VALÈNCIA. La invasión rusa, además del drama humano, ha provocado un verdadero terremoto económico, que ha catapultado el encarecimiento de los combustibles y disparado las materias primas, que ya registraban una senda alcista. Una coyuntura que amenaza a las empresas y que llevó a la Generalitat a poner en marcha planes de contingencia para minimizar los efectos de la guerra. Entre ellos la búsqueda de mercado alternativos, como así lo hizo el departamento de internacionalización que dirige María Dolores Parra (Castelló, 1985).
No obstante, también han llegado buenas noticias a tierras valencianas con el anuncio de Volkswagen de instalar en Sagunt una gigafactoría de baterías, que generará 3.000 puestos directos y que ha dado un balón de oxígeno a la automoción valenciana. Una inversión que será posible tras duras negociaciones. "La empresa viene porque somos creíbles, por el trabajo en equipo y una gran puesta en escena", destaca Parra, directora general de Internacionalización de la Generalitat Valenciana.
Pero mientras una multinacional llega a Valencia otra baraja su salida. Este es el caso de Ford Almussafes que batalla desde hace meses con la planta de Saarlouis para adjudicarse los dos modelos eléctricos que la firma del óvalo tiene pendientes de asignar. Parra asegura que el Gobierno valenciano ya le ha demostrado que cuando ha necesitado infraestructuras "se ha estado a altura", por lo que confía en que Almussafes será la elegida. Valencia Plaza se reúne con la directora general de Internacionalización para abordar el futuro de la industria valenciana.
-Tras el estallido de la guerra en Ucrania, la Generalitat reaccionó a la crisis energética y de suministro de materias primas con un plan de apoyo a empresas para buscar mercados alternativos, ¿qué medidas se han concretado ya?
-Sí, está en marcha. Lo que se hizo en un primer momento fue analizar cómo afectaba la guerra a aquellos que dependían mucho en sus exportaciones de Rusia y Ucrania para ofrecerles un servicio gratuito en Ivace y buscarles clientes alternativos. Luego nos dimos cuenta de que había que ampliar el servicio por los proveedores. Nos empezó a llegar por el sector cerámico, por la tierra de Ucrania, pero también por materias súperconcretas químicas que el sector necesita para hacer fritas y esmaltes. Por tanto, ampliamos la búsqueda para atender tanto la importación como la exportación y estamos atendiendo esas llamadas.
Pero, además, también se analizan las oportunidades que se generan para las empresas valencianas por ese desajuste en la globalización de las cadenas de valor. Es decir, nos preguntamos si nosotros podíamos colocar en el mercado alguno de los componentes de los que antes vendían Ucrania o Rusia. Y los técnicos ya están trabajando con los sectores que sí que pueden tener interés, sobre todo maquinaria y actividad industrial.
-Precisamente la pandemia ha supuesto un impulso a la deslocalización de empresas y el trabajo a distancia. ¿Se ha traducido en una mayor demanda de empresas por instalarse en la Comunitat Valenciana?
-La verdad es que sí. Desde 2015, como gestores de la parte de captación de inversiones de la Generalitat, se atendían sobre una veintena de proyectos desde el departamento. A partir de ahí, hemos ido incrementando las empresas que se interesaban por la Comunitat Valenciana. Cuando apareció la covid pensamos que se cortaría, pero fue una sorpresa porque hemos tenido más que nunca. El movimiento de reinversión fue tan alto que cerramos el año pasado con 90 proyectos atendidos. Se percibió ese riesgo de que fallasen las cadenas de valor, de que la logística mundial dejara de ser 'just in time' y en el interés de empresas que se plantean inversiones para tener una pata en Europa. Todo eso no ha hecho más que crecer.
Un caso que viví en primera persona fue el de una empresa familiar de capital indio a la que le pidieron deslocalizar la producción en Europa y le ofrecí implantarse en la Comunitat. Todo ello durante la pandemia, cuando no se podía viajar y con la variante india, pero se hizo lo imposible para que esa empresa empezara la producción y se ha deslocalizado. Cerró con sus 500 personas en India y las tiene contratadas en Elche. Ya lleva 150, pero la idea es cerrar el año que viene con las 500. Antes era impensable que desde países con un crecimiento más bajo que el nuestro se plantearan implantar sus fábricas en Europa, pero esa deslocalización es una realidad. Las empresas vuelven a mirar a Europa como punto estratégico y la Comunitat Valenciana está haciendo lo imposible para que se nos ubique en el mapa.
