VALÈNCIA. Rafael Carrau, cofundador de la firma valenciana de asesoramiento financiero Finest Portfolio Ideas, es el invitado en esta ocasión en la serie de entrevista que este diario ha llevado a cabo durante este histórico periodo.
Carrau, que atendió amablemente la llamada Valencia Plaza, explica sus vivencias, su visión sobre la marcha de los mercados, de la economía y, entre otros aspectos, de la llamada 'nueva normalidad'.
-¿Cómo ha llevado estos meses de confinamiento?
-Ha sido duro, pero lo he afrontado con resignación e intentando sacar el máximo provecho de las oportunidades que se generan con un periodo de encierro. Con los medios tecnológicos que disponemos es posible aprovechar esas oportunidades
-¿Y cómo se ha organizado para seguir al pie del cañón?
-El tipo de servicio que ofrecemos se acomoda muy bien al teletrabajo. Había que sistematizar el tiempo. Salir a pasear al perro a horas concretas, asistir a reuniones mediante teleconferencia, intentar acciones comerciales remotas y aprovechar al máximo el mucho tiempo disponible para trabajar concentrado.
-¿Cómo ha respondido Finest Portfolio Ideas ante la crisis sanitaria?
-En la rama de asesoramiento financiero anticipándonos a las preocupaciones de los clientes, procurando la mejor gestión del 'momento', fundamental en las inversiones financieras. En la rama de consultoría corporativa, que desarrollamos a través de Senex Consejo de Buen Gobierno, dando continuidad a los trabajos iniciados y ofreciendo serenidad a los clientes para afrontar las decisiones necesarias en momentos de cambio.
-¿Ha recibido muchas llamadas durante este tiempo sobre todo tras las primeras semanas con los desplomes de los mercados?
-No fueron muchas las llamadas recibidas sino fueron más las llamadas realizadas para anticiparnos a las preocupaciones de los clientes.
-¿Qué recomendaciones les ha dado?
-Lo primero la de mantener la calma, mirar al pasado para repasar otras crisis y las oportunidades que nos trajeron. Esta vez no sería diferente, así que había que rebalancear las carteras e invertir en aquellos sectores que podrían salir beneficiados. No era cuestión de esperar a que pasara la crisis sino que había que moverse, poner la liquidez de las carteras a trabajar y si no la había, realizar cambios.
-¿Volveremos a ver los mínimos del Ibex 35 del pasado 16 de marzo cuando llegó a tocar los 5.814 puntos?
-Es muy probable. Los flujos de dinero salen de la bolsa española. Ya hemos comentado muchas veces que el Ibex 35 es un índice débil, los inversores perdieron el interés hace años y lo sacaron de su radar. Para que volviera a ser interesante habría que sacar a diez o doce empresas y sustituirlas por empresas de biotecnología, de inteligencia artificial, tecnológicas… pero no existen.
-¿Atisba una fuerte recuperación económica una vez pase el 'efecto coronavirus'?
-Se podrían dar las circunstancias para una recuperación rápida: las vacunas como solución al problema sanitario y, por lo tanto, generadoras de confianza a empresarios y consumidores (los necesarios protagonistas de la recuperación) y la tecnología cuyo potente desarrollo ha evitado que el mundo se parara. Vacunas y tecnología como fuerzas positivas.
-¿Y para el sector público?
-Pensamos que será un lastre. La Administración no suministrará recursos sino que los retraerá porque está quebrada y sobredimensionada y los necesita para pagar sus gastos corrientes. Pedirá recursos, esfuerzo y solidaridad a los contribuyentes justo cuando menos se lo pueden permitir y dejará una deuda insostenible, incompatible con una recuperación sólida en el tiempo. Digamos que somos optimistas en el corto plazo pero no tanto en el medio y largo.
-¿Qué nos espera en la 'nueva normalidad'?
-Nos espera aquello que ya se veía venir: un mundo con cambios aceleradísimos, exponencialmente acelerados. Hay dos factores que están cambiando el mundo y cuya gestión va a rediseñar continuamente las relaciones, los mercados, los modos de vida y los modos de trabajo. Por un lado, el factor medioambiental en el que los elementos contaminantes que hemos introducido en toda la biosfera, están provocando alteraciones de las que las pandemias víricas no son más que una de las consecuencias. Todos (Estados, empresas, particulares…) estamos invitados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible a luchar por una gestión que reconduzca esta peligrosa corriente. El esfuerzo a hacer es titánico y, lamentablemente, no todo el mundo es consciente de que, igual que todos contaminamos de una u otra manera, todos tenemos que contribuir a descontaminar. Si no asumimos todos objetivos concretos, perderemos la batalla.
-¿Y el otro factor?
-La nueva revolución tecnológica en ámbitos como la biotecnología, la alimentación, las comunicaciones, el trabajo… El poder del cambio tecnológico es inabarcable en las respuestas a esta entrevista, es ilusionante por la grandiosidad y rapidez con la que estamos empezando a vivirlo, pero podría ser aterrador si no se contempla adecuadamente el factor humano. Con ambos factores interactuando vamos a ver cambios potentísimos en el mercado. La gestión se reorienta necesariamente cada vez más hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social. No nos espera por tanto una 'nueva normalidad' sino una sucesión continua de escenarios en la que todo lo nuevo se volverá viejo en periodos de tiempo muy cortos.