VALÈNCIA. Con el anuncio de la ubicación de las bases de los equipos que participarán en la Copa América de 2024 en aguas de Barcelona se puede dar por inaugurada la competición, que pone en juego la Jarra de las Cien Guineas, ahora mismo en posesión de Nueva Zelanda. Los sitios se elegirán por estricto orden de inscripción, es decir, cuando el equipo que quiera participar suelte el millón de euros que cuesta apuntarse al evento. Hasta ahora solo dos han gozado del privilegio de haber podido elegir sitio. Son el Defender (New Zealand) y el Challenge of the Record (Ineos Britannia). Los kiwis, junto al World Trade Center, y los ingleses en el Imax, frente al Real Club Náutico de Barcelona. Quedan por elegir sitio el Alinghi Red Bull Racing, Luna Rossa Prada Pirelli y American Magic en ese orden estricto, de acuerdo con las condiciones del protocolo. Luego habrá que ver si finalmente algún equipo francés decide participar.
Todas las bases están situadas dentro del recinto de Port Vell incluido el hospitality y la zona vip. El hotel Vela y el Eurostar Grand Marina están incluidos en la zona Copa América, por lo que se supone que la seguridad será la misma que la que gocen las bases de los equipos.
Hablando con miembros de America’s Cup Events Ltd, todos coinciden en que la primera opción y la preferida fue València, por su campo de regatas, por sus infraestructuras y por el hermanamiento de toda la gran familia de la Copa América con la ciudad, pero la falta de seriedad de la clase política fue lo que les hizo echarse para atrás.
Barcelona no estaba ni contemplada en los planes de ACE. Solo se comenzó a pensar en esa posibilidad cuando se extendió el rumor de que los catalanes estaban interesados en el evento y tenían los avales para realizar la operación. Grant Dalton consultó con el español Guillermo Altadill, al que le une una gran amistad, sobre la seriedad de esa posibilidad, y el navegante barcelonés convenció al neozelandés de que Barcelona era una gran opción.
Las visitas a la ciudad fueron múltiples mientras los políticos se ponían de acuerdo y hacían entrar en cintura a Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, que era la única que se oponía al evento porque no está de acuerdo en que la Ciudad Condal se llene de turistas durante una larga temporada. Se firmaron los contratos y se anunció a bombo y platillo que Barcelona era la ciudad elegida para la disputa de la 37ª edición de la Copa América.
En los contratos hay muchas cláusulas, pero hay una que le preocupa mucho a ACE que no se vaya a cumplir en su totalidad. Se trata de la seguridad en la ciudad durante el evento. Se sabe que cuando se organizaron los Juegos Olímpicos en 1992, las autoridades limpiaron la ciudad de delincuentes, carteristas e indigentes que deambulaban por las calles. Esa operación salió muy bien y solo hay que ver el mínimo índice de delincuencia que tuvo Barcelona durante los Juegos.
Eso mismo es lo que Grant Dalton, CEO de ACE, quiso plasmar en un contrato ante la gran cantidad de delincuencia que hay por estas fechas en la ciudad Condal. Le han prometido y le han firmado que peinarán la ciudad para que esté limpia de rateros y delincuentes. Pero el director del Team New Zealand no se fía y se le nota en la cara cuando alguien le pregunta por la seguridad de los visitantes a la 37ª edición de la Copa América.
Al evento asisten en su mayoría empresarios e invitados vips de los patrocinadores de los equipos y todos no se van a poder hospedar en los dos hoteles que están dentro del anillo de Copa América, donde la seguridad sí va a estar garantizada. La mayoría de estos invitados tendrá que hospedarse en hoteles del centro de Barcelona o en hoteles de más de cuatro estrellas cercanos al puerto, por lo que tendrán que pisar la ciudad en algún momento. Ese es el temor de Grant Dalton, que se disparen los robos por las calles contra sus invitados, y que el evento, socialmente, sea un fracaso.
La criminalidad en Barcelona ha crecido un 43,67% en el primer trimestre de 2022 respecto al mismo periodo del año anterior, con una cifra total de 37.014 infracciones penales, según datos del Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, y este dato preocupa mucho a los responsables de la organización. Los robos con violencia e intimidación han aumentado en Barcelona un 44,31% en lo que va de año con respecto al mismo periodo del año anterior. En total, desde que comenzó el año hasta el primer trimestre de 2022 se han registrado 2.918 robos.
Los menas del barrio del Raval son la principal preocupación para la ACE. La ley española contempla su protección y Dalton no se fía de que las autoridades catalanas puedan o quieran hacer una limpieza durante la celebración de la Copa América. Es mucho dinero el que está en juego. Muchos negocios importantes se cierran en restaurantes y barcos vips y los recelos se centran en que peligre la proliferación de salidas de Port Vell a cenar en locales de lujo de Barcelona.
También preocupa mucho el estado de los alrededores de Barcelona como Tarrasa, Badalona u Hospitalet, donde está concentrada casi toda la inmigración. Dalton no quiere ni oír hablar de todas estas cosas, pero en la intimidad, el capitán del Nueva Zelanda ha llegado a declarar que hay noches que no duerme pensando en este tema. Ha llegado a proponer a las autoridades que se publiquen unos folletos en varios idiomas haciendo recomendaciones a los visitantes, a lo que se han negado por la mala imagen que podría llegar a dar.
La alcaldesa de Barcelona Ada Colau no quiere ni Policía Nacional ni Guardia Civil en el dispositivo de seguridad y ha declarado que serán los Mossos d’Esquadra los encargados de esa seguridad, al menos en la zona urbana y en el puerto. Gran Dalton quiere llegar aún más lejos y contar con Policía y Guardia Civil, además de con la Policía Portuaria, la local y alguna empresa de seguridad privada. Todos estos gastos, por supuesto, a cargo de las arcas catalanas.
El problema de la educación en Cataluña ha sido una de las preguntas estrella entre los miembros de los equipos que se van a desplazar
Otra preocupación para los organizadores del evento es la seguridad de los equipos cuando no haya competición, es decir, en los momentos de ocio de los regatistas. En otras ediciones, los participantes cuando terminan las regatas se marchan del puerto a evadirse a otras partes de la ciudad. También, cada miembro se procura una casa o apartamento para alojar a sus familias y no tener que compartir hospedaje con los demás miembros de los equipos. Estas salidas y entradas a Port Vell son bastante preocupantes para Grant Dalton.
También se está pensando en organizar una escuela solo y exclusivamente para los niños de los regatistas. Estaría ubicada en Port Vell y a ella asistirían durante la celebración de las pruebas. El problema de la educación en Cataluña ha sido una de las preguntas estrella entre los miembros de los equipos que se van a desplazar con las familias desde el principio hasta el final. En otras ediciones se contempló con éxito esta posibilidad y hubo escuela Copa América para los niños en inglés.
Todo esto es lo que a ACE y a Grant Dalton les preocupa en estos momentos, aunque ahora están centrados en las obras que hay que hacer para habilitar la ubicación de las bases de los equipos y para adecentar un poco más el puerto de Barcelona.
* Lea el artículo íntegramente en el número 95 (septiembre 2022) de la revista Plaza