MADRID. La Feria Internacional de Turismo de Madrid ha sido el marco escogido por el Ayuntamiento de Gandia para presentar el corredor verde que unirá Beniopa con el Grao de Gandia. Un proyecto aprobado por el Fondo Next Generation de la Unión Europea y cuyo objetivo es la renaturalización y mitigación de los efectos de las inundaciones en el corredor verde del barranco de Beniopa en la ciudad de Gandia. Un proyecto que sigue en la línea iniciada por el gobierno de Gandia de enfocar el futuro del turismo hacia un modelo más sostenible y que fue presentado por los coordinadores de la oficina municipal de proyectos europeos Next Generation: el concejal de Turismo y el edil de Gestión responsable del territorio, Vicent Mascarell y Alícia Izquierdo.
Según señalaron, el proyecto, elaborado por el departamento de Medio Natural del área de Gestión responsable del territorio, persigue apostar por la sostenibilidad y dar solución a la conectividad entre Gandia y la playa y entre Gandia y el Puerto y cuenta un presupuesto de tres millones de euros (95% a cargo de Fundación Biodiversidad, 2.385.547,91 euros, y una aportación municipal del 5%). Asimismo, se espera que las actuaciones terminen el 31 diciembre 2025.
Un proyecto que se basa en tres ejes: la Resiliencia frente a la inundabilidad para disminuir el riesgo de inundación a partir de actuaciones que mejoran la funcionalidad de las áreas de laminación. "En la entrada del casco urbano el barranco tiene todavía características naturales, ya que proviene del ámbito forestal prácticamente salvaje. Por tanto, actuamos creando un gran parque de dos hectáreas que cumplirá funciones públicas oxigenando el barrio de Beniopa y protegiendo al pueblo de las fortísimas avenidas laminando el caudal punta que llega repentinamente”, han explicado.
Por otra parte, “se construirá un segundo parque inundable (3.500m2) que amplíe la sección del barranco y facilite la evacuación de las aguas. Por otro lado, desde ese punto saldrá el itinerario que conectará con el núcleo del Grau", ha explicado la concejala de Gestión responsable del territorio. Y es que, según han detallado, el barranco pierde mucha anchura al enclavarse entre el final de la trama urbana (hormigonada, y por tanto, con aguas que llevan una elevada velocidad) y el polígono, reduciendo mucho su capacidad de drenar las aguas y provocando un "efecto tapón”.
Otro de los objetivos es la renaturalización de la cama. Es decir, acciones como la eliminación de la especie invasora Arundo donax, la recuperación de la vegetación propia de ribera mejorando el paisaje natural y la mitigación de los efectos de las inundaciones y la idea de corredor biológico entre los espacios forestales del interior y los humedales de la costa. "Se eliminará la vegetación exótica y se recuperará el hábitat natural del río para recuperar las riberas naturales conquistadas y buscar un aumento de la biodiversidad”, ha explicado Alícia Izquierdo.
Por último, se crearán espacios de alto valor natural en los entornos de áreas fuertemente pobladas fomentando la aportación de servicios ecosistémicos a la ciudadanía. "Buscamos la conectividad ecológica y social mediante la creación de un itinerario que comunique los núcleos urbanos y favorezca las actividades lúdicas y sociales”, han detallado.
Un proyecto que pone fin a una de las problemáticas del barrio de Beniopa pues el barranco, que atraviesa la trama urbana del municipio, tiene un fuerte carácter torrencial, lo que conlleva importantes problemas de inundación en determinados barrios de la ciudad. Por ejemplo, en noviembre de 1987, la ciudad registró en 24 horas más de 800 mm/m₂ (récord estatal de pluviometría) negando la ciudad y provocando una gran cantidad daños materiales.
Asimismo, la cama ha evolucionado hacia un estado de degradación y ha visto reducida su capacidad de drenaje por la proliferación de especies invasoras y la progresiva ocupación de los espacios de ribera. El riesgo ha incrementado a consecuencia de los efectos del gran incendio forestal que afectó a la cabecera de la cuenca del barranco durante agosto de 2018 (incendio de Llutxent), mermando la capacidad de infiltración de la escorrentía superficial por la desaparición de la cubierta vegetal. "Todos estos factores, unidos a los previsibles impactos derivados del cambio climático, convierten al Barranco de Beniopa en un riesgo potencial para un territorio densamente poblado. Mediante las actuaciones propuestas, se pretende reducir el riesgo de inundación en la zona y renaturalizar el lecho en las zonas que no ha sido redirigido mediante obras de encauzamiento", ha concluido Izquierdo.