"Las empresas vuelven a mirar a Europa y la Comunitat está haciendo lo imposible para que se nos ubique en el mapa"
-¿Cómo acaba un empresario cómo este interesándose por la Comunitat Valenciana? ¿Cómo se dan este tipo de conexiones?
-Vienen por varias vías. Esta apareció porque Invest in Spain nos lo mandó, pero también llegó por un cliente del mueble que había trabajado para su hija y le habló bien de la Comunitat. La clave es que se sientan acompañados y que somos un partner más. Si no cuadra y no encaja, no vamos a engañar a nadie. Somos socios fiables. Les explicamos las ventajas de implantarse aquí y que la Administración iba a responder. Creo que es la instalación industrial más rápida que se ha implantado en la historia porque en dos o tres meses estaba ya fabricando en Elche. Eso da buena reputación porque cuando este señor se vaya a Dubai o donde sea hablará bien de su experiencia. Al final es un trabajo conjunto de toda la Administración, tanto estatal, autonómica, como local.
También en mitad de la pandemia, 31 Union, una empresa súper potente de videojuegos, nos contactó. Las posibilidades eran Bilbao, Madrid o Valencia, pero nosotros hicimos todo lo posible por poner en valor lo que había. En Estados Unidos, las referencias son Madrid y Barcelona, pero cuando les enseñas el ecosistema y te apoyas realmente en los que conocen su sector, en este caso fue ESAT, la Politécnica o la Berklee, y que hablan su mismo idioma al final el resultado es el éxito de que se vengan. Porque no es que se lo diga yo como político, es que se lo dice una persona que ya vive aquí y que le va a decir que está encantada, pero también le va a contar lo malo. Estamos muy bien posicionados y entre las empresas y el círculo de inversión, la Comunitat Valenciana suena.
-Este Gobierno se muestra más sensible con la descentralización, ¿se percibe esa sensibilidad a la hora de canalizar oportunidades de inversión hacia las CCAA?
-Cada seis meses nos reunimos todas las comunidades autónomas con Invest in Spain y reivindicamos que nos pongan a todas en juego. Yo me tengo que fiar de que lo que me llega es todo lo que entra. Pero sí que he percibido que nos dan más cancha a todos para lo bueno y para lo malo. A veces tengo dudas de por qué nos sacan de algún proyecto, pero si yo estuviese al frente del Gobierno también querría distribuir y poner en valor a todas las CCAA. Es normal.
-Recientemente se conoció el interés de una empresa alemana, Next Tuna, por instalarse en algún puerto de la Comunitat, para la cría en cautividad de atún rojo para lo que preveía una inversión importante. ¿En qué situación se encuentra este proyecto?
-Hace poco tuvimos una reunión de seguimiento del proyecto en la que ellos nos preguntaron por una serie de ayudas que dependen del Ministerio de Agricultura y algunos son fondos europeos que canaliza la Conselleria. La parte inversora habló con la dirección de pesca de la Generalitat y están viendo si puede avanzar. La empresa sí que tiene interés en implantarse en el puerto de Castellón, que ha estado colaborando desde el minuto uno para explicar a la parte inversora qué trámites hay que hacer para poder tener esa concesión portuaria. Ya es una decisión empresarial, pero sería estupendo que finalmente se tomara la decisión y que pudiera implantarse en Castellón.
-El 'president' Ximo Puig anunció en septiembre que la firma Nethits invertirá 241 millones en el mayor centro de datos de la Comunitat con 200 empleos, ¿Qué se sabe de ese proyecto?
-De ese no tengo constancia. Nos entran proyectos de datos y puedo citar uno que se perdió y se ha ido a Castilla-La Mancha, aunque lo luchamos hasta el final. Es el del centro de datos de Meta (Facebook). Nosotros propusimos un terreno público en El Rebollar, en Requena, para implantar allí el megacentro de datos. Pasamos todos los cortes, quedábamos dos o tres, pero finalmente ha sido Castilla-La Mancha.
