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ENTREVISTA al nuevo director de sona la dipu

Quique Borrás: "Durante los últimos años se le ha colgado a Sona la Dipu el cartel de festival indie y es falso"

28/03/2017 - 

VALÈNCIA. El periodista Quique Borrás está a punto de cumplir su primer mes como director musical de Sona la Dipu. Este cargo de nueva creación y dependiente del área de Juventud de la Diputación salió a concurso hace unos meses con el objetivo de dar una mayor proyección a esta plataforma para jóvenes músicos valencianos. Un proceso de selección apoyado en la decisión de una comisión conformada por tres expertos independientes, además de la diputada responsable, Isabel García, y el jefe de Servicio de Bienestar, Juan Carlos Santos, que se inhibieron de la votación. Las calificaciones de su proyecto -aunque no fue el más valorado- y su curriculum -donde destacó a los puntos, según las fuentes de la institución- fueron fundamentales para un fallo del que se destacó por "su marcado perfil técnico" y sus "30 años de experiencia en el sector discográfico".

Integrado ya en la dinámica de un proyecto que dio un giro el pasado año con distintos cambios (la coorganización de los conciertos junto a los ayuntamientos, el fin de la gratuidad de los mismos, la incursión de un jurado profesional para la selección de grupos y ganadores...), Borrás vuelve así a escena tras siete años fuera del circuito profesional. Este Licenciado por la Universidad Cardenal Herrera-CEU impulsó la apertura de la tienda de discos Ritmo a finales de los 80, de la que fue director. De allí pasó a Contraseña Records, discográfica independiente valenciana que llegó a ser la tercera del Estado y que absorbió Ritmo para finalmente cerrarla. Desde mediados de los 90 hasta 2010 fue jefe de producto y director de comunicación de esta empresa de la que se desvinculó por motivos personales. Ahora, el cargo como máximo responsable de Sona la Dipu le pone al frente de la gestión de 800.000 euros para la promoción, formación y actividad de grupos valencianos.

-¿Qué le motiva en su vuelta al escenario de la gestión musical, ahora desde la Administración pública?
-Mi vuelta al mundo de la música es porque he encontrado este proyecto tan apasionante, con tantas posibilidades, que no creo que nadie pueda resistirse a ello. He entrado aquí con mucha ilusión, con muchas ganas de hacer cosas y creo que se pueden hacer, que todos tenemos que ser partícipes de ello. No niego que la música en sí, como tal, sea un negocio y pueda ser una manera de vivir, porque yo he vivido de ello muchos años, pero lo que quiero es que finalmente quien quiera acabar viviendo de la música encuentre en Sona la Dipu una de las maneras de empezar. 

-¿Cuáles han sido sus primeras acciones como director de Sona la Dipu?
-Nos hemos reunido por primera vez con los promotores y otros colectivos. Con la Asociación de Promotores de Musicales de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV), en la que no están todos, pero aglutina a una gran cantidad de ellos. Cualquier promotor puede hablar con nosotros, ojo, no estamos cerrados a ningún colectivo ni consideramos a ese colectivo como un lobby y quien no esté integrado no va a participar. Sona la Dipu debe ser una cosa de todos. Cualquier idea que pueda aportar cualquier sector, cualquier persona, cualquier colectivo que esté relacionado con la música o comparta el objetivo de Sona la Dipu, tiene mi teléfono y mi mesa para plantearlo. Por ejemplo, de una de las reuniones con colectivos ha surgido la idea de crear seminarios de formación para los grupos. Las reuniones son importantes. En la provincia sabemos que hay muchos grupos en los que participan mujeres, que quieren hacer cosas, pero para estar dentro, tienen que participar en el concurso. Queremos ayudarlas, porque seguramente haya muchas que lo hagan muy bien, pero tienen que presentarse cuando abramos el plazo para presentar maquetas. El jurado será quien decida, que por cierto, este año pasa a ser paritario: tres hombres y dos mujeres, que podía haber sido al revés, tres mujeres y dos hombres¿eh?. En la época de Paco Barberá él formaba parte del jurado y creo que su hijo también. No lo critico, pero la Diputación tiene que estar al margen de cosas como esa. El jurado puede discutir lo que quiera y yo no voy a poner en tela de juicio sus decisiones. 

-¿De qué han hablado con los promotores?
-Los promotores son empresas privadas de servicios y tanto los ayuntamientos como la Diputación deciden lo que necesitan sin discriminación, para cada concierto o para cada población. Les pedí toda la información de todos los servicios que ofrecen y la tendremos aquí e iremos viendo cómo utilizarla. 

