VALÈNCIA. (EP) Casa Caridad ha realizado las 454.227 atenciones en 2019, la cifra más alta de los últimos cinco años tras crecer un 4,8% más que el ejercicio anterior y un 18 desde 2015. Este incremento se debe al incremento de servicios que cada año ofrece esta ONG y que permiten atender tanto a la bolsa crónica de personas en riesgo de exclusión social como a nuevos usuarios que requieren protección internacional, sobre todo de Latinoamérica.
El presidente de la entidad, Luis Miralles, y la gerente, Guadalupe Ferrer, han presentado este jueves el balance social de 2019, que junto a los datos de los primeros meses de 2020, apuntan a un crecimiento de las actuaciones por los problemas internacionales y la incertidumbre económica.
Por ello, Miralles ha pedido a València que el 6 de marzo sea el Día de Casa Caridad, coincidiendo con la fecha en la se constituyó la asociación en 1906, y los valencianos "se vuelquen" con los actividades que se han organizado bajo el hastag #24hconCasaCaridad para seguir manteniendo los servicios y acometer nuevos proyectos.
Para ello, por primera vez en su historia, durante tres días, 30 voluntarios saldrán a la calle, en el centro de València, donde se realizará una suelta de globos simbólica en las escaleras del Mercado central, y en los Hospitales Clínico y General para captar nuevos socios y llegar a los 5.000 socios --ahora se está por debajo de los 4.000-- que permiten asegurar una financiación estable para poder seguir abriendo sus puertas las 24 horas los 365 días al año, lo que supone una inversión diaria de 13.000 euros.
Por otra parte, ha comentado que, como todas las fiestas, en Fallas se prevé un fuerte aumento de las atenciones de comedor porque los servicios municipales y del resto de instituciones o cierran o reducen horarios. Miralles ha asegurado que se atenderá a este incremento, aunque sea proporcionando una bolsa con un pic-nic.
Asimismo, ha comentado que la institución sigue todas las instrucciones de las autoridades sanitarias ante la epidemia de coronavirus.
El 90% de las personas que acuden a la Asociación están en edad laboral -entre 18 y 65 años-, sin ningún tipo de ayuda o con rentas que solo les permiten cubrir una parte de sus necesidades. En total, el año pasado se registraron 45.796 pernoctaciones en los albergues de Pechina y Benicalap, un 3,2% más que el ejercicio anterior, que han registrado un nivel de ocupación cercana al 100%.
Uno de cada cuatro usuarios del albergue para personas sin hogar de Pechina han sido valencianos, mientras que el porcentaje de extranjeros y españoles es del 50%.
Miralles ha avanzado que en mayo prevén abrir el nuevo proyecto Fénix Sanchis Bergón, un edificio con ocho viviendas supervisadas con capacidad para unas 40 personas que quiere ser "la pista de despegue" para que los usuarios logren su "reinserción plena". Este inmueble, que ha supuesto una inversión de 1,5 millones, está así destinada a personas que tras pasar por los albergues y los programas de recuperación, están en una última fase de adquirir su independencia.
Al respecto, Ferrer ha lamentado que "cada vez más la exclusión social tiene rostro de mujer" y es "triste que la paridad se encuentre aquí". Así el 40% de las personas alojadas en los albergues son mujeres que llegan solas o acompañadas de sus parejas e hijos.
Por ello, ha explicado que uno de los objetivos de la Asociación con Fénix Sanchis Bergón es destinarlo a familias para reproducir las condiciones de un hogar. Esta ONG realizó el año pasado cerca de 7.500 actuaciones en el marco del Programa Escuela-Familia, y ayudó en la búsqueda de empleo, vivienda o formación a los padres y madres de los 165 niños de entre 1 y 3 años de las Escuelas Infantiles.
Del mismo modo, Casa Caridad repartió 344.527
raciones de alimentos en 2019, un 5,1% más. En concreto, cada día se atendió a cerca de 400 personas su comedor, de los que el 75% son migrantes, una cifra ligeramente superior al año anterior.
Miralles ha constatado el aumento de personas que llegan de países en zona de conflicto solicitando protección internacional, un perfil que no es el que les corresponde, especializado en la exclusión social, pero ha recalcado que "Casa Caridad nunca deja a nadie sin comer".
Respecto al 2018, han descendido los usuarios procedentes de países de Europa del Este, mientras que ha aumentado un 60% las personas de Latinoamérica, destacando el crecimiento de El Salvador, Nicaragua, Honduras, Colombia o Venezuela.
En ese sentido, prevé que sigan aumentando las atenciones a extranjeros más usuarios por la crisis humanitaria que se vive en la frontera entre Grecia y Turquía o a la guerra en Siria. "Aquí no preguntamos de dónde vienen lo único que nos importan es una persona necesita ayuda", ha apuntado.
Miralles ha insistido en la necesidad de seguir creciendo en socios para atender el presupuesto de 4,5 millones anuales que necesita para cubrir gastos de funcionamiento y seguir ampliando su plantilla compuesta por 70 personas, el 90% de ellas fijas.
Al respecto, ha apuntado que han recibido petición para abrir una Casa Caridad en Castellón y en pueblos de Valencia, pero ha explicado que el ámbito de actuación de la ONG es el cap i casal y que solo puede ofrecer asesoramiento.