-Hay otro proyecto que no es de inversión, pero sí tiene un impacto económico relevante, como es la Copa América de vela, que finalmente se hará en Barcelona. ¿Si fuera por María Dolores Parra se haría en València?
-Tampoco he estado en las negociaciones. No sabía que se estaba dando esa posibilidad. Desconozco cuál era la propuesta de los organizadores. Igual yo tengo una mente más analítica y más económica de poner los números encima de la mesa y ver cuánto tenemos que poner y cuánto vamos a recuperar de esa inversión. Me faltaría ver los datos de la propuesta de la Copa América.
"SI LA COPA AMÉRICA no se hace en valència Entiendo que es porque no salían los números"
-¿Entiende las explicaciones para no organizarla?
-Entiendo que es porque no salían los números. Quiero pensar que no es una cuestión política, porque la imagen viene asociada a un caso anterior del gobierno del PP, sino porque realmente no han salido los números. Creo que como valencianos al final lo que queremos es que lo que venga revierta para el bienestar y la creación de puestos de trabajo. Esa es mi filosofía: intentar generar esas oportunidades. Da igual dónde vayamos, lo que queremos es que se generen oportunidades para las empresas, nuestros ciudadanos y que sigamos remando para que seamos una tierra de oportunidades reales.
-Una de esas grandes oportunidades será la gigafactoría de baterías de Volkswagen. ¿Cómo se ha conseguido la llegada del gigante alemán a Sagunt?
-Con un gran trabajo en equipo, una gran puesta en escena y porque somos una institución creíble. Al final es dar garantías de que una inversión de tal envergadura no va a tener ningún sobresalto en el camino y que van a poder ejecutar su proyecto con total tranquilidad. Creo que eso es lo que ha hecho que Volkswagen viese a la Comunitat Valenciana como un socio, como alguien que le va a acompañar en el camino y con el que puede estar tranquilo, alguien que le coge la mano y que los dos vamos a caminar por el interés de este proyecto.
-¿Cuáles han sido esas garantías que le han dado para que se decantase por Sagunt y no por los otros destinos que también se estaban barajando?
-Cumplir con todo lo que nos han pedido y que se tenía que cumplir. Nosotros entramos en el tiempo de descuento porque esto ya venía negociándose desde hacia muchos meses y otras comunidades llevaban muchos meses de trabajo realizado. Nuestra capacidad de reacción ha sido gigante para demostrar que esto era una candidatura seria. Ellos pidieron información a todas las comunidades, requisitos técnicos y plazos. Todos los 'peros' se los hemos ido resolviendo. Cualquier empresa que quiera emprender un negocio, si ve que le acompañan y le quitan piedras del camino, quiere seguir adelante.
"Volkswagen viene porque somos una institución creíble, por trabajar en equipo y por una gran puesta en escena"
-El Gobierno era más favorable a que la fábrica se instalara en Extremadura. ¿Cómo se ha conseguido dar este cambio de guión?
-No sé si el Estado tenía una predisposición por uno u otro. Nosotros no lo hemos percibido. Siempre ha sido muy cauto, sin intervenir ni para bien ni para mal. Esto era algo que teníamos que negociar las comunidades. Creo que ha sido un insistir, insistir, insistir. Desconozco cómo han sido las negociaciones con las otras comunidades, pero entiendo que el mismo proyecto y los mismos requisitos iban aquí, en Extremadura, en Aragón o en Cataluña.
-¿Tienen calculado el impacto que supondrá la instalación más allá de esos 3.000 puestos de trabajo directos de los que ya ha hablado la compañía?
-Con cifras no porque tendríamos que hacer un estudio de impacto y todavía no se ha desarrollado. Pero ya solo por lo que generan ellos de forma directa y la imagen de posicionamiento seremos capaces de atraer muchísimas otras cosas más. Los proveedores que tienen que estar cerca de la instalación de la fábrica, en el entorno. También tanto a nivel de imagen de país como de comunidad. Seguimos a la vanguardia del sector de la automoción porque te subes al carro de la electrificación. Es un mensaje tanto para Ford como para el resto de empresas de que España no se sale de este circuito. Cuando se empezó a hablar de las baterías eléctricas, antes de la pandemia, se creó un sector de trabajo de automoción dentro de la Comisión Europea en el que España no estaba, pero sí Polonia, Alemania y dos o tres más. Yo me preguntaba cómo era posible que no estuviéramos porque eso nos iba a sacar del mapa de la automoción. Luego se creó un subgrupo para que al final España estuviese. Esto lo que dice es "estamos aquí, volvemos a ser alguien en automoción". Va a traer muchísimas cosas positivas, incluso que se puedan instalar más fábricas de baterías por las ventajas de tener todo cerca y ese ecosistema.
