ALICANTE. Rubén Martínez Dalmau (Teulada, 1970) es el vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana y titular de la cartera de Vivienda, fruto del segundo pacto del Botànic suscrito en Alicante entre PSPV, Compromís y Podem. En esta conversación con Valencia Plaza, pasa revista a toda la actualidad relacionada con la política de vivienda, el incremento del precio del alquiler y las medidas que contempla su departamento para intentar facilitar el acceso de la gente a los pisos sociales.
-¿Está contento con la Conselleria de Vivienda diseñada? ¿Es lo que pretendía desde el principio?
-Cuando se llega a determinados lugares, no puede hacer todo lo que uno quiere. Siendo eso una realidad, la capacidad de acción que tiene la Vicepresidencia de la Generalitat y la Conselleria como la de Vivienda, es muy grande. No sólo por las competencias que tenemos, sino por la capacidad que tienes de situar asuntos en la agencia pública o exponer las cosas para que la gente lo pueda entender, algo que antes no pasaba. Es más fácil que te escuchen como vicepresidente del Consell que en un aula como profesor. Estos primeros siete meses han sido muy intensos en trabajo, hemos tenido la capacidad de situar asuntos en la agenda pública y hacer cosas que pretendíamos. O al menos, de comenzarlas.
-Entiendo que su objetivo primordial es facilitar el acceso a la vivienda tanto para sectores vulnerables de la sociedad como en el mercado de renta libre…
-Nuestro objetivo es hacer posible ese derecho constitucional, reconocido en todos los tratados internacionales, y en la legislación valenciana, que es el derecho a la vivienda. Ese es el reto más importante que tiene el estado social, y el más difícil de solventar. Y la prueba de ello que ese artículo 47 de la Constitución no fue colocado por los constituyentes de 1978 con la posibilidad de poder reclamar ante la Justicia. Sabían que era una cosa difícil. Ahora sí que es un reto para los gobiernos que creen que el Estado del Bienestar. A ello sumamos el reto de la Transición Ecológica. Hablamos, por tanto, de los dos retos más importantes que tiene el Estado del Bienestar: garantizar el derecho a la vivienda y facilitar la transición ecológica hacia un mundo más sostenible. Todo ello se suma a la segunda pata que tiene esta conselleria, que es la Arquitectura Bioclimática. Y que hace referencia a la necesidad de buscar elementos de transición ecológica en nuestros propios edificios, donde se consuma el 40% de la energía que se consume en todo el mundo. En edificios públicos, de trabajo, nuestros hogares, etc.
-¿Qué puede hacer la Generalitat para controlar o limitar el precio del alquiler, si eso es posible?
-El precio del alquiler de una vivienda es una la preocupación más importante que tienen los jóvenes y la gente que no tiene una vivienda en propiedad. En el caso de la Comunitat Valenciana, el aumento del precio del alquiler ha sido del 44% en los últimos 5 años. En Alicante, por ejemplo, no vas a encontrar ningún piso de una habitación por menos de 400 euros. Es decir, que una persona que gane mil euros, debe destinar el 40% del sueldo a pagar el alquiler, además de la luz y el agua. Esto es insostenible. El aumento del precio del alquiler es insostenible. Por ello, es necesario actuar a la yugular del precio del alquiler. Y eso implica dejar de especular con la vivienda, hay que entender que es un derecho. Debemos tender hacia unos precios justos, que compense las expectativas de todos, de alquiladores e inquilinos, y que permita vivir con cierta comodidad.
"Debemos tender hacia unos precios justos, que compense las expectativas de todos, de alquiladores e inquilinos"
-De sus palabras deduzco que rebajar el precio del alquiler pasa por poner más oferta en el mercado…¿o hay alguna para controlar ese precio en una zona concreta?
-Hay diferentes instrumentos para controlar el precio, pero pocos se han puesto en marcha en esta última década porque nadie ha puesto la política del alquiler como una prioridad. Esa es la diferencia del Botànic pactado en Alicante, que sí lo va a poner. Los gobiernos de antes de 2015 tenían otras prioridades. Ya hemos visto que lo hacía Zaplana. Pero sí hay herramientas para controlar el precio del alquiler sin entrar a determinar el precio en concreto. Y una de las alternativas pasa por aumentar el parque público de viviendas sociales. Y se necesitaría duplicar el número de viviendas, que actualmente es de 13.000 viviendas y necesitaríamos alrededor de 35.000 pisos para hablar de un parque público adecuado. Tenemos que buscar fórmula de ampliar el número de viviendas públicas porque el actual es insignificante (un 2%) respecto a otros países europeos. No lo digo yo, lo ha dicho el relator de Naciones Unidas, que considera que hay gente que destina una parte demasiada alta del sueldo para un alquiler.
"Necesitamos duplicar el número de viviendas, que actualmente es de 13.000 viviendas, y situarlo de 35.000 pisos para hablar de un parque adecuado"
Tenemos otras medidas que debemos buscar la manera de aplicarlas. Por ejemplo, estoy convencido de que hay que sancionar las viviendas vacías, que están para que la gente viva, y las (viviendas) que no están rehabilitadas, deben estarlo y asumirlo los propietarios. Siempre habrá casos particulares en los que se pueda justificar porqué la vivienda está vacía. Pero la mayoría de esas viviendas vacías son las que tienen los fondos buitre, que han sido compradas por familias y embargados por los bancos, y en plena crisis. Esos fondos buitre están especulando con esas viviendas, y eso no lo podemos consentir. Hay que hacer frente a esos fondos, y a la especulación.
