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Entrevista a la nueva presidenta de la interprofesional del huevo (Inprovo)

Ester Muñoz: "La eliminación de las jaulas en las granjas se ha ralentizado por el alza de costes" 

Foto: EDUARDO MANZANA
28/05/2023 - 

VALÈNCIA. La valenciana Ester Muñoz es desde hace un mes la nueva presidenta de la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (Inprovo). Un cargo que ocupará durante los próximos dos años, en los que deberá hacer frente a los importantes retos que afronta el sector, principalmente la reconversión de las granjas por sistemas de producción alternativos a las jaulas. 

Y todo ello en medio de una coyuntura complicada con la amenaza de la gripe aviar y el alza de los cereales y las materias primas. Una inflación que las empresas han tenido que repercutir en el precio del huevo para el consumidor final gracias a la nueva Ley de la Cadena Alimentaria con el objetivo de mantener rentables los negocios.

El sector avícola en España produjo en 2022 el equivalente a 1.300 millones de docenas de huevos, lo que situó al país como el tercer productor de la Unión Europea, con un 12,5% del total, solo por detrás de Francia (14,1%) y Alemania (13,6%). En su mayoría, son negocio familiares y pymes, que generan unos 15.000 empleos directos y en torno a 60.000 indirectos en el ámbito rural. "Somos un sector fuerte y resiliente", destaca Muñoz. 

-¿Qué retos se ha marcado al frente de Inprovo?

-Seguir ahondando en la profesionalización del sector. Somos ganaderos, fundamentalmente, y tratamos con animales, pero hay un componente de empresario hacia el cual debemos de transitar. A nivel de formación y profesionalización hay mucho que avanzar y esa es una de las patas principales en las que vamos a centrar el trabajo estos años.

-¿Qué papel juega la interprofesional en el sector?

-Además de aglutinar los intereses del sector avícola de la puesta del huevo, Inprovo es interlocutor principal con los Ministerios implicados -Sanidad, Agricultura y Medio Ambiente-; y a nivel regional y europeo, con las autoridades. Además, nos aglutinamos con otros productores europeos en diferentes asociaciones para defender el sector y tratar de hacer pedagogía sobre su realidad.

-¿Y cuál es ahora la realidad del sector?

-Tenemos un sector fuerte en España. Somos el tercer país productor de huevos en Europa, solo por detrás de Francia y Alemania. Es potente y producimos entre un 15 y 20% de excedente, que exportamos a países terceros. El huevo español es muy apreciado. En España se produjeron en 2022 el equivalente a 1.300 millones de docenas de huevos y en este último año, el número de granjas ha aumentado de 1.433 en 2021 a 1.578 en 2022. En su mayoría son pymes y negocios familiares, que se sitúan en el entorno rural y tienen un impacto positivo en lo que se conoce como la 'España Vaciada' porque siempre tenemos vocación de permanencia. 

-Con la coyuntura económica actual de alza de costes de las materias primas, los cereales, la energía... ¿Afronta el sector una dura tormenta?

-Venimos de un periodo complicado y complejo. Desde la invasión de Ucrania hemos sufrido unos incrementos más notables del precio de las materias primas, especialmente de los cereales que vienen de esa zona, pero es verdad que ya veníamos sufriendo incrementos. 2021 fue un año malo con márgenes comerciales negativos porque los costes seguían aumentando, pero no éramos capaces de repercutirlos a nuestros clientes. 

Sin embargo, eso se ha revertido en 2022 con la entrada en vigor de la Ley de la Cadena Alimentaria, que garantiza que cada eslabón tenga un precio justo, lo que nos permitió repercutir precios y que los márgenes fueran positivos. Ello redundó en beneficios y en que las empresas pudieran seguir invirtiendo para mejorar a nivel técnico y para su proceso de reconversión hacia sistemas de producción sin jaulas.

Foto: EDUARDO MANZANA

-Uno de los mayores sobrecostes para las empresas es el precio de los piensos. ¿Se están estabilizado?

