VALÈNCIA. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, cumplió este miércoles la difícil tarea de explicar en València un proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017 difícil de justificar en lo que respecta a las inversiones previstas en la Comunitat Valenciana, las más bajas de España en euros por habitante, un 33% inferiores al presupuesto de 2016, cuando la rebaja media de la inversión en las comunidades es del 22%.
De la Serna fue recibido por el president, Ximo Puig, en el Palau de la Generalitat, y visitó las obras de la autovía A-38 entre Cullera y Favara, antes de ofrecer una rueda de prensa en la Delegación del Gobierno. Por la tarde se reunió con la presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV), Isabel Bonig, y diputados populares en el Congreso y las Corts, junto al delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues.
De sus declaraciones se desprende que el Gobierno no está por la labor de dar este año un euro más para infraestructuras a la Comunitat, por muchas enmiendas que se presenten, aunque eso sí, prometió más inversión a partir de 2018. Nada nuevo respecto a las visitas de su predecesora Ana Pastor, de la que políticos y empresarios acabaron renegando tras sucesivos desengaños.
Por si había dudas, el PPCV ponía negro sobre blanco dónde centraba sus esperanzas al afirmar que en la reunión se hizo "hincapié en la necesidad de empezar a trabajar en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del año 2018".
De la Serna afirmó que las consignaciones en infraestructuras que contempla el proyecto de PGE para 2017 "son las suficientes para hacer frente a los compromisos trasladados a la Generalitat" desde el Gobierno central. Según explicó, "si no están en avanzado estado de tramitación, es imposible invertir por mucho que queramos". El ministro dejaba entrever con esas palabras que en años anteriores se prometían inversiones imposibles de ejecutar por falta de tiempo para la tramitación, algo que prometió que no ocurrirá en el futuro.
Así, aseguró que "no va a haber un retraso de un solo día" en las obras que ya se están ejecutando y que cuentan con dotación presupuestaria para este año, tras reconocer que el motivo por el que infraestructuras previstas no tienen presupuesto para 2017 son "problemas administrativos".
"Si pudiéramos poner 500 millones de euros para ejecutar en el Corredor Mediterráneo, lo haríamos; si hacemos que figuren 200 -196 millones, concretamente- es porque no es posible técnicamente", añadió. En este sentido, prometió "dotaciones mayores en anualidades posteriores", empezando por los PGE de 2018 que se deben empezar a elaborar "en tres o cuatro meses".
En lo que no se mojó el ministro fue en uno de los agravios más flagrantes de los PGE de 2017, como es la subvención de 126 millones para el transporte metropolitano de Madrid y 108 para el de Barcelona, mientras para el de València no se ha consignado ni un euro, a pesar de haberlo solicitado y haber cumplido la exigencia del Gobierno de que se creara un ente metropolitano.
A esa pregunta, De la Serna respondió que ese contrato programa no depende de su ministerio, sino del de Hacienda, cuyo titular, Cristóbal Montoro, tampoco ha dado razones que expliquen esta discriminación. No obstante, De la Serna no dio demasiadas esperanzas: "Es una cuestión que ya se me ha trasladado, permítame que sea prudente y esperemos a que haya una contestación del Gobierno sobre esta posibilidad en ejercicios futuros".
La visita de De la Serna al Palau era, según Ximo Puig, preparatoria de la cita que ha solicitado a Mariano Rajoy para trasladarle el malestar del Consell y de todas las fuerzas política de Les Corts, incluido el PP, por el proyecto de PGE de este año. Según explicó, se dirigió al presidente del Gobierno para pedirle una reunión urgente con el fin de analizar el proyecto de presupuestos y sus implicaciones en la Comunitat, y Rajoy envió al ministro de Fomento para dar una explicación y preparar "la previsible reunión" con él.
Tras calificar el encuentro de "amable", Puig insistió en que la Generalitat no comparte un presupuesto que lleva a esta comunidad "a los peores escenarios de los últimos años", y afirmó que los valencianos no pueden seguir con "el cóctel nefasto de infrafinanciación e infrainversiones". Añadió que el Gobierno "entiende la situación", y que el ministro le dijo que los presupuestos nacen para un plazo corto y que es necesario ver como se abren espacios de diálogo de cara a los presupuestos de 2018.
De la Serna también le trasladó que estas cuentas pretendían ser "más realistas" que las de los últimos años, en las que, según denunció Puig, el Gobierno nunca ha ejecutado más del 50 % de las inversiones presupuestadas. El president de la Generalitat se mostró partidario de devolver los presupuestos "a los corrales" pero, si no es así, instó a las fuerzas políticas valencianas a alcanzar el máximo consenso para presentar enmiendas que añadan, al menos, 600 millones adicionales en inversiones en la Comunitat.