VALÈNCIA. La hoja de ruta marcada por la agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para construir un futuro más justo y sostenible pone sobre la mesa nuevos retos para la sociedad, que debe empezar a caminar sobre la senda de la sostenibilidad medioambiental, económica y social. Una meta asumible que conlleva un esfuerzo para poner en marcha políticas efectivas que ayuden a dibujar ese futuro más comprometido con el planeta. En ese panorama, la economía circular juega un papel esencial para la optimización de recursos y la reducción del consumo innecesario. Un reto para el cual las empresas deben mejorar las eficiencias en sus procesos productivos, las administraciones destinar más ayudas encaminadas a incentivar la innovación en este campo y la sociedad comprometerse a reducir los desperdicios.
Así se puso de manifiesto en el desayuno organizado por Valencia Plaza en colaboración con el Consorcio Valencia Interior, que sirvió para poner de manifiesto la importancia de que pequeñas y grandes empresas incorporen la sostenibilidad en su ADN para mejorar su competitividad a la vez que revierten el cambio climático. Un camino en el que la colaboración público-privada es esencial y los fondos de reconstrucción a la consecución de una economía circular una gran oportunidad para alcanzar las metas. Precisamente sobre esos temas debatieron en el encuentro informativo que contó con la presencia del presidente del Consorcio Valencia interior, Robert Raga; la vicepresidenta de la Fundació del Disseny, Amparo Bertomeu; el decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana (COIICV), Salvador Puigdengolas; la vicerrectora de Desarrollo Sostenible de los Campus de la UPV, Débora Domingo; el coordinador del Departamento de Competitividad de la Cámara de Comercio de Valencia, Rafael Mossi; el vicepresidente de IVEFA, Juan Carlos García; el delegado en Valencia de Tratamiento de Residuos Urbanos Ubaser, Ignacio Gómez; la directora del Departamento de tecnologías de producto y proceso de AINIA, Encarna Gómez; la ingeniera del ITE, Laura Martín y el director de Aidimme, Vicente Rocatí.
En encuentro viró entorno a la economía circular y el reto de reducir la generación de residuos a través de la innovación y la promoción del reciclaje. Un aspecto relevante para el Consorcio Valencia Interior, que cada año recoge 186.000 toneladas de residuos urbanos de 61 municipios, de los cuales, llegan al vertedero 80.000. “El Consorcio Valencia Interior juega un papel fundamental en el fomento de la economía circular y nuestro reto es mejorar la gestión para que al vertedero que tenemos en Caudete de las Fuentes no llegue nada”, detalló Robert Raga, presidente del Consorcio Valencia Interior.
Una economía circular que ofrece grandes oportunidades al reducir residuos, estimular la innovación y crear empleo. Precisamente así lo destacó Rafael Mossi, coordinador del Departamento de Competitividad de la Cámara de Comercio de Valencia, quien señaló que “tanto la economía de bajo consumo —hipocarbónica— como la economía circular se erigen como una gran oportunidad para generar nuevas actividades económicas y favorecer el empleo”. Una visión compartida por Encarna Gómez, directora del Departamento de tecnologías de producto y proceso de AINIA, quien destacó que “es una oportunidad para apoyar a las empresas en la búsqueda de nuevas alternativas y procesos de producción más sostenible”. Pero también a las localidades del interior pues como recordó Salvador Puigdengolas, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana (COIICV): “hay que apostar por empleos estables en los que el desarrollo y la innovación estén presentes, pero también por modelos que protejan el trabajo y lo potencien en la las comarcas del interior”.
Una sostenibilidad que como apuntó el vicepresidente de IVEFA, Juan Carlos García, va vinculada a un esfuerzo económico: “La sostenibilidad requiere un gasto para la empresa pero es una inversión que repercute positivamente en el planeta pero también a la empresa”. Palabras que amplió la ingeniera del ITE Laura Martín, quien apeló a la productividad pues “no hay margen de reacción y las empresas deben activarse y apostar por la sostenibilidad. Es cierto que a corto plazo es una inversión pero a largo plazo se traduce en un ahorro energético y de materiales”.
En este punto, Robert Raga, presidente del Consorcio Valencia Interior, fue rotundo: “la sostenibilidad es rentable”. Una afirmación que la apoyó recordando un informe de Morningstar, que señalaba que durante el año 2020 la inversión en fondos que apuestan por los criterios ESG superó los 1,7 billones de dólares. Un dato que en su opinión ratifica que “los inversores ven la importancia de apostar por el cambio de modelo y hoy en día el mercado de la sostenibilidad es el mas importante”. Y no solo por la rentabilidad sino por su contribución al planeta pues “es importante apostar por el cambio energético, como lo están haciendo países como Estados Unidos”.