-Los precios de los piensos han dejado de subir con esa intensidad, pero ahora tenemos unos costes de materias primas un 75% más caros que en 2019. Aunque han dejado de subir, no han bajado a los niveles previos a la pandemia, que es cuando se inició la senda alcista, y suponen entre un 65-75% del coste total de la producción de una docena. Además, también han subido un 50% los precios de los envases y cartones para el embalaje y no se han normalizado. La energía no es tan impactante para las empresas avícolas como los piensos, pero también han crecido y las empresas buscan alternativas como placas solares o energías alternativas.

-Con este escenario, ¿los márgenes que quedan siguen haciendo rentable el negocio avícola?

-Por la incidencia de la Ley de la Cadena Alimentaria los productores sí que hemos podido explicar a nuestros clientes cómo se han incrementado los costes para repercutirlo en el precio final y eso ha permitido márgenes positivos y rentabilidad. 

-Otro de los grandes problemas del sector es la gripe aviar. ¿Qué incidencia ha tenido en España y cómo está afectando a las empresas?

-Ha impactado muy fuertemente en los productores europeos y en países como Italia, Francia y Hungría, que han vivido una situación muy grave. No hay que olvidar que cuando una granja está afectada por la gripe aviar hay que sacrificar a los animales y esperar un tiempo de entre 4-5 meses entre limpieza y desinfección para volver a recuperar la actividad y reponer los lotes de los animales. Esto es muy doloroso para los avicultores porque aman a los animales o, de lo contrario, no se dedicarían al contacto diario con las gallinas. 

En España, en cambio, hemos sido una isla a nivel de incidencia gracias al papel de la bioseguridad y la prevención en las granjas españolas. Mientras que en Europa han sido más de 2.550 los casos que se han detectado, en España solo se han dado 38 brotes, pese a ser un territorio donde transitan las aves migratorias que son las que portan este virus.

-Pero, ¿qué medidas se han implementado para esta menor incidencia respecto a otros países vecinos?

-Ha sido gracias a la profesionalidad del sector: los técnicos, avicultores, y veterinarios, así como a las estrictas medidas de seguridad que se mantienen todo el año. También, destacar la coordinación con las autoridades regionales y a nivel nacional para establecer medidas adaptadas a cada situación. 

-¿Puede acabar la gripe aviar convirtiéndose en un problema recurrente?

-No lo sabemos. Estamos combatiéndolo a nivel de prevención y estudiando también la posibilidad de incluir vacunas, aunque hoy en día no son una solución definitiva porque no han conseguido combatir la propagación del virus. Bajan la carga vírica como las del covid, pero te contagias igual. El trabajo de laboratorios ahora es trabajar en una vacuna que pueda cortar la propagación del virus.

-Con todos estos vaivenes, ¿cómo están resistiendo las empresas para sortear esta coyuntura?

-Sorteamos como podemos. A nivel de gripe aviar, redoblando esfuerzos a nivel de bioseguridad y profesionalización. Han sufrido las exportaciones porque los productores han mantenido sus compromisos con el cliente nacional y siempre han cumplido, garantizando el abastecimiento. Además, estamos trabajando en la reconversión hacia sistemas alternativos. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-Precisamente uno de los grandes retos del sector es su reconversión hacia la producción sin jaulas. ¿La pandemia y la coyuntura inflacionista actual han paralizado inversiones?

-Ha ralentizado el ritmo totalmente. Además, los precios de las instalaciones también han subido y no había disponibilidad inmediata si querías cambiar la granja porque faltaban materiales y metales que influyen en la construcción de las naves. Por tanto, entre la subida de costes, la falta de materias primas para construir y las tensiones que ha habido con márgenes negativos, el agricultor no podía hacer frente a las inversiones. 

-¿En qué punto está el sector en estos momentos en esa transformación?

-En España, una de cada tres gallinas está ya en sistemas sin jaulas. En 2022, el censo de gallinas en sistemas alternativos aumentó un 17,4% siendo ya el 31,4% del censo total. Además, el número de granjas reconvertidas se ha incrementado un 15,8% respecto de 2021. Es una transición lenta, pero segura. La velocidad dependerá de los compromisos adoptados por cada productor con respecto a sus clientes.

