De Benicalap a Ruzafa: el pequeño comercio que permanece abierto

5/04/2020 - 

VALÈNCIA. Esta semana, Valencia Plaza explicaba a sus lectores cómo el decreto del estado de alarma, así como la falta de turistas, bares y restaurantes, está afectando al pequeño comercio del centro de la ciudad. Pero València no es solo el Mercado Central y la plaza del Ayuntamiento, así que visitamos al pequeño de comercio de dos barrios completamente diferentes.

La primera parada fue Benicalap, desde donde cruzamos la ciudad hasta Ruzafa. Benicalap es lo que podríamos definir como barrio, barrio. En sus calles hay bares y restaurantes sí, pero en mucha menos cantidad que el otro barrio que visitamos. Como ya hiciéramos en el centro, nos dirigimos a los pequeños comercios a ver cómo están afrontando la crisis del coronavirus, y a preguntar si se han visto muy afectados.

Ingenio

Los primeros con los que nos encontramos son Gabi y Mª Ángeles. Ambos están detrás del mostrador de la Pescadería Avenida. ¿Han perdido ventas estos días desde que se decretó el Estado de Alarma? La respuesta nos sorprende: "Llevamos 30 años aquí, y vendemos lo mismo que antes del decreto".

Nos explican que Benicalap es un barrio poblado de gente. Sus calles no destacan por poseer pisos turísticos, hoteles y muchos restaurantes. Lo que hay son fincas llenas de vecinos. Y estos siguen haciendo la compra donde la hacían. Gabi nos explica que para evitar aglomeraciones ha ideado un método. Él tiene un grupo de WhatsApp en el que están casi 200 clientes. Todas las mañanas hace un vídeo con música enseñando el género que ha traído y los clientes le hacen el pedido para, así, tan solo tener que entrar, pagar y llevarse su compra.

El número de este tipo de pedidos durante la crisis se ha incrementado un 70%. Cuenta que tiene alguna clienta muy mayor que no utiliza el móvil, pero que sus hijos sí. "Son ellos los que hacen el pedido y luego lo recogen", nos dice.


El ingenio es algo que está aflorando entre los pequeños comerciantes estos días. Antes de seguir con Benicalap, hay que decir que muchos comerciantes de toda la ciudad lo están agudizando estos días. Ejemplo de ellos es el Horno pastelería Casaní. Al igual que Gabi, Lola Galdón graba un vídeo explicando lo que tiene ese día y lo cuelga en sus perfiles de redes sociales. También ha articulado un servicio de reparto a domicilio para aquellos clientes que no quieren o pueden salir a la calle.

Este horno, situado en la calle Jorge Juan, colinda con centro de la ciudad. A su alrededor hay mucho comercio y muchos despachos, por lo que ha visto mermados sus ingresos hasta perder más de un tercio de las ventas diarias. Ahora, el servicio a domicilio es un pequeña ayuda pero no es suficiente para compensar las pérdidas en ventas. Un negocio tan céntrico no es lo más rentable en época de confinamiento. Pero pese a los malos tiempos que corren, tras el mostrador, una sonrisa y productos tradicionales esperan a todo aquel que cruza el umbral de la puerta.

Volviendo a Benicalap, nos acercamos a una panadería. Allí, en la Panadería Rafa, hablamos con Mª Vicenta Panadero, quien nos habla desde detrás de una mampara que le ha comprado a un artista fallero. Mª Vicenta, al igual que Gabi, nos dice que no ha bajado la cifra de ventas: "Antes abría por la mañana y por la tarde. Ahora, hago la misma caja abriendo solo por la mañana. La gente, al no poder ir a trabajar, baja por la mañana a por el pan".

De hecho, ella no necesita servicio a domicilio, las ventas van bien. Nos dice que le lleva ella misma el pan a dos vecinas que son muy mayores y que, al ser población de riesgo, es mejor que no bajen a la calle, pero que el resto de clientes acuden con normalidad a la panadería.

Después de la panadería queremos comprobar algo que nos dijo un farmacéutico del centro, que las ventas van mejor en los barrios porque no dependen tanto de los turistas y la gente de paso. Entramos en la Farmacia García de Tiedra. Allí nos atiende Guillermo García de Tiedra. Tras contarle lo que nos dijo su compañero del centro, Guillermo nos dice que lo comparte. Nos explica: "Tengo una hermana que tiene una farmacia en el centro. Lo normal es que ellos vendan mucho más, pero con esta crisis, los barrios son mucho más estables y se han invertido los papeles. Nosotros estamos vendiendo lo mismo que antes, mientras que sus ventas han caído mucho".

