"Saldremos a bolsa, pero no a corto plazo"
MURCIA. El nombre de Javier Marín (Madrid, 1966) es muy conocido en el mundo financiero y más en Banco Santander, donde se incorporó en 1991. Desde 1995 hasta 1999 fue secretario personal de Emilio Botín y en abril de 2013 sustituyó a Alfredo Sáenz como consejero delegado de la entidad de origen cántabro. Pero el repentino fallecimiento del histórico banquero en 2014 cambió su destino, que apuntaba a ser el heredero en la Presidencia del Santander.
La llegada de Ana Botín a la Presidencia del ‘banco rojo’ revolucionó la entidad, ya que acabó con la guardia pretoriana de su padre. Pero Marín se lo tomó con calma y empezó a labrarse un futuro profesional en un proyecto propio. O mejor dicho: compartido con la reputada firma estadounidense de capital riesgo Warburg Pincus. El banquero madrileño y la mencionada compañía se hacían con Self Bank en junio de 2018. La misma entidad que fue rebautizada con el nombre de Singular Bank en enero de 2020, como así se le conoce hoy.
Marín y Warburg Pincus tuvieron claro que había que ganar tamaño a través del crecimiento inorgánico. Compraron durante 2020 la histórica agencia de valores MG Valores, la gestora de instituciones de inversión colectiva Belgravia Capital (hoy en día Singular Asset Management) y el negocio en España de la luxemburguesa Quintet Private Bank, antigua KBL.
En octubre de 2021 daba un golpe de mano al hacerse con el negocio de banca privada en España de UBS. Esta operación todavía trae cola porque los suizos se hacían con sus paisanos Credit Suisse en marzo pasado, mientras se preveía que UBS cerrase el negocio de banca privada que Credit Suisse tenía en nuestro país o venderlo a un tercero por no poder operar en territorio nacional por aquello de la competencia.
Singular Bank va camino ya de los seis años y su alma mater se muestra decidido a seguir creciendo. Y no quiere escuchar la palabra 'jubilación': "Si Dios me da salud, yo tengo previsto seguir sine die", confiesa en esta entrevista.
-Sus últimas aperturas fueron en Bilbao y Vigo. ¿Prevén alguna apertura más?
-Esto nunca es fácil. No somos banca comercial: nosotros no vendemos cosas, vendemos confianza. La clave es la relación con las personas. Por eso es fundamental encontrar a las personas. Antes de abrir en Barcelona, habíamos abierto en muchos sitios, pero no lo hacíamos aún en la ciudad condal porque nos faltaba la gente adecuada. Ahora mismo cubrimos 13 provincias distintas. Estamos casi donde nos gustaría estar para lo que nosotros hacemos. Nuestro negocio está muy orientado al mundo de ahorradores, cubrimos necesidades financieras, pagos y créditos. No obstante, si todo va bien, el año que viene abriremos otra oficina más.
-¿Qué planes y objetivos se han propuesto en Singular Bank?
-Hacer las cosas muy bien. Somos un banco joven. Estamos en un proceso de construcción de la marca, que se basa no sólo en las campañas sino también lo que dicen de nosotros los clientes sobre cómo es el servicio. Para nosotros es importante diferenciarnos de los demás. Cuando me preguntan '¿qué hacéis?', siempre respondo: hacemos lo mismo que los demás, pero nuestra diferencia es el cómo.
"el banco tiene buena fortaleza, ya no vamos a pedirle a los accionistas que aporten capital"
-¿Y cómo lo hacen?
-Vamos siempre al 'para qué'. La banca ha dado recetas a los clientes sin haber hecho análisis. La gente no quiere dinero para tener dinero. Nadie quiere una hipoteca, quiere una casa, por ejemplo. La gente quiere el dinero para una jubilación, para sus hijos, para comprar otra empresa... Y eso hay que entenderlo muy bien. Hay que hacer una planificación para después definir cómo hay que gestionar bien el patrimonio, inversiones, créditos... Adaptas el banco al cliente, y no al revés. Nosotros hemos acuñado un código de valores que define la manera de trabajar. Es el alma del banco. Hablo del respeto, de la empatía, de la confianza, independencia, honestidad, rigor... Y la transparencia, pues los bancos hemos pecado de no ser lo suficientemente claros con los clientes.
-Cuando le preguntaba por los planes, quería saber si tienen alguna operación de compra en mente que sea confesable...
-Confesable ahora mismo no hay nada [sonríe]. Nuestro 'plan A' ha sido y es seguir con nuestro crecimiento y aprovechar las oportunidades, siempre que tengan sentido estratégico y financiero.
-Singular Bank nació en 2018. ¿Ha logrado ya el 'break even' (el punto de equilibrio entre pérdidas y ganancias para después entrar en 'números verdes'?