Al hilo de los grandes retos medioambientales, Débora Domingo, vicerrectora de Desarrollo Sostenible de los Campus de la UPV, recordó que solo hay un planeta: “Es rentable ser sostenible porque si la administración, las empresas y la sociedad no apuestan por un cambio de modelo, se llegará a una quiebra técnica del planeta”.
Fue el delegado en Valencia de Tratamiento de Residuos Urbanos Ubaser, Ignacio Gómez, quién abrió el debate sobre la corresponsabilidad al apuntar que "la sostenibilidad es un asunto que atañe a todas partes, ciudadania, empresas y administración”. Palabras que encontraron apoyo en Robert Raga pues en su opinión “no podemos culpabilizar al ciudadano de esta situación pues la responsabilidad es nuestra, de empresarios, sindicatos, ayuntamientos… y por eso desde el Consorcio Valencia Interior estamos trabajando en mejorar los planes locales de residuos”.
Una conciencia de la sociedad que se traslada en la mayor demanda de productos ecológicos y sostenibles, que demanda una mayor información. “Es importante que las empresas trasladen todo lo que hacen en sostenibilidad pues no hay que perder de vista que el consumidor está dispuesto a consumir en aquellas empresas que apuestan por la sostenibilidad”, puso de manifiesto la vicepresidenta de la Fundació del Disseny, Amparo Bertomeu. Y es que, como apuntó también la ingeniera del ITE, Laura Martín, “el usuario busca modelos más eficientes, más durables, con una producción mas respetuosa con el medioambiente… Las empresas deben producir de manera más sostenible y apostar por las estrategias colaborativas, pues generan una oportunidad y rentabilidad”. Un aspecto que aprovechó Rafael Mossi para apuntar que “es necesaria una información más transparente y quizá sería conveniente que los productos tuvieran algún tipo de código que aportara tal información”.
Los fondos de reconstrucción fueron otro de los temas que se trataron en el desayuno. Para Ignacio Gómez deben erigirse como una “oportunidad” pero es necesario que “todas las empresas estén alineadas con las instituciones públicas pera saber dónde se quiere llegar”. Para
Vicente Rocatí, director de Aidimme, supone un reto pues “la administración debe intentar que esas ayudas económicas de la Union Europea lleguen a las pequeñas empresas, pymes y microempresas”. Es más, Amparo Bertomeu destacó que el cambio de modelo a uno más sostenible debe liderarlo las empresas y las instituciones porque la colaboración publica-privada es vital en el camino de la sostenibilidad”. Sin embargo, Salvador Puigdengolas expresó que uno los problemas es la lentitud de la administración: “hay que romper con las burocracias, con los tiempos de gestión porque no se están dando salida a proyectos que si no salen en abril están perdidos”.
En este punto, Juan Carlos García criticó que “las pequeñas empresas tienen problemas para alcanzar las ayudas económicas porque siempre son las grandes compañías las que optan a esas ayudas” por lo que “las administraciones deben apoyar a las pequeñas empresas tanto para que alcancen esas ayudas de los fondos europeos como para ver qué problemas tienen y ayudarlas a perdurar en el tiempo”. Un punto al que inmediatamente contestó Rafael Mossi al señalar que “desde la Cámara de Comercio de Valencia trabajamos para que las pequeñas empresas, pymes y autónomos porque somos conscientes que tienen más dificultades para llegar a esas nuevas ayudas y cambios.
Una agilidad en la tramitación de los expedientes y papeles que también destacó Robert Raga que aprovechó para recordar que “los fondos de recuperación no son un maná y hay que gestionarlos bien”. Asimismo, lejos del debate de quién lidera ese cambió, recordó que detrás de las administraciones, instituciones y empresas están personas por lo que "las personas son quienes deben liderar el cambio a un modelo economía circular”.
En cuanto a los retos futuros, los participantes señalaron el cumplimiento de los ODS, la colaboración publica-privada, la formación e información de cara a la ciudadanía, la agilidad de la administracion en los trámites, el cambio del modelo productivo, la descarbonización y la reducción de los residuos; la protección de la biodiversidad y el fomento de la colaboración entre las empresas, entre otros asuntos. Y es que, como el presidente del Consorcio Valencia interior expresó: “La sostenibilidad es un proyecto de vida para hacer un mundo mejor y entregados debemos liderar ese cambio a un modelo economía circular”.