Ford Almussafes: radiografía de los 45 años de producción en la planta valenciana 

VALÈNCIA. La factoría de Ford Almussafes cumple 45 años en un momento de incertidumbre y transición. Casi medio siglo de trabajo desde que los primeros modelos Fiesta salieran de la planta. Un aniversario oscurecido por la coyuntura actual, en la que la crisis mundial de los semiconductores y la caída de la demanda han lastrado la actividad en una planta cuyo futuro está aún por definir ante la irrupción del vehículo eléctrico. 

Han sido 45 años de historia desde que Ford escogiera esta localidad valenciana para posicionarse en España. Población que ahora se ha convertido en todo un polo automovilístico al calor de la factoría. Una trayectoria a diferentes velocidades de producción y con la electrificación como futuro más inmediato.

Ahora, la planta, como la mayoría del sector, se encuentra en una situación delicada por la falta de componentes, lo que ha provocado varios paros en la fabricación y Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) de forma trimestral desde que empezó la pandemia. Además, Dirección y Comité de Empresa se encuentran inmersos en una difícil negociación para asegurar la paz social en la fábrica valenciana con el fin de cerrar el convenio colectivo, que vence este mes de diciembre, y avanzar en futuros encargos de nuevos modelos en la planta.

Y es que por el momento, se desconoce el papel que jugará la factoría valenciana en la reorganización del negocio de la multinacional del óvalo, que comenzó hace tres años, y que genera multitud de incógnitas en Almussafes y su entorno industrial. 

Fue en los años 70 cuando la multinacional expresó su voluntad de producir en España. Tras varios encuentros con las autoridades de aquel entonces y después de examinar varios emplazamientos, la búsqueda acabó centrándose en la provincia de Valencia. Y en 1973 Almussafes resultó ser la localidad escogida para albergar la nueva factoría. En enero de 1974, las máquinas comenzaron los trabajos de construcción de las instalaciones. La fábrica de motores fue la primera en terminarse, produciendo el primer motor el 1 de marzo de 1976, mientras que el primer Ford Fiesta se fabricó el 18 de octubre de ese mismo año. Unos días después, el 25 de octubre, los Reyes de España inauguraron la fábrica.

Aquel primer año, obviamente, la producción fue a menor escala: unos 17.000 coches fabricados en dos meses. Y de ahí llegaron los años de crecimiento, hasta los años 90, cuando se logró un récord de producción. Aunque el año de mayor actividad fue el 2004. Con la crisis económica de 2008, bajó de nuevo la actividad, registrando el menor volumen en 2012, con 130.000 unidades. Pero, ¿cómo ha evolucionado la producción en estos años? 

Los mejores años de Ford Almussafes han sido 2006 y 2007, con una producción superior a los 400.000 vehículos, aunque el podium lo ocupa 2004 con una doble marca, en ventas y en producción, esta última de 449.000 unidades. No obstante, los años 1991 y el periodo entre 1999 y 2003, así como los años 2008, 2015 y 2016 también fueron ejercicios de éxito, todos ellos por encima de los 300.000 vehículos, incluso rozando los 400.000. Unas cifras que ahora se antojan muy lejanas a la vista de las previsiones de cierre de este año: 162.000 vehículos, según UGT, sindicato mayoritario en la planta.

Lo cierto es que los datos también son un fiel reflejo de la coyuntura de cada momento. Así, por ejemplo, la crisis económica de 2008 supuso un duro golpe que coincidió con el final de producción un año antes de los modelos Ka y el Mazda 2, del gigante automovilístico nipón. Y ello pese a que los primeros años de los 2000 fueron dulces en la factoría, con buenos ritmos de trabajo. Por aquel entonces, la economía española vivía la euforia de la bonanza económica hasta el estallido de la crisis. A partir de ese momento, y con la desaparición de dos modelos, la fabricación también se resintió.

