El nuevo reglamento del pleno de València, más suave que el de Madrid o Barcelona

VALÈNCIA. El gobierno de la ciudad de València llevará al pleno de este mes una propuesta para limitar el número de preguntas y de mociones que pueden presentar los partidos de la oposición tanto en el plenario municipal como en las comisiones previas al mismo. Un movimiento que fue visto por parte de las formaciones afectadas como un recorte a sus actividades de fiscalización y asimismo como una "falta de transparencia". Sea como sea, lo cierto es que la nueva normativa sí que es mucho más restrictiva que la actualmente vigente, aunque el gobierno integrado por Compromís y el PSPV defiende que va en la línea de las prácticas de otras grandes ciudades españolas como por ejemplo Madrid o Barcelona, las cuales incluso presentan normas más estrictas. 

Y de hecho, así es: según se desprende de su Reglamento Ordinario del Pleno, Madrid tan solo permite que cada grupo político presente seis iniciativas durante sesión plenaria, entre las que se incluyen preguntas, mociones, interpelaciones y comparecencias. Límite que contrasta significativamente con las cinco preguntas por concejal que le quedarían a la oposición de València en caso de que se aprobara la nueva norma, así como otras tres mociones para cada grupo municipal. 

Y, en este mismo sentido, la regulación sobre las comisiones previas al pleno también es más dura en la capital: únicamente acepta tres iniciativas a cada una de las formaciones políticas, incluyendo nuevamente preguntas, mociones y todos los demás supuestos. Sin embargo, en este contexto, València permitiría tres preguntas y dos mociones, un margen más amplio que el de Madrid aunque, ciertamente, mucho más restrictivo que la norma actual. Y es que, cabe recordar que ahora mismo en la ciudad del Túria no hay límite para el número de preguntas que puede presentar la oposición en comisiones, por lo que la reducción se hace de notar. 

Por su parte, más limitativo es el reglamento de Barcelona, que se aplica de igual modo tanto al pleno como a las comisiones previas. En este sentido, la norma del Ayuntamiento establece que cada partido tan solo podrá presentar una moción y dos iniciativas en cada una de las sesiones celebradas, independientemente de su naturaleza, lo que convierte su función en una de las más restrictivas en cuanto a intercambio entre gobierno y oposición. 

Un poco más complaciente es Málaga, que permite hasta diez preguntas por grupo en sesión plenaria. Ahora bien, València sigue siendo más permisiva en este sentido, puesto que tolera hasta cinco preguntas a cada uno de los concejales individualmente, por lo que una formación tan solo necesitaría dos ediles para igualar la marca de la ciudad andaluza. Una situación que Vox equipara y que el resto de partidos superan con creces, ya que Ciudadanos cuenta en València con seis concejales - lo que le garantiza 30 preguntas- y el Partido Popular tiene ocho -40 preguntas-. 

En el caso las mociones durante el pleno, sin embargo, Málaga presenta una estructura parecida a la del cap i casal: permite dos a cada grupo político, más una de urgencia si fuera necesario. Y también es más dura que València en lo que respecta a las comisiones temáticas previas: en este caso, tan solo acepta una pregunta por por cada grupo para luego remitir su respuesta por escrito, frente a las tres que tendría València. 

El ejemplo de Zaragoza, por el contrario, es un poco más complejo. En sesión plenaria sí que presenta una normativa más estricta que la de la capital del Túria, puesto que tan solo permite seis iniciativas por grupo, lo cual incluye mociones, preguntas, interpelaciones y comparecencias, aunque de estas últimas tan solo se puede solicitar una por cada sesión. Sin embargo, donde manifiesta una actitud más laxa es en la celebración de las comisiones informativas, donde no existe límite para el número de preguntas presentadas por escrito, aunque sí que establece un tope de tres iniciativas por grupo, lo cual envuelve mociones y comparecencias. 

Castellón y Alicante, también estrictas

Por su parte, las otras dos capitales de la Comunitat también presentan ordenaciones más duras que la de la ciudad de València. A este respecto, en Castelló de la Plana, tan solo se tolera en sesión plenaria la presentación de seis iniciativas para cada uno de los grupos, entre las que se contemplan mociones, preguntas, interpelaciones y comparecencias, aunque de esta última tan solo se puede solicitar una por sesión. Y, en el caso de las comisiones, la situación es incluso más estricta que en la capital del Túria, únicamente se pueden presentar tres iniciativas, entre las que se incluyen todos los supuestos: preguntas, mociones y demás. 

Normativa muy similar a la del Ayuntamiento de Alicante, que también contempla un máximo de seis iniciativas por pleno para cada grupo, abarcando mociones, preguntas y comparecencias. Aunque, eso sí, el documento normativo no hace referencia a límites de preguntas para cada una de las comisiones, tan solo reconoce el derecho a la actividad de control para cada uno de los órganos de gobierno. 

Así con todo, el gobierno de la ciudad de València defiende la idoneidad de este cambio en la normativa que, tal y como explica, se adapta a las prácticas del entorno y acaba con la casi total libertad de la que hasta ahora gozaban los grupos en la oposición. Y es que, el Ayuntamiento de València ya había lamentado en diversas ocasiones que estos partidos "inundan" con preguntas a las concejalías todos los meses, lo que obliga a los técnicos que trabajan en el área a dedicar un tiempo y esfuerzo considerable en responder. Algo que los "aparta de sus funciones principales", alegaban en su momento. 

No opina lo mismo la portavoz del Partido Popular en el consistorio, María José Catalá, quien calificaba la normativa de "ROP mordaza" y además lamentaba que el gobierno "intenta expulsar a la oposición". En este sentido, también aludía que la unión entre Compromís y PSPV "pasará a la historia por ser el gobierno menos transparente de València". 

Una sola pregunta, la tónica general

Otro de los cambios introducidos en la nueva propuesta para la modificación del reglamento del pleno es la creación de instrucciones para formular las preguntas. Y es que, a partir de ahora, cada pregunta tan solo podrá contener un único interrogante, y no varios como venía siendo tónica habitual. Además, estas también deberán expresarse de manera "escueta y concisa". Una circunstancia que choca con la del anterior normativa pero que, en realidad, se repite de manera generalizada en los manuales de todas las ciudades mencionadas, excepto Barcelona.

Más controvertida es la prohibición de repetir consultas. Y es que, el cambio normativo introduce un nuevo supuesto que ha enfadado especialmente a la oposición: las preguntas que ya hayan sido respondidas no pueden volver a ser formuladas en un periodo mínimo de seis meses, lo cual impide, según señalan, hacer seguimiento periódico de cuestiones que son de interés general.