-La llegada de Mercadona permitió impulsar Parc Sagunt, ¿tendrá el mismo efecto arrastre la llegada de Volkswagen a Parc Sagunt II? ¿Ya detectan ese interés?
-Ya nos están llegando peticiones de proveedores y de gente interesada. Pero no tiene que ser en Parc Sagunt, puede ser en Castellón o Valencia. La conectividad no se mide sólo en distancias kilométricas, sino en la facilidad de llegar y en los costes de llevar un camión o un tren. Entonces hay muchísimo juego.
-El 'president' Ximo Puig ha anunciado ya Parc Sagunt 3 y se habla de una cuarta fase. ¿Cuántas ampliaciones van a ser necesarias para las empresas se instalen en torno a la nueva gigafactoría de Volkswagen?
-Esperemos no acabar con Sagunt (ríe). Espero que sea repartido y al final se distribuya la riqueza entre todo el territorio. Insisto en que la conectividad es lo importante y no hace falta que estés a cinco minutos porque al final el coste es de cargar y descargar.
"VOLKSWAGEN NUNCA ha condicionado QUE TIENE QUE HABER UNA AMPLIACIÓN deL PUERTO PARA IMPLANTARSE"
-¿Volkswagen había puesto como condición que se llevara a cabo la ampliación del Puerto de València?
-Eso es falso. La empresa no ha condicionado nunca que tiene que haber una ampliación en el Puerto de València para implantarse aquí. No se ha planteado nunca, ni ha salido encima de la mesa. Cuando se ha negociado y se ha puesto en valor el puerto ha sido más que suficiente y con su capacidad actual no se ha visto ningún problema.
-Cuando el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, dice que Volkswagen va a tener que exportar e importar desde algún sitio... ¿Va a hacer falta más capacidad?
-Claro que va a exportar e importar por algún sitio, pero no hace falta más capacidad. Además, la gigafactoría es para dar servicio a sus plantas de producción de Pamplona y Cataluña y por ahí en barco, poco. La conectividad va más por el ferrocarril y el eje Cantábrico y Mediterráneo. Pero en ningún momento han puesto pegas ni eso ha sido un requisito.
-Otra de las grandes empresas valencianas es la factoría de Ford en Almussafes, que se juega su futuro. Hace unas semanas, la ministra Reyes Maroto se reunió en EEUU con el vicepresidente de la multinacional, Matthew Godlewski. ¿Ha recibido algún feedback del Gobierno sobre ese encuentro?
-Entiendo que el contenido de la reunión será confidencial. Pero creo que la diplomacia económica está para jugarla. Soy fan de trabajar desde todas las embajadas para que sirvan para posicionarnos como país y captar inversión, trabajar y cuidar a las multinacionales que tenemos en nuestra casa. Alguien me hacía una reflexión de que cuando tienes a alguien de fuera hay que cuidar al país de donde es el origen del capital. En este caso, que alguien vaya a visitar a Ford de vez en cuando, dentro de esa diplomacia económica, se tiene que jugar y trabajar. No solo ahora porque hay un riesgo de deslocalización, sino que esto al final es como todas las amistades y las relaciones: somos personas y se tienen que trabajar. Francia es el número uno en hacerlo y nosotros tenemos que jugar mucho más ese papel.
-¿El Gobierno está haciendo todo lo posible por forzar la electrificación de Almussafes?
-Se están siguiendo los pasos que desde la compañía se está aconsejando. Creo que es un ir de la mano conjuntamente. El mensaje que sí que hay que lanzar es que Valencia con Ford y Ford con Valencia tiene que sentir que esto es un win-win y que somos un socio de confianza a largo plazo. Estamos aquí para ayudarle a ser más competitivo en el mundo y creemos que Almussafes va a propiciar que Ford en Europa siga siendo esa empresa competitiva como lo ha venido siendo. Creo que se le ha demostrado que cuando han necesitado infraestructuras internas para seguir mejorando su competitividad, el Gobierno y los valencianos han estado a la altura. Ford tiene que vernos como un partner estratégico y que la Administración y los ciudadanos están ahí para respaldar que se nos elija como futuro de la compañía en Europa.