Fotos: KIKE TABERNER

-¿Ha tomado decisiones ya?
-Una de las primeras cosas que hice al entrar aquí fue tumbar la web. Veías la web y estaba envejecida, no era nada clara y no atraía a gente. Existía una desconexión entre las redes sociales y el público interesado en el Sona la Dipu. Vamos a crear un equipo de comunicación para que la web sea muy importante, la red social también, nadie se va a quedar sin respuesta a sus comentarios. Particularmente, pienso que hay que contestar. Los 12 grupos semifinalistas tendrán su propia página con las canciones que presentan al concurso, en streaming o para descargarlas, porque queremos que la gente les oiga. También está en proyecto, pero el objetivo es retransmitir los conciertos en streaming y colgarlos en YouTube, así que se va a crear una web atractiva con protagonismo de los grupos, conciertos, jurados, festivales, giras... todas estas cosas que hay que ir creándolas poquito a poco. 

Sobre las salas de conciertos: "Hay una cosa que no me gusta y es que a los grupos se les cobre por tocar".

-Se ha reunido con promotores, pero supongo que en el caso de los artistas es más complicado porque ni siquiera existe un censo. ¿Le gustaría que se asociaran y tuvieran algún tipo de plataforma para interlocutar?
-No existe un censo. Me parece interesante que se trate de crear. Me parece interesante que los grupos confluyan en un colectivo, porque lo cierto es que están como diseminados. Por ejemplo, hay colectivos de grupos en los que participan mujeres. Hay más de uno, pero estaría muy bien que existiera un censo general. La verdad es que no sé muy bien por qué no existe ese colectivo. Quizá porque muchos de ellos no acaben de creérselo del todo, porque están en un proceso de formación. He revisado la lista de participantes de los últimos años en Sona la Dipu y hay muchos grupos de una existencia efímera. Por contra, hay grupos que nunca se han presentado a Sona la Dipu y su carrera continúa.

-¿Con qué otros colectivos espera reunirse próximamente?
-Con los gestores de locales de ensayo y con las salas de conciertos. Me gustaría reunirme con todos ellos porque creo que forman parte de la estructura musical. Hay una cosa que no me gusta y es que a los grupos se les cobre por tocar en las salas. Soy consciente de que la música no vive una época dorada, que antes se les pagaba, pero sinceramente, no me parece bien que se les cobre un alquiler de local por tocar. No me voy a meter con la política de cada local. Me gustaría reunirme con ellos también para que intervengan en el programa.

-¿Quién marca los criterios de selección de las bandas?
-El jurado marca sus propios criterios de selección. El objetivo de Sona la Dipu es tan amplio que el jurado puede definir cuáles son sus objetivos a la hora de escoger o no escoger un grupo porque, literalmente [lee de las bases] el objetivo de Sona la Dipu es el de 'dar a conocer a artistas valencianos dentro del panorama musical, apoyándolos y contribuyendo al perfeccionamiento de estos artistas y dando la oportunidad de compartir nuevos conocimientos y experiencias'. No solo en las seis actuaciones, sino en las líneas de actuación que se prolongarán durante todo el año.

-¿Cuándo se dejará notar la impronta de su proyecto en Sona la Dipu?
-Cuando alguien empieza en un puesto se le dan 100 días, pero yo necesitaré al menos un año. No se van a poder poner en marcha todas las ideas antes de que acaben los conciertos de este verano, luego empezaremos con las giras de invierno, la posibilidad de los seminarios o cursillos a llevar a cabo, la grabación del disco, las giras por España... Hemos hablado ya con entidades privadas y me parece muy interesante que la Diputación colabore con empresas como FNAC. FNAC ha conseguido ligar su marca a cultura y realmente su apoyo será importante. Al fin y al cabo, los artistas quieren acabar volando solos en el mundo de la música. Tienen que vender y nosotros queremos ayudarles. Pueden ser muy buenos haciendo su música, pero les pueden faltar cosas. 

Fotos: KIKE TABERNER

-¿Se seguirá con la fórmula de los seis grandes conciertos?
-Es necesario hacerlos, porque si no, ¿quién iría a ver los preselecionados de Sona la Dipu? Pero la Diputación no es ni promotora ni organiza ningún concierto. Eso ha cambiado. La Diputación tiene un programa y los ayuntamientos son los que solicitan participar de ese programa, implicándose en la organización.

-¿Bajo qué criterios se seleccionan esos seis municipios dentro de la provincia de València?
-Normalmente deben ser municipios grandes, porque son eventos que si va un artista de cierto caché... y nosotros pagamos el caché. La idea es que la selección de municipios sea alternativa. No sé cómo ha sido hasta ahora, pero este año hay unas poblaciones y creo recordar que no repite ninguna. Si el año pasado una semifinal fue en una población, este año no puede volver a ser. En la política de organización de esos conciertos los ayuntamientos deben asumir unas responsabilidades. Si están dispuestos y quieren participar del programa, todos tienen las mismas posibilidades que cualquier otro.

