy respetado en el Yacht Club de San Diego, donde al entrar con su imponente blassier le ponían la alfombra roja y el mítico Dennis Conner le sentaba a su mesa.
A Manel nunca se le ha reconocido oficialmente su gran implicación en la consecución de la Copa América por parte de la ciudad deValencia, pero los hechos son los hechos y el que firmó el fax ofreciendo Valencia a Ernesto Bertarelli fue Manuel Casanova, el que invitó al magnate suizo a visitar Valencia y el Real Club Náutico fue Manel Casanova, y sus dotes de convicción hicieron el milagro. Valencia iba a entrar en el mapa del mundo y, como decía él, “sin el Club Náutico de Valencia, esto no habría sido posible”.
Por primera vez en la historia consiguió que dos grandes Desafíos y el Desafiante compartieran bases en un club. Alinghi, BMW Oracle y Prada como Sindicatos de Copa América tuvieron un sitio en el Náutico de Valencia, compartido también con ACM, mientras acababan las obras de la dársena Juan Carlos I. Hecho histórico, que jamás ha vuelto a repetirse.
También inventó el Trofeo de la Reina. Organizó la Copa Almirante Marcial Sánchez Barcaiztégui, en homenaje a la Armada Española, y fue él junto a Marcial los que se desplazaron a La Zarzuela a pedirle a la Reina Sofía que accediera a llamar a la regata con su nombre. Con él de presidente no había año que la Reina Sofía no participara de alguna manera en la entrega de premios, así como tampoco existía un año en el que por entonces Príncipe de Asturias no regateara en El Saler.
Se ha marchado Manel Casanova a los 87 años y nos deja una huella muy grande. Su legado es ejemplo para los más jóvenes y sus enseñanzas han sido para los que siempre le hemos querido, hemos confiado en él y hemos estado a su lado.
¡Descansa en paz, presi!
Por Pedro Sardina