-El sector se ha quejado en alguna ocasión de la falta de un apoyo más firme y público del Gobierno Central a la factoría valenciana. ¿Comparte esta percepción? ¿Echa en falta ese respaldo?
-La ministra fue a visitarles a Washington y eso es un gesto para que se entienda que el Estado está ahí para respaldar esa decisión. Esperemos que llegue el mensaje a la parte norteamericana que tiene que tomar esa decisión.
-Puig reconoció que la Generalitat Valenciana ha presentado una oferta a Ford para ‘atar’ la planta. ¿Qué garantías se ha ofrecido a Ford?
-Todo el apoyo económico que se ha venido ofreciendo. Al final que nos digan ellos qué necesitan para poder hacerles una propuesta. Es como en toda negociación: si tú me dices qué necesitas yo veo hasta dónde puedo llegar. Y creo que eso es lo que falta.
-¿La gigafactoría, el apoyo de la Generalitat y los ajustes que han cerrado los trabajadores conseguirán salvar la planta valenciana?
-Al final entre el esfuerzo que están haciendo los trabajadores, más el apoyo público a nivel económico y el hecho de haber vuelto a lanzar el mensaje de que Volkswagen sí que está apostando por nuestro territorio, esperemos que se nos vuelva a poner en el foco de quién esté tomando las decisiones a nivel interno desde Ford.
"No veo las ventajas del cambio respecto al sáhara. otra subida del gas sería insostenible y un drama social para Castellón"
-¿Contempla la Generalitat un escenario sin Ford Almussafes? ¿Existen un plan de choque por si finalmente la empresa decide invertir en la planta de Saarlouis que pelea con Almussafes?
-Espero que no llegue eso. Si pasara, en mi caso sería paliar esa falta intentando captar nueva inversión para reubicar. Igual que con Acciona Nordex en la Vall d'Uixó que lo que hice fue conocer las características de la nave y qué opciones teníamos para poder reubicar las inversiones que llegan. En el caso de que Ford decida cerrar sería proponer sus instalaciones y todo el ecosistema que dejaría. Pero esperemos que no pase. Estoy convencida de que todas las cartas se están mostrando y Ford decidirá que Almussafes es importante para ellos y para seguir posicionándola en Europa.
-¿De qué manera puede afectar la llegada del gas argelino ante el cambio de rumbo protagonizado por el Gobierno español en las relaciones con Marruecos, con el conflicto del Sáhara Occidental como telón de fondo?
-Me quedé muy sorprendida porque no lo entendía. Comenté con compañeros del partido que está gobernando el país -PSOE- y les pregunté quién se había iluminado para decir que ahora es el momento de tocar el tema. Todos me daban un mensaje de tranquilidad y me decían que era 'por algo'. Yo no sé cuál es ese 'algo' y espero que sea positivo, porque hoy parece que Argelia va a renegociar el precio de la energía con España. Insisto: la diplomacia económica está para algo y hay que jugarla. Personalmente hasta que no vea ese 'algo' no voy a estar tranquila. No se entiende que esto ocurra en el momento actual, en el que ya veníamos con unos precios del gas elevados por todo el desajuste global postpandemia y que con la guerra se habían vuelto una locura.
"La diplomacia hay que jugarla, Ford tiene que vernos como un partner"
-Por ahora, en el balance de coste-beneficio, el perjuicio es mayor...
-Es que ese 'tranquila que es por algo' por ahora no lo he visto. Y lo único que sé es que Argelia ha dicho lo que ha dicho. Yo puedo hablar con la embajada de Argelia, con la que tenemos una excelente relación, pero me da apuro preguntar, porque como gobierno autonómico no voy a meterme en ningún sitio que no me corresponde, pero me preocupa muchísimo. Un sector como el cerámico que está tan territorializado y concentrado en Castellón es muy sensible a una subida más de gas. Es insostenible y puede ser un drama social. Vamos a ver cómo evoluciona todo y esperamos que no sea para mal.