Así, se pasó de los 357.600 coches en 2008 a los 176.000 en 2009, es decir, un descenso de la mitad de la producción. La situación se complicó y los rumores de cierre empezaron a surgir en el ambiente. Aquel año, la dirección también suprimió el turno de noche, que se reactivó en 2013, generando entonces cerca de 1.000 empleos, que se han ido reduciendo.

En los siguientes dos años se consiguió remontar y superar las 200.000 unidades, pero en 2012 se llegó a mínimos históricos con la salida del Fiesta de Almussafes, hasta ese momento el modelo más vendido y que copaba gran parte de la fabricación diaria en la planta. No obstante, los nuevos encargos y ya con el tercer turno activo, la actividad paulatinamente se fue recuperando. Tanto es así que se llegó a rozar los 400.000 coches anuales entre 2015-2016.

A partir de ese momento, la irrupción de las nuevas formas de movilidad, la caída de la demanda o la reorganización a nivel europeo de la multinacional son algunas de las causas que justifican el descenso consecutivo durante los últimos ejercicios. 

Un caída que, como contó este diario, este año se prevé más acusada como consecuencia de la actual escasez mundial de microchips, que ha obligado a suspender la actividad en varias ocasiones y, desde el estallido de la pandemia, se han encadenado ERTE de forma trimestral. El último, vigente desde octubre, finalizará este mes de diciembre. Con todo, la previsión es cerrar el año con cerca de 162.000 coches fabricados. Solo de julio a septiembre se han dejado de fabricar este año 26.000 vehículos y 30.000 motores. 

Además, el pasado mes de noviembre la dirección comunicaba la eliminación del turno de noche a partir de enero de 2022, precisamente por la menor producción diaria, con cerca de 1.300 unidades diarias.

Del Fiesta al Kuga

A lo largo de estos 45 años en la factoría valenciana, se ha montado todo tipo de modelos: desde el mítico Fiesta, al Mondeo, Orion, Focus, Galaxy, Escort, Ka, Kuga, Mazda 2, S-MAX y C-MAX y Transit Connect en diferentes versiones. Precisamente, el Fiesta fue no solo el primer coche que se fabricó, sino que llegó a acaparar la mayor parte del volumen fabricado en la planta hasta 2012, cuando se dejó de producir. Ahora, el buque insignia en la planta valenciana es el Kuga, que centra casi la mitad de la fabricación.

Actualmente, la factoría valenciana tiene dos líneas de producción: el Sistema A -para el Mondeo, Galaxy y S-Max- y el Sistema B -Kuga y la furgoneta Transit- y tres turnos de trabajo (mañana, tarde y noche). No obstante, en estos momentos, y dada la caída de la demanda, el Sistema A únicamente está funcionando por las mañanas, mientras que el B lo hace en los tres turnos. También, la plantilla se ha resentido. Hubo años que rozó los 9.000 trabajadores frente a los cerca de 6.000 que hay en la actualidad. 

Camino de la electrificación

Ahora, el futuro de la planta pasa por la electrificación, un camino iniciado por las compañías automovilísticas y en el que Ford ya ha anunciado algunos de sus movimientos. 2030 es el horizonte que se ha marcado para vender en Europa solo coches eléctricos y, para ello, ya ha anunciado algunas importantes inversiones en sus plantas. Pero sobre Almussafes reina el silencio en cuanto a nuevos modelos. Lo que ya está claro es que la factoría valenciana producirá a partir de finales de 2022 el motor Duratec de 2,5 litros con el que se equipa el Kuga PEHV (híbrido enchufable).

Dirección y Comité de Empresa se reúnen de forma semanal para analizar la situación y despejar las incertezas sobre el porvenir de la planta. Pero, por el momento, no hay avances sustanciales. Y Almussafes necesita nuevos encargos, porque cuatro de los cinco modelos que actualmente fabrica tienen su ciclo final de vida en 2024. "No podemos perder el tren de la electrificación", reclaman los sindicatos. Una negociación que se prevé difícil, pero que debe resolver la incertidumbre que se cierne sobre la factoría para así seguir sumando años a esta larga historia.