CASTELLÓ. La renovación del Festival de Teatro Clásico de Peñíscola continúa. Si el año pasado la cita cambió de dirección artística tras una década en manos del dramaturgo Carles Benlliure, iniciando así una nueva etapa de la mano del valenciano Javier Sahuquillo y la compañía Yapadú Produccions; ahora la Diputación de Castellón busca nueva producción ejecutiva. Y no solo eso, el presupuesto para la gestión de su 26ª edición será de 200.000 euros, es decir, 50.000 mil más que el año anterior.
"El Festival de Teatro Clásico de Peñíscola es la principal cita de las artes escénicas de la provincia y, a día de hoy, es uno de los festivales más reputados en la esfera nacional, con compañías de primer nivel", sostiene la Diputación. En este sentido, la máxima responsable del área de Cultura, Ruth Sanz, ya aseguró en la anterior convocatoria que su propósito es contar, edición tras edición, con "el mejor equipo organizativo".
La institución provincial ha sacado a licitación la contratación de un servicio de asistencia para el festival, que engloba desde las áreas artísticas y organizativas, hasta técnicas y promocionales. Un contrato de dos años -y con posibilidad de prorroga a otros dos- que contará con un presupuesto base de 99.173,56 euros, IVA incluido. Así consta en la Plataforma de Contractación, donde las empresas interesadas pueden presentar su oferta hasta el próximo 3 de marzo.
Un requisito imprescindible será, por ejemplo, haber formado parte de dos proyectos culturales en los últimos tres años. En el caso de Yapadú Produccions, esta exigencia estaba más que cubierta, pues la compañía valenciana ha participado en festivales como Dansa València y ha trabajado para La Teta Calva, L'Horta Teatre o Bambalina, entre muchas otras compañías.
Los nuevos responsables de producción trabajarán, en cualquier caso, codo con codo con la dirección artística, encargándose de tareas que abarcan desde la obtención de permisos, hasta la llegada de los artitas o la gestión de posibles imprevistos.
Fue la última edición muy significativa para el Festival de Teatro Clásico de Peñíscola. Además de los cambios en su dirección, el presupuesto de la cita cultural ya creció por entonces en 30.000 euros. Un aumento que se vio reflejado no solo en su programación, sino también en sus infraestructuras. El ciclo teatral sumó nuevos escenarios. Además del Patio de Armas, se representaron obras en el Salón Gótico, el paseo marítimo y, en su clausura, la compañía Visitants recorrió todo el castillo con la representación de Maletes de terra.
Previamente, la Diputación había renovado también la fortaleza de castillo, lo que trajo consigo una mejora del parque de Artillería, la Casa del Agua, la sacristia e iglesia o el salón del cónclave.
Con todo, Sahuquillo dio un vuelco a la programación. Habilitó una zona 'off' destinada a propuestas más "arriesgadas", de pequeño formato y dirigidas, especialmente, a un público joven. Así, se programaron propuestas de danza, como el No es amor, de Laia Misó, que consiguieron abrir el festival a piezas que no sean únicamente teatro de texto. En 2023, el evento volverá a celebrarse durante el mes de julio.