-Sí, claro. Este año generaremos un beneficio operativo por encima de los 10 millones de euros. Y al año que viene será superior. Generamos nuestros recursos y nuestro capital. Somos el banco más capitalizado de España, sin ninguna duda. El banco tiene un estupendo nivel de fortaleza de balance, con una base de capital de 300 millones de euros. Ahora ya no vamos a pedirle a los accionistas, entre los que estoy yo, que aportemos capital. Somos autónomos.
-¿Dónde está el techo del banco?
-Donde nos lo marquemos, como cualquier empresario. Nuestro objetivo es ser los mejores.
-¿Contempla entonces la salida a bolsa?
-Sí, es el plan que tenemos. Pero no será a corto plazo. Pensamos que hay un hueco claro para nosotros. Somos una compañía muy previsible en la cuenta de resultados. Tenemos morosidad cero, con lo cual la línea de provisiones no es volátil. No hacemos trading por cuenta propia. No asumimos riesgos de mercado. Podemos tener una política generosa de remuneración al accionista. No hay nada parecido en España en la bolsa.
"El conflicto con UBS no nos afecta, pero deben cumplir con lo que firman"
-Su socio es la firma de capital riesgo americana Warburg Pincus. Por lo general, este tipo de empresas no suelen manejar plazos de inversión que superen los siete años. ¿Hasta cuándo seguirá la alianza?
-Ellos son muy peculiares, eh. Les conozco desde el año 1994. Warburg es el decano del capital riesgo de EEUU. Solamente invierten en crecimiento. No es nada fácil dar con compañías así. Y cuando encuentran una que crece, aunque llegue el reloj biológico a ocho o nueve años, se mantienen. Su filosofía es de sentido común. De hecho, ellos tienen compañías en las que han invertido 30 años. Y tienen vocación de permanencia mientras demostremos que somos un banco rentable y que crece. Lo lógico es que en algún momento, cuando al fondo de cosecha le llegue el contador a cero, buscarán un evento para justificar una valoración. Ese evento probablemente sea nuestra salida a bolsa. Pero la gente mete al capital riesgo en el mismo saco, cuando hay visiones muy distintas.
-¿Cómo ve el mercado para el 2024?
-Está complicado. Veo todo muy incierto en la economía. Pero no soy pesimista, soy cauto. Desde el punto de vista macroeconómico, no deberíamos tener una catástrofe. Estamos viendo que EEUU ha ido mucho mejor de lo que todo el mundo esperaba y probablemente vaya de menos a más. Aunque ya estamos empezando a ver los primeros síntomas de ralentización, con un primer semestre más duro. Los tipos de interés están al 5,5%; los tipos hipotecarios, al 8%. Vemos los primeros síntomas de debilitamiento de la demanda interna, el consumo. En Europa los datos son malos, con una Alemania en recesión. La economía española ha tenido una desaceleración al 0,3% en el último trimestre.
Hay elecciones al año que viene en EEUU y es posible que los republicanos aten el presupuesto de gasto del actual Gobierno demócrata, lo que dejará menos margen y maniobrabilidad. Y, por otro lado, ya se está pasando el ahorro embalsado durante la pandemia. La inflación es correosa, aunque se controlará un poco más. No creo que veamos una bajada de los tipos en Europa hasta el segundo semestre, y además será un descenso tibio. Tendremos un 2024 económico más bien flojillo y un 2025 con una recuperación lenta.
"El Gobierno de España no genera certidumbre ni seguridad"
-No me resisto a preguntarle su opinión por el nuevo Gobierno de España que acaba de ponerse en marcha.
-Las agencias de rating Moody's y Fitch han puesto sobre la mesa lo que pensamos todos. Tenemos un Gobierno muy fragmentado, porque depende de siete partidos distintos, lo que genera incertidumbre. Eso lleva a la inestabilidad y trae riesgos. Significa menos confianza, menos consumo y menos inversión. Cuando alguien invierte, busca certidumbre y seguridad. Y eso no es lo que tenemos exactamente encima de la mesa. Tampoco nos ayuda este proceso de polarización sociopolítica.
-También le quiero preguntar por el conflicto con UBS. Ustedes anunciaron acciones judiciales contra la entidad suiza por no respetar el acuerdo de no competencia al quedarse con el negocio de banca privada de UBS, que posteriormente compró Credit Suisse y cuyo negocio en España es competencia directa.
-No puedo contar mucho, porque tenemos firmado un acuerdo de confidencialidad. Sí le puedo ratificar lo que dijimos en su día: tenemos clara nuestra posición y defenderemos nuestros intereses.
-¿Cuándo vence el acuerdo que tiene firmado UBS con Singlar Bank sobre si vuelven a generar negocio como el ocurrido con Credit Suisse?
-No hay vencimiento. Pero ese acuerdo es confidencial y no puedo dar más detalles. Es un tema que comercialmente no nos afecta, pero la gente debe cumplir con lo que firma. Eso sí es importante.
-Una última cuestión: ¿piensa en la jubilación?
-Uy, qué va. Mi madre tiene 88 años y todavía trabaja. Así que si Dios me ha dado la misma genética y mantengo la salud, yo tengo previsto trabajar sine die.