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El analista de XTB recuerda los cuatro aspectos que contempla el modelo de Harvey que predice una recesión... y que se están cumpliendo en estos momentos
MADRID. Las estimaciones vaticinan que la próxima recesión podría llegar en un año y medio o dos aproximadamente, por lo que parece estar aún lejos la próxima gran caída del mercado. Aun en esta situación no está de más conocer qué decisiones se han de tomar ante estas circunstancias. Es posible y aconsejable irse preparando, o al menos como saber actuar ante la virulencia de los movimientos que se pueden dar en el mercado.
Desde que finalizó la 'gran recesión' en junio de 2009, los inversores han podido ver como las predicciones de la siguiente recesión no se han cumplido, ya que muchas de estas predicciones eran bastante subjetivas y carecían de un valor fundamental sólido. Uno de los modelos más rigurosos para analizar el potencial de una futura contracción económica es el modelo de Harvey, que utiliza principalmente cuatro señales. Siendo preocupante que la gran mayoría de las señales ya se están cumpliendo.
La primera de estas señales es la encuesta Global Business Outlook de Duke-CFO, que este mes encontró que más de dos tercios de los directores financieros corporativos esperan que se produzca una recesión para finales de 2020. El segundo factor es 'la realización del proteccionismo contra el crecimiento', es decir, los aranceles y el aumento de las tensiones en la guerra comercial. El tercero es la volatilidad de los mercados, que con frecuencia da señales falsas, pero que en general ha ido en aumento en los últimos meses.
Mención especial merece la última y más importante de las señales, que no es otra que los componentes es la curva de tipos de interés, o los rendimientos de los bonos basado en las fechas de vencimiento. El estudio centra su atención en el rendimiento de los bonos del Tesoro a cinco años, que ahora es inferior al rendimiento de los bonos del Tesoro a tres meses. Cuando esta inversión -las tasas a corto plazo son más altas que las tasas a largo plazo- dura un trimestre completo, o 90 días, entonces ocurrirá una recesión en 12 a 18 meses. Esta situación ocurrió el 7 de marzo y a principios de este mes cruzamos el umbral de los 90 días.
Por lo tanto, las cuatro condiciones para una futura recesión en el modelo de Harvey ya se han cumplido. Si la anterior recesión fue hace una década, la idea de que estamos más cerca de la siguiente que de la última toma cada vez más fuerza.
Puesto que todos podemos estar de acuerdo en que otra recesión es inevitable, hay alternativas para salir relativamente ileso de esa circunstancia. Lo primero que habría que hacer sería limpiar la cartera; con los mercados cerca de máximos históricos, esta es la mejor oportunidad para minimizar pérdidas. Hay que tener en cuenta que a las empresas más débiles les irá mucho peor que a las empresas fuertes. Lo mismo sucede con los 'bonos basura': hay que deshacerse de ellos.
También habría que estar preparado para cuando los precios de las acciones caigan, ya que los mercados suelen hundirse en recesiones. Hay que usar el dinero de las ventas anteriores para desarrollar un plan de acción de manera tranquila, objetiva y con la tranquilidad que proporciona la liquidez. En los momentos de pánico es cuando hay que tener tranquilidad y confianza para actuar. La clave es estar preparado y establecer alertas y disponer del efectivo suficiente para invertir cuando los niveles son óptimos.
Que no se produzca una nueva recesión es bastante improbable y ya hay señales que marcan las directrices de que la próxima está a punto de llegar. Los anteriores puntos comentados son de gran valor para estar preparados ante el próximo movimiento que se puede producir y ordenar el entramado financiero del inversor.
Jorge López es analista de XTB
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