Queremos saber si aquí los productos estrella son los mismos. Y sí, las mascarillas, el gel higienizante y los guantes vuelan. Pero nos sorprende cuando Guillermo nos dice que "los complejos vitamínicos, como la vitamina C, se están vendiendo muchísimo en gente de todas las edades. Quieren reforzar su sistema inmunitario". También cuenta que "esto se veía venir", pues ya en enero la población china del barrio compraba mascarillas y guantes para enviarlos a su país.

Ruzafa

Salimos de Benicalap y nos encaminamos a un barrio situado al otro lado de la ciudad. Nos vamos a Ruzafa. Allí encontramos de todo, pues es un lugar donde hay muchísimos restaurantes y bares, también pisos turísticos, pero todavía es barrio, barrio, y la gente hace vida de barrio. Queremos comprobar cómo va el mercado para poder compararlo con el Mercado Central y con las tiendas de Benicalap.

En el mercado de Ruzafa las ventas diarias han caído mucho en todos los puestos salvo uno, el pescado, eso sí, no rozan las cifras de drama absoluto del Central. El motivo de la caída, que los comerciantes cifran alrededor de un 50 por ciento, es que la mayoría de ellos le venden a los bares y restaurantes de la zona.

Michel Resendi es la dueña de La despensa de Frida, un puesto de productos mejicanos. Michel cuenta que "a la gente le entra el ansia de ir a supermercado. Aquí nunca ha habido desabastecimiento de ningún producto. Ahora, la gente baja más al mercado, pero aun así las ventas han bajado mucho".

Paqui Deval trabaja en la panadería la Tahoneta. Nos explica que sus ventas han caído un 50%. Como otros muchos puestos de este mercado, la hostelería del barrio y los hoteles eran uno de sus punto fuertes de venta. Paqui dice que lo que sí que ha visto es que ahora la gente compra mucha más cantidad para poder congelar. No es la única en el mercado que lo cuenta.

Junto a Paqui está Frutas Cervelló. A sus dueños, Carlos y Yolanda, también les han caído las ventas, pero no tanto porque no sirven a muchos restaurantes. Sí que han notado la bajada en que la gente más mayor ahora no acude por miedo al contagio, y explican que en este mercado, casi la mitad de los compradores son gente mayor. Su producto estrella: la naranja.

Carlos es el dueño de Carnes Leonardo. En su caso, como sí que sirve a bares y restaurantes, el descenso en las ventas se ha situado alrededor de un 40%. "Del mercado solo no se puede vivir, hay que vender a restaurantes. Nosotros luchamos todos los días contra el supermercado", apostilla.

Al igual que nos explicaban en la panadería, Carlos con dice que él también ha notado cómo la gente carga más que habitualmente para poder congelar y, así, bajar menos veces a la calle. Le preguntamos qué es lo que más se vende, y nos dice que hamburguesas, embutido y preparado para cocido porque aún hace frío y da para varios días.


En este mercado hay puestos que venden muy poco al público en general, pero mucho a la restauración. Claro ejemplo de ello es J. Morcillo Algas. El dueño, Javier, nos cuenta que las ventas han caído un 90% porque un 80% de sus ventas son a la hostelería. Con resignación, Javier espera que la crisis pase lo antes posible.

La excepción

Como en todo en la vida hay una excepción a la regla, y en el mercado de Ruzafa son los puestos de pescadería. Hablamos con ellos y nos cuentan que sus ventas no han bajado, o en los puestos que lo ha hecho, la caída no supera el 20%. Esto es debido a que no venden a restaurantes. Los dueños de estos locales adquieren el pescado en el mismo sitio que ellos, en Mercavalència.

Rosa y Antonio, los dueños de La Peixcateria, cuentan que enfocan las ventas "a las personas de casa que buscan calidad. Las ventas van muy bien, igual o mejor". Y añaden que el servicio a domicilio funciona muy bien, y que han avisado a los clientes para minimizar el tiempo de espera en las paradas. Los pescaderos han hecho piña entre ellos y se pasan referencias y se ayudan en estos tiempos de crisis.

Natalia, de Pescados y Mariscos Natalia, nos vuelve a contar algo que llevamos escuchando toda la mañana: "La gente compra mucho más para poder congelar". Ella ha bajado un poco las ventas, pero como sus compañeros de los puestos de al lado, nada en comparación con el resto de puestos del mercado.

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