VALÈNCIA (VP). Aunque la oferta gastronómica de A Contracorriente es amplia y variada y su carta y menús se van adaptando a las diferentes estaciones del año, haciendo especial hincapié en los productos de cada temporada, lo cierto es que hay un producto estrella: el gazpacho manchego, un guiso caldoso servido caliente a base de trozos de torta almanseña troceada.
Durante la temporada de otoño e invierno, A Contracorriente se convierte en lugar de peregrinaje de todos aquellos amantes del gazpacho manchego, un plato tradicional de Almansa (Albacete), que en A Contracorriente preparan tal y como se hacía antiguamente en La Mancha, con la receta genuina almanseña.
Eso es gracias a ‘la Mari’, nombre con el que han bautizado los clientes a la madre del dueño del restaurante, una almanseña nata que guía al equipo de cocina en la elaboración de este riquísimo plato. De hecho, cada semana van a Almansa a comprar la torta y los ingredientes para que el producto no pierda su seña de identidad.
La importancia de la torta de leña, así como el mimo a la hora de elaborarlo son vitales para que el resultado final sea un éxito. También es importante el tiempo, por ello los gazpachos se deben reservar con antelación, ya que su preparación requiere de varias horas a fuego lento y es la manera de tenerlos listos cuando llega el comensal.
Así que vista la acogida que tiene el gazpacho manchego y dada la apuesta de A Contracorriente de ofrecer una cocina con profundas raíces mediterráneas, en la que la fusión de las distintas culturas siempre tiene cabida, no es de extrañar que en sus cocinas hayan decidido innovar y darle al gazpacho manchego un toque mediterráneo.
Y así han creado el gazpacho marinero. Elaborado con productos como el mero, calamar, mejillones y gambas, combina la inspiración manchega -presentándolo igual que sus famosos gazpachos manchegos, servido directamente a la torta de leña desde la cazuela que ‘la Mari’ ha cocinado con tanto mimo y cariño- pero dándole protagonismo al pescado y a productos de aquí.
Así, A Contracorriente afianza su propuesta gastronómica, donde conviven platos tradicionales con otros más vanguardistas. Desde 2015, cuando abrieron sus puertas en el centro de València querían aportar su granito de arena al panorama gastronómico de la ciudad, basándose en la combinación del gusto por el detalle, la calidad de las materias primas, el trabajo en equipo, la vida que se desarrolla alrededor de la mesa y apostando por ofrecer lo mejor de los productos tradicionales cocinados como antes.
La clave de su éxito es sencilla: escoger cada día la mejor materia prima para la elaboración, tanto de los menús diarios, como de los platos de su carta. Para ello cuentan con proveedores excepcionales, lo que les permite ofrecer productos de máxima calidad a precios muy competitivos.
Además, en ambos casos (menú o carta) se puede escoger entre una gran variedad de platos y sugerencias que, al igual que ocurre con el gazpacho manchego que solo se puede disfrutar en la temporada de otoño e invierno, se van adaptando a las diferentes estaciones del año, haciendo especial hincapié en los productos de cada temporada.
Ahora con el gazpacho marinero quieren ofrecer otra excusa para visitar A Contracorriente, en la Gran Vía Marques del Turia, 15 de Valencia, aunque cualquier excusa es buena para disfrutar de su propuesta gastronómica.