-¿Cambian las posibilidades ahora que se ha marcado como objetivo abarcar todo el año con conciertos de los grupos seleccionados?
-El programa dura todo el año. Los conciertos no son solo un circuito de verano. Nos planteamos fuera de esos conciertos una serie de líneas para giras por ciudades de España o el circuito de invierno que puede realizarse en determinados locales de València. Pero ahora si un ayuntamiento en noviembre o diciembre lo solicita, puede tener conciertos. Ahora mismo se escuchan las peticiones de ayuntamientos por artistas, pero en lo que se refiere a los seis grandes conciertos, pero vamos a buscar que en cualquier caso tengan coherencia con los grupos preseleccionados por el jurado. 

"los dj's no están dentro ni del esquema ni de los objetivos de Sona la Dipu".

-¿Cómo visualiza el nuevo Sona la Dipu cuando pase ese periodo?
-Estoy abierto a todas las ideas que puedan surgir. Puedo decir que va a ser algo muy abierto, más global y que no se va a limitar a los grandes conciertos. Que salgamos de la provincia de València y luego hay una cosa que, llevo 24 días aquí, pero hay algo que me hace pensar que esto se puede conseguir: gozo de la confianza de los que me han elegido para llevar a cabo esta tarea. No se ha puesto en duda ninguna de las acciones que he propuesto. Se pueden poner en duda y me puedo equivocar, porque puedo tener alguna idea más utópica o irrealizable al nivel económico con el que trabajamos. 

-¿Tiene un presupuesto suficiente?
-Sí. Sona la Dipu tiene un presupuesto suficiente para el proyecto que esperamos... creemos que nos va a sobrar dinero cumpliendo los objetivos que nos hemos marcado. Incluso con los costes de participación en festivales, el circuito de invierno, el plan global, el plan de comunicación que también tiene un coste... pero tiene presupuesto. Creemos que es suficiente y si en alguna cosa nos quedásemos cortos... si alguna cosa no se puede poner en marcha en todos sus aspectos quizá continuemos desarrollándola el año que viene. Sona la Dipu ya viene marcada por la transición del año pasado. Todo está en reconversión. Vamos a procurar utilizar racionalmente el presupuesto para cada una de las líneas de actuación porque es el dinero de todos. 

Fotos: KIKE TABERNER

-En el apartado de 'Méritos profesionales' de las bases del concurso se valoraba el "conocimiento del panorama musical valenciano". Utilizando este requisito como excusa, ¿cuál es la música que le gusta al nuevo director de Sona la Dipu?
-Mis dos pasiones son la música y el cine. Hay gente que se pasa horas leyendo y yo me paso horas escuchando música. Pero no haciendo otra cosa y escuchando música, sino escuchando música de manera activa. Me gusta oír música y me gusta oír cosas nuevas. En ese aspecto, aunque ahí no estén grupos valencianos, yo escucho mucho Spotify como lanzadera para oír cosas nuevas y me gusta que me sugiera cosas nuevas. De muchas de esas cosas que me ha sugerido he acabado comprándome el disco. Me gusta oír de todo, que no quiere decir que me guste todo. Jamás me oirás decir que algo es bueno o malo. Puede gustarme o no gustarme. No me voy a mojar sobre grupos valencianos, pero me gusta desde el pop clásico de los 60 al rock sinfónico de los 70, desde el pop de principios de los 80 con la Movida y la new wave... Puede haber algún grupo en Sona la Dipu que a mí no me guste y tenga todas las posibilidades. A mí no me gusta todo. Hay grupos que han vendido millones de discos en el mundo y a mí no me gustan. Yo oiré a todos los grupos de Sona la Dipu y puede que a mí algo no me guste, pero eso no significa nada para el jurado. Estamos abiertos a todo tipo de grupos. De hecho, creo que durante los últimos años se le ha colgado a Sona la Dipu el cartel de ser un festival indie. Creo que con los dos últimos años empieza a ser falso. No creo que Badlands, Holy Paul o Meridian Response sean grupos indies.

"En Sona la Dipu no hay discriminaciones ideológicas ni de sexo ni de nada".

-¿Volverá Sona la Dipu Dj's a lo largo de su mandato?
-Los dj's, salvo contadas ocasiones, no creo que creen cultura. Creo que modifican algo que ya existe. El fenómeno de Sona la Dipu Dj's... no quiero menospreciarlo, pero aquí estamos para apoyar a los que crean cultura. La cultura del dj está bien para determinadas cosas, pero queda fuera de los parámetros de Sona la Dipu. El año pasado se quejaron porque desapareció con argumentos que no son ciertos. No son ciertos por lo que he podido comprobar. Eso de que el presupuesto de Sona la Dipu dj's era bajo no es cierto. Uso el ejemplo más exagerado: en 2010, el presupuesto de producción, sin publicidad ni convenios, fue de 178.000 euros, lo cual me parece una salvajada. No niego que los dj's tengan su papel, pero no están dentro ni del esquema ni los objetivos de Sona la Dipu en este momento.