-¿Cuál es actualmente el sistema alternativo mayoritario en España?

-El código 2, es decir, los huevos de gallinas criadas en suelo. Desde Inprovo hemos propuesto cambiar la denominación a 'huevos de gallinas sueltas en el gallinero' porque con la actual parece que el huevo se quede dejado en el suelo y detectamos confusión en el consumidor. Existen toda una serie de mecanismos para su recogida y se respeta la higiene y bioseguridad. En este caso, la gallina está suelta en una nave y no sale al exterior, pero no está en una jaula, que ese es el código 3 y el que poco a poco se va abandonando. Después está el código 1, que son las gallinas camperas, aquellas que duermen en una nave, pero por el día tienen acceso libre al exterior. Y finalmente está el código 0, las ecológicas, aquellas que viven igual que las camperas solo que su alimentación procede de agricultura ecológica. 

-¿El sector está comprometido con esta reconversión o existen recelos?

-Hay un poco de todo. Es un escenario incierto porque no sabemos si vamos a poder hacer una transición al 100% ya que hay que reducir parte de los censos y es importante mantener un nivel alto de producción para abastecer al mercado interior y exterior. Estamos en una tercera parte del camino y queda mucho por recorrer. Sin embargo, estamos observando un comportamiento dual en el consumidor. Mientras algunos pueden comprar un producto de valor añadido como es el huevo campero y ecológico, hay otro que elige las opciones más baratas y formatos grandes. Nosotros como empresarios tendremos que dar respuesta a las demandas de nuestros clientes. 

-¿El consumidor mayoritariamente por qué opción se decanta?

-No hay un único consumidor. Observamos esas dos tendencias: uno que está dispuesto a pagar más por un huevo que se ha producido con mejores condiciones para el animal y en condiciones de libertad y otro que no lo valora tanto y pone en primer lugar el precio. El huevo campero sigue creciendo a buen ritmo, pero se está también optando por opciones más baratas. También depende de la oferta de los lineales de la distribución porque hay supermercados que no tienen la opción de huevos de gallinas en jaula. En cualquier caso, detectamos que el precio es el factor determinante y cuando hay dudas se opta por la opción más barata.

-¿Se podría abastecer a todo el mercado con granjas bajo sistemas alternativos?

-Podría abastecerse y vamos hacia eso. Todo depende de la opción del consumidor porque supone una inversión muy grande para el avicultor, que equivale a toda la facturación de un año. Hablamos de más de 1.000 millones de euros para convertir todo el censo a sistemas alternativos. Es posible mientras haya incentivos económicos para hacerlo y sea rentable, pero, de momento, es voluntario, ya que no hay ninguna legislación que fije plazos. Es verdad que Europa está asesorándose y elaborando estudios de impacto social y económico sobre lo que significaría la eliminación de las jaulas, pero no sabemos qué horizonte temporal tendrá. Desde el sector solicitamos tiempo y recursos.

-¿Cuánto tiempo necesaria el sector en España para lograr el 100% de las gallinas en sistemas libres de jaulas?

-La velocidad de conversión en los últimos años está siendo de un 5% de crecimiento cada año. Por tanto, necesitaríamos tiempo todavía porque queda un 70% por convertir. Por ello, pedimos tiempo para que las reglas del juego estén claras para todos y poder amortizar las inversiones. También reclamamos ayudas. Desde Bruselas se interpeló a los Estados miembros a que activaran ayudas para esta reconversión pero, de momento, no hay. Solo Castilla-La Mancha ha habilitado una línea específica para la reconversión de las jaulas. Necesitamos que España atienda a esa petición y se articulen mecanismos para acelerar el ritmo de las inversiones. 

Foto: EDUARDO MANZANA

-El huevo ha sido uno de los productos que más ha subido en la cesta de la compra. ¿Va a seguir la tendencia al alza?

-Se habla de un crecimiento de cerca del 30%. De todas maneras, dentro de las proteínas y las alternativas en alimentación, el huevo es un producto imbatible a nivel nutricional porque tiene muchos valores nutricionales. Además, es muy completo y muy flexible a la hora de cocinar. Tenemos estudios que dicen que es la proteína que los consumidores españoles prefieren antes que las legumbres, el pescado y o las carnes blancas. Está ganando cuotas de estómago. 

