Cárnicas La Cope paraliza su actividad y anuncia un despido colectivo en matadero y sala de despiece

VALÈNCIA (EFE). Cárnicas La Cope, de Torrent (Valencia), ha paralizado su actividad y ha anunciado al comité de empresa el despido colectivo de los 240 trabajadores de plantilla, que se ocupaban del matadero y la sala de despiece para suministrar a la fábrica de embutidos de la firma.

El anuncio llegó la semana pasada de forma repentina y el pasado miércoles vaciaron la nave de mercancía, si bien los trabajadores continúan acudiendo a la industria todos los días para no ser despedidos, según informan a EFE fuentes de CCOO, que tiene la representación mayoritaria en el comité. La Agencia EFE no ha conseguido la versión de la empresa sobre este asunto.

El despido afectará a unos 240 trabajadores pero en conjunto son unos 300 empleados entre la plantilla y servicios de limpieza y reparto.

La empresa ha entregado este lunes al comité la documentación justificativa, que el sindicato va a revisar para dar una respuesta en la reunión prevista mañana martes, previa a iniciar el periodo de consultas del despido.

El sindicato reclamará las mejores condiciones para los trabajadores, algunos de ellos con más de 30 años trabajados en la empresa, que está dispuesta a pagar los despidos.

Según CCOO, la empresa ha asegurado que los problemas vienen desde hace un año, cuando el comité reclamó la remuneración de los domingos y dejó de trabajarlos si no se cobraban, como marca la ley, afirman fuentes del sindicato.

El matadero y la sala de despiece suministran carne de cerdo a Embutidos La Cope, del mismo dueño y situada en el mismo polígono del Mas del Jutge de Torrent, así como a los supermercados Consum, Cárnicas Serrano y a unas 2.000 carnicerías.

Ahora, con la actividad paralizada, se ha firmado un contrato con El Pozo para suministrar la materia prima a la fábrica de embutidos.

Desde CCOO lamentan que el anuncio de despido colectivo ha sido "de un día para otro" y la empresa no está actuando "con humanidad" ya que "ha cerrado la puerta en las narices" a trabajadores que llevan más de 30 años y "no les han dicho ni una palabra".