-Por ahora solo llegan malas noticias para el sector con la cancelación de Cevisama, único certamen internacional de la cerámica que se queda este año fuera del calendario ferial.
-En el momento en que vemos que el certamen se puede cancelar porque había una situación complicada, sobre todo por la liquidez de las empresas, nuestra propuesta desde la Conselleria de Economía es la de subvencionar el 100% de la feria y que el suelo no costara nada. Pero ni aún así ha sido posible mantenerlo. No tanto por cuestión de visitantes, que los íbamos a traer, sino que el problema es interno de las empresas. En la situación en la que estamos, aún trayendo clientes y compradores, ¿cómo les sirven si al precio al que pueden negociar sale a pérdidas? El precio al que están vendiendo muchos clientes ya te deja fuera de mercado porque se van a otros mercados, como Arabia Saudí, India o México, que lo dejan más barato.
No es una caída de demanda, que está en alza y hay muchas oportunidades para el sector, porque todo el mundo está construyendo, no solo en España, sino en el resto del mundo. La oportunidad está y podrían estar vendiendo, y lo hacen y las exportaciones están creciendo, pero eso no significa que los márgenes sean gigantescos. Muchos están vendiendo a pérdidas con el objetivo de que sus clientes más fuertes no los saquen de cartera para que cuando se recuperen sigan ahí. Y con otros clientes están jugando a subirles precios o no servirles. Por eso paran hornos, porque, aunque estén a pérdidas, quieren mantener la producción para no dejar de atender perdidos. En el momento en que sales del mercado, tu cliente busca a otros y hay mercados que son competitivos.
"El sector cerámico está tan concentrado en una provincia que es una bomba de relojería"
-¿Qué está haciendo su dirección general para no perder mercados?
-Lo que podemos atacar es convencer al consumidor final de que, pese a que sea más caro, siga pidiendo Tile of Spain. Es la única arma para que sigan queriendo a una empresa de Castellón que antes vendía a 8 y ahora lo hace a 13 euros. Alguien muy fanático de Ferrari le da igual que le suban el precio porque lo quiere. Pues en este caso igual. Si queremos Tile of Spain porque da garantías de suministro, logística o calidad, tenemos que ser capaces de hacer entender que esos 13 euros no es solo porque el azulejo es bonito, sino porque da unos atributos y una calidad que vale la pena seguir pagando tres euros más. Mi trabajo es seguir trabajando en seguir posicionando el Tile of Spain como una propuesta de valor.
-Al final es una tormenta perfecta y, sin embargo, es el principal sector exportador de la Comunitat. ¿Qué puede aliviar la situación? ¿Las subvenciones o las bonificaciones fiscales pueden ser la solución al problema?
-El sector envió una carta tanto al presidente del Gobierno como al Ministerio pidiendo una serie de cosas. El conseller Rafa Climent también remitió una misiva al Gobierno insistiendo en la urgencia de la situación, sobre todo por la liquidez. Su queja principal es la falta de tesorería para poder hacer frente a pagos de impuestos. Ellos dicen que si ya tienen que hacer frente a cosas que no pueden dejar de pagar, como el gas, la electricidad o las materias primas; y que, además, se les han encarecido, que se les dé ese respiro de caja y que se les deje no pagar ahora y ya se pagará. Eso es lo que piden al Ministerio. Creo que esas serían las medidas más efectivas para ellos.
-¿Qué se percibe respecto a esas reclamaciones de moratoria?
-La demanda ha sido trasladada y la ministra (Reyes Maroto) ha estado en la feria Coverings, en Las Vegas, y habrá visto allí con ellos cómo está el sector. A veces hace falta bajar y meterse en territorio para entenderlo. Echo en falta ese discurso cuando los ministerios hablan del sector cerámico o gasintensivo. Ellos se quejan de que nunca nombran a los que tienen problemas de gas porque siempre es a los de electricidad y es como si no existieran. Está tan concentrado en una provincia que es una bomba de relojería porque en el momento en que va mal se contagia a toda la provincia. Por tanto, creo que la ministra habrá tenido la oportunidad de conocer de primera mano y que no solo son dos que están aquí en Castellón.