-¿Cuándo prevé que llegue una estabilización al precio final del huevo para el consumidor?

-Entendemos que vamos hacia una estabilización, pero todo dependerá de la disponibilidad de materias primas. Es cierto que en España la sequía sí que está incidiendo en la disponibilidad de cereales, pero el sector avícola español se nutre en gran parte de cereales importados de terceros. Por tanto, todo dependerá de los costes a nivel piensos y cereales. Si los precios se estabilizan, los productores podrán, a su vez, se normalizar el precio final y habrá un ajuste a la baja. Hay que indicar que seguimos viviendo una tensión muy importante a nivel de oferta y demanda en Europa por la incidencia de la gripe aviar. 

-¿Cómo valora la propuesta de algunos partidos como Podemos de topar el precio de algunos alimentos como el del huevo?

-No lo vemos viable. Estamos en un libre mercado que se rige por la oferta y la demanda. Hay momentos en los que los precios están más altos y otros, más bajos. De hecho, el diferencial con el resto de Europa es bastante notable y aquí en España seguimos teniendo precios más económico. Al final estamos al albur de la oferta y la demanda.

-¿Entonces, el consumo de huevo se ha recuperado?

-Nuestra percepción es que aumenta el consumo de huevo. El año 2020 fue atípico porque todos estábamos en casa y su consumo se disparó por el encierro en casa, pero estamos observando niveles de consumo en aumento, aunque no tengo datos concretos. Eso sí, el huevo está presente en el 95% de los hogares españoles y es un producto básico. La demanda de huevo sigue estable pese al incremento de precio.

-¿Cree que ha tenido algo que ver el cambio de mentalidad y la ruptura de ciertos mitos como que era "malo comer más de dos huevos a la semana"?

-El falso mito del colesterol asociado al huevo se ha desmentido ya por diferentes publicaciones y estudios, pero es verdad que eso queda en el imaginario colectivo. Es verdad que sigue estando la creencia de que si ya has cenado huevo dos veces por semana es suficiente, pero objetivamente no hay ninguna limitación más allá de una dieta variada y equilibrada. El huevo no es negativo a no ser que el médico prescriba otra cosa. Justamente el foco de Inprovo está en eso porque hemos detectado que familias con menores de 14 años y familias monoparentales sin hijos son las que infraconsumen huevo por esa percepción de la limitación. Por eso, intentamos combatir ese prejuicio con una campaña específica cuyo eslogan es 'Hoy huevo' para explicar a la población que no hay motivos para limitar el consumo de huevo a nivel semanal.

-En los últimos meses ha habido un gran 'apetito' inversor con la compra de compañías y el sector de la alimentación está en el foco. ¿Los fondos están entrando en el sector?

-A nivel general, se están produciendo grandes operaciones en todos los sectores. Recientemente, estamos observando también cierto interés de los fondos de inversión en el sector agroalimentario. Entendemos que la incursión de algunos fondos en el sector del huevo español demuestran cierto atractivo para la inversión y, sin duda, será un modelo que coexistirá de forma natural y complementará otros modelos como son las pymes familiares, dentro de un tejido productivo diverso y orientado al consumidor.

-¿Qué le espera al sector de cara a los próximos meses y finales de año?

-A nivel de precios, como he comentado, entendemos que una vez se normalicen las materias primas y los cereales, se estabilizará. España es un país receptor de turistas y los hoteles son un gran dinamizador del consumo de huevo. De hecho, en la temporada estival tenemos grandes picos de consumo. Por tanto, tenemos estimaciones halagüeñas a nivel de producción y de consumo. Queremos sacar al huevo de ese estigma histórico de limitar su consumo y asociarlo a falsos mitos del colesterol, cuando no es así y es un producto saludable. 

Y, en cuanto a la reconversión del sector, entendemos que habrá tiempo y es lo que le pedimos a las Administraciones para que esa transición no sea traumática y podamos seguir abasteciendo a nuestros clientes. Al final, cada empresario necesita su ritmo.

 

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