-¿Cree que la imagen política de la Diputación en algún caso ha podido desalentar a bandas para que, en el pasado, decidieran no presentarse a Sona la Dipu?
-Es posible que eso existiera, pero esos motivos políticos no existen. A mí me han escogido por mi perfil técnico. En Sona la Dipu no hay discriminaciones ideológicas ni de sexo ni de nada. 

-Hablemos de su etapa profesional previa. ¿Qué nos puede recordar de Ritmo?
-Fue un proyecto muy ambicioso, muy personal. Cuando viajaba entraba en las tiendas de discos de cualquier país, de cualquier capital, y me quedaba perplejo. No había nada así en España, ni siquiera en Madrid, aunque pronto abrirían algunas. Todavía no había abierto la Virgin MegaStore y estuvimos en conversaciones para que València fuera esa tienda, pero al final se nos echaba el tiempo encima y había que abrir. El objetivo era que encontraras lo que estabas buscando y si no lo encontrabas, pudiéramos conseguírtelo.

Fotos: KIKE TABERNER

-¿Qué sucedió para que cerrase?
-Acabó vendiéndose a Contraseña, que era un sello independiente. Continué un tiempo en Ritmo, pero, antes de que cerrase, ya me había integrado en Contraseña. La llegada de FNAC era inminente y era imposible plantearse competir con una tienda así. 

-¿Cómo fue su llegada a Contraseña?
-Nació simultáneamente a Ritmo, aunque eran empresas que no tenían nada que ver. Contraseña encontró un filón con el disco de Techno Valencia (1991), algo que fue una sorpresa para la propia empresa y que tuvo tal impacto que se propusieron una serie de objetivos más ambiciosos. Más adelante, decidieron que yo era la persona adecuada para llevar adelante esos proyectos a la vez que en 1995 cerró Ritmo. Esto me apenó mucho, porque era algo personal, pero incluso durante esta breve etapa con la tienda abierta la industria de la música sufrió varias crisis. 

Los motivos del ocaso en la venta de música en formatos físicos: "la gente lo achaca a internet, pero no creo que se debiera a un solo factor".

-¿Cuáles fueron sus logros en Contraseña?
-Por ejemplo, fuimos la primera compañía independiente que consiguió que las multinacionales le cedieran repertorio para recopilatorios. Hablo de los Maxi Pop. Hacíamos muchos recopilatorios y aquella lucha por convencer a las compañías fue brutal. Eran canciones o bandas que para ellos significaban poco, pero que en València pesaban mucho por alguna canción. Conseguimos incluso que nos cediera derechos Warner. Y nos convertimos en la tercera compañía independiente de España. 

-Quizá les interesaba económicamente.
-No creo. Para una multinacional, por royalties, esa cantidad de dinero no es importante. El en el mundo discográfico, desde siempre, todo se ha movido por relaciones. Llevarte bien con una persona que domina un departamento y, si no le caes bien, pues estás apañado. No siempre conseguimos lo que queríamos. Desde dar con grupos con los que, sin internet, era imposible entablar negociación, desde Midnight Oil a los Doobie Brothers, o intentarlo con canciones de los Eagles. No siempre lo conseguíamos.

-¿Y en qué consistía el trabajo como jefe de producto?
-Era un trabajo frenético: buscar las canciones, diseñar portadas, encontrar los nombres adecuados para los recopialtorios, encontrar los masters que, sorprendentemente, las compañías no solían tener localizados. Y eso para recopilatorios de música dance, baladas, temas pop clásicos... Tuvimos otro hito importante que fue el lanzamiento de 'Knockin' [una de las famosas covers de la época para discotecas] que referenciamos para países como Bélgica o Alemania. Solo en Alemania, el maxi vendió dos millones de discos.

-¿Cómo se encajó el declive de la venta de música en formatos físicos? ¿A qué lo achaca?
-Con mucha pena. La gente lo achaca a internet, pero no creo que se debiera a un solo factor. Es la conjunción de varios factores. En Contraseña se vendían muchos álbumes y se pasa a vender cada vez menos, así que también hay que pensar que puede ser por falta de creatividad, por los precios altos. Entrábamos en la época de la globalización y empresas como Amazon empezaban a operar. Se podía comprar fuera con facildiad a precios inferiores. Además, desaparecieron muchas tiendas de discos, así que había un problema de punto de venta. No fue solo internet.

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