Si pudiéramos duplicar el parque público, sancionar las viviendas vacías y buscar mecanismos de regulación del alquiler, competencia que no tiene la Comunitat Valenciana, yo creo que sí haríamos frente a esa escalada terrible del aumento del precio del alquiler.
-¿Hay muchos casos de fondos con muchas propiedades vacías?
-Los hay por toda la Comunitat porque han comprado paquetes de viviendas a precios ridículos.
-¿Hay peligro de desahucio en estas viviendas?
-Esos paquetes incorporan a los inquilinos y en breve se cambian las condiciones del alquiler. Hablamos de casos en Aspe, València, el norte de la Comunitat, etc
-¿Ha pensado en aplicar medidas de incentivo del alquiler, como bonificar el IBI de las viviendas que se destinen a ello?
-Sí, soy más partidario de las políticas promotoras que de las sancionadoras. En el ámbito fiscal; ya puedes desgravarte el precio del alquiler si el precio está en la media del precio de mercado de la zona en la que se halla la vivienda. Eso ya lo tenemos. Pero el gran problema, reitero, lo tenemos con los fondos buitre, que son los que tienen las viviendas vacías. Y en algunos casos, no les podemos notificar que su vivienda está en ruina, si se da esa circunstancia. Y si no recibes respuesta, pues hay que actuar. Los grandes tenedores de viviendas son el verdadero problema, no las persona que tiene una segunda vivienda. Y los grandes tenedores son los que tienen que responder a la llamada de la administración.
"Los grandes tenedores de viviendas son el verdadero problema, no las persona que tiene una segunda vivienda"
-¿Existe la posibilidad de llegar a acuerdos con el 'banco malo', la Sareb, para que ceda la vivienda y destinarla a alquiler?
-No sólo es posible, sino que es deseable. La Sareb tienen muchas viviendas que proceden de la riqueza que han generado las familias de este país durante mucho tiempo. Y no olvidemos que esas viviendas han sido recompradas ahora con dinero público. Se han comprado con el dinero del rescate de los bancos y por tanto, son viviendas públicas. En la Comunitat, la Sareb tiene casi 10.000 viviendas.
-¿Cómo ha funcionado la política de comprar vivienda a particulares?
-Sí, lo hemos hecho. En la etapa de Alberto Fabra se compraron cero viviendas. El primer Botànic puso los elementos para que eso se pudiera revertir y hasta el pasado diciembre, se compraron 51 viviendas. Es decir, en seis de meses del nuevo Gobierno se han podido comprar 51 viviendas que se han destinado al parque público, y ahora se está adecuando. Eso es hacer política de vivienda.
-¿Está sobre la mesa que la propia conselleria promueva y destine esas viviendas al alquiler?
-Sí. El problema está en que el departamento de promoción de la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (antiguo IVVSA) fue desmantelado, en la época del PP. Lo que estamos intentando poner en marcha, a partir del próximo, es que EVHA tenga un departamento promotor para hacer vivienda pública y destinarla al alquiler. Y lo tenemos que hacer en alianza con los ayuntamientos, que son los que tienen el suelo. La Generalitat puede aportar el músculo financiero: construir casas y ponerlas en el mercado del alquiler social. La iniciativa privada puede trabajar con nosotros, hacer la obra y después comprarle las viviendas. La idea es convertir el suelo en casas. ¿Por qué? Porque no queremos más guettos, no queremos que un determinado tipo de gente sea mal vista por habitar en un determinado lugar. La política de vivienda debe ser esponjosa; en los centros de la ciudad también debe haber vivienda social, como pasa en las capitales europeas. Debe haber vivienda social en todos los barrios y debe ser algo normal y habitual. La vivienda social no puede estar dedicada únicamente a la gente que no llega a fin de mes o tiene dificultades para adquirir un piso. Eso lo tenemos que ver con normalidad.
"La iniciativa privada puede trabajar con nosotros, hacer la obra y después comprarle las viviendas. La idea es convertir el suelo en casas"
-¿Hay algún modelo de alguna ciudad o ayuntamiento que le sirva para aplicar en la Comunitat?
-Hay que revisar los modelos. Pero lo que es cierto que sin la implicación de los ayuntamientos será complicado garantizar el acceso a la vivienda. El ayuntamiento es clave porque es la administración más cercana al ciudadano y sabe de las necesidades de los ciudadanos. Los ayuntamientos son necesarios para una política de vivienda atractiva.
-¿Debería existir un portal único de alquiler de vivienda social pública?
-Estamos trabajando en ese portal. De momento, existe un portal con un catálogo de suelos de la Generalitat. Ahora, los ayuntamientos están volcando sus informaciones y allí se pondrá consultar los suelos en los que se puede hacer vivienda social.
-Hablemos de la arquitectura climática. ¿en qué consiste?
-Los valencianos somos expertos en arquitectura bioclimática. Lo que no sé en qué parte de nuestra historia dejamos de creer en ella. La piedra seca o los riu-raus son ejemplos de arquitectura bioclimática. Es la disposición de elementos dentro de la edificación para que faciliten las corrientes de aire o el aprovechamiento de la luz natural para ahorrar energía y ganar en confort. Además, consumen mucha menos. No solo afecta a los edificios propios de la Generalitat sino al resto: uno de los objetivos del Seminari de Dénia-Xàbia es el estudio de eficiencia energética de los edificios de la Generalitat. Debemos dar ejemplo. Pero el resto de edificios del futuro también debe estar en el marco de la arquitectura sostenible y estamos en permanente revisión de los códigos técnicos. El Instituto Valenciano de la Edificación está trabajando en ello, en cómo debe ser los materiales aplicables…no deja de ser una dirección general de las nuevas tecnologías de la construcción para utilizar materiales biosostenibles, de la economía singular y reciclables.