El analista advierte que sin gasto ni inversión no hay reactivación, y en la situación actual estos dos factores están muy lejos de los niveles precrisis
MADRID. La apreciación del euro durante los últimos meses se puede analizar como una muestra de confianza inversora dentro de Europa. El paquete de ayudas de la Unión Europea (UE) a las económicas más castigadas por el virus puede anticipar un mejor comportamiento de la economía europea debido a esta respuesta unificada.
Los inversores también están viendo con buenos ojos la respuesta que tuvieron los países europeos a la hora de frenar la pandemia. Este hecho puede reforzar la idea de que la inversión dentro de la Eurozona es más atractiva si finalmente llega una segunda ola o la extensión de la primera provoca mayores estragos a nivel mundial de los que ya está ocasionando.
La consecuencia de los dos factores antes comentados es que el previsible crecimiento dentro de la Eurozona sea mejor que las previsiones y sus resultados sean mejores de lo esperado, lo que ocasionaría una mayor entrada de capital dentro de la zona con el correspondiente incremento de demanda de euros. Ello daría continuidad a la apreciación de la moneda única.
A todo ello hay que sumar una voluntad creciente de generar un gran acuerdo de unificación fiscal. Un asunto que es el grave problema que actualmente anula la posibilidad de ir todos en una misma dirección y que de cambiar ocasionaría un apoyo clave para salir de esta crisis. Llegar a puntos de acuerdo únicos y bien focalizados ayudarían a que el crédito y financiación que está prestando fueran mucho más efectivas, por lo cual la unidad fiscal es mas importante que nunca en una situación excepcional.
Las posibilidades de que todo lo anteriormente comentado vaya en la dirección correcta son altas y abren la puerta a un tercer trimestre dentro de la Eurozona que muestre unos datos económicos más fuertes de los esperados. Algunos brotes verdes ya se están viendo en el apartado de datos industriales, lo que produce un optimismo creciente sobre los datos futuros.
Lo único que podría frenar esta apreciación del euro -consecuencia de unas buenas expectativas sobre Europa- sería que volviera de nuevo el miedo hacia el virus y, por otro lado, la creciente tensión entre China y Estados Unidos. Pero lo más importante sería la falta de consenso y unidad sobre la planificación económica y fiscal que tiene por delante la zona euro.
Aun siendo muy optimistas debemos de ser conscientes que la situación actual viene de un parón económico sin precedentes; mientras las medidas adoptadas han sido extraordinarias para "aumentar liquidez, estabilizar los mercados financieros y apoyar la recuperación" en palabras del BCE. De ahí que la recuperación será gradual y la reactivación económica a través del consumo será muy leve, ya que la pérdida de ingresos y el ahorro preventivo son un gran lastre para que la economía vuelva rápidamente a la situación anterior a la crisis. Sin gasto ni inversión no hay reactivación y en la situación actual estos dos factores están muy lejos de los niveles precrisis.
Jorge López es analista de XTB