VALENCIA. La Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia han decidido poner fin a la guerra judicial por la gestión de las depuradoras que enfrenta a sus respectivas sociedades de saneamiento de agua Epsar y Emshi. Ambas entidades ultiman un "acuerdo de paz" que pasa por retirar las denuncias que motivaron los procedimientos contencioso administrativos en los que ahora se hallan inmersas, unos litigios que se iniciaron cuando el PP gobernaba las dos administraciones públicas.
Así lo trasladan a Valencia Plaza fuentes de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático, liderada por Elena Cebrián (Compromís), y de la Concejalía de Urbanismo y Vivienda, en manos del socialista Vicent Sarrià. Según detallan, las partes ya han solicitado un aplazamiento de las causas mientras negocian los "acuerdos extrajudiciales", una solución que prevén hacer oficial en unas pocas semanas.
La disputa inicial que enfrentó a las dos administraciones populares fue la decisión de la Dirección General de Agua (Generalitat) de otorgar a la Emshi (Ayuntamiento) la titularidad del emisario submarino de Pinedo, que vierte al mar las aguas tratadas en dicha depuradora.
La entidad municipal estaba en contra de esta decisión y de las consiguientes responsabilidades económicas y de gestión que le suponían, al considerar que tal titularidad y su coste correspondía realmente a cada uno de los municipios que hacían uso de esta infraestructura.
Así, la Emshi presentó una denuncia que derivó en el primer contencioso, y de este se derivaron otros sobre la responsabilidad subsidiaria de las labores de vigilancia y control del emisario o la gestión de los vertidos en la acequia del puerto de Catarroja.
Una de las soluciones previstas para resolver el entuerto es la creación de una mancomunidad de usuarios del emisario de Pinedo en la que participen sólo los municipios que recurran a este servicio, de modo que los costes no repercutan al 100% de la Emshi. Esta podría ser una fórmula intermedia para resolver el conflicto, si bien todavía no es definitiva.
En cualquier caso, sea cual sea la opción escogida finalmente, las partes destacan "la voluntad de entendimiento entre dos administraciones que, paradójicamente, brilló por su ausencia cuando la Generalitat y el Ayuntamiento estaban gobernados por la misma formación: el Partido Popular".