MADRID. Por el momento, la campaña de resultados se está viendo eclipsada a uno y otro lado del Atlántico por el incremento de la incertidumbre geopolítica en Oriente Medio; mientras se acrecientan las dudas en Estados Unidos por la posibilidad de que se incremente el presupuesto de ayudas a Ucrania e Israel con las negociaciones del techo de deuda en marcha y, además, por los movimientos que se están produciendo en las rentabilidades de la deuda.
En Europa la temporada de resultados de las cotizadas está menos avanzada, pero predomina el clima de decepción y la constatación de las dificultades que se están sintiendo en la economía europea. En ambos casos se está lastrando el sentimiento de los inversores. Del índice director bursátil de Estados Unidos, el S&P 500, el fin de semana pasado habían publicado sus cuentas poco más del 15% de sus componentes, con un índice de sorpresas positivas a la baja tanto en beneficios por acción como en ingresos.
El consenso mantiene por ahora la expectativa de que los beneficio por acción (BPA) hayan tenido en el tercer trimestre un crecimiento negativo interanual, siendo el cuarto período trimestral consecutivo en el que esa circunstancia haya ocurrido. La estimación para el tercer trimestre se ha movido ligeramente al alza desde el inicio de campaña y apenas se han movido para el cuarto. Un período para el que se estiman BPA en máximos históricos, con incremento interanual de cerca del 7%.
En nuestra opinión dicha expectativa podría resultar excesivamente optimista, ya que creemos que el deterioro de las expectativas económicas -y unos tipos de interés que han subido con mucha fuerza en poco tiempo- terminarán por reflejarse en los resultados de las empresas en los próximos meses y, por tanto, en las estimaciones de los analistas.
Impactos
Entre los aspectos que serán escrutados destacará el impacto de la rápida subida de interés en las cuentas de las compañías, el comportamiento del consumidor y la capacidad de fijación de precios de las compañías, el impacto del efecto divisa -con un dólar al alza- y del debilitamiento de la economía europea y China. Estos aspectos también serán determinantes para el sentimiento de los inversores durante la campaña, en la medida en que serán buenos indicadores adelantados para futuras campañas de resultados. Otro de los focos de los inversores serán los resultados de las grandes compañías, por su peso en los índices y porque han sido las protagonistas en los últimos años.
La semana pasada, además de algunos de los grandes bancos, dos de las grandes compañías -Tesla y Netflix- publicaron sus cuentas. La primera decepcionó sobre todo por la caída en los márgenes derivada de su estrategia de recortes de precios aunque también por las huelgas, los gastos de Cybertruck, las inversiones en IA e I+D y el efecto negativo del tipo de cambio. Los inversores se fijaron en la cautela mostrada por Musk frente a la evolución de la economía y los tipos de interés, y también sobre el contexto competitivo. Sin embargo, Netflix sí superó las expectativas de consenso y los inversores recibieron con alegría iniciativas como las del uso compartido, que esperan puedan derivar en un incremento de los suscriptores.
En Europa, la campaña de resultados está menos avanzada, con la presentación de menos del 10% de las cuentas de las cotizadas del índice Stoxx 600. Por el momento, en general el clima es de decepción y de constatación de las dificultades que se están sintiendo en la economía del Viejo Continente. Automoción, alimentación y salud son los principales exponentes hasta el momento:
- El mercado automovilístico sigue sufriendo una demanda reprimida, a lo que se añade la expectativa de que puedan tener problemas en el suministro de piezas especialmente de chips. La semana pasada rindió cuentas Renault, con una cifra de ventas por debajo de los esperado. Aunque señaló que la cartera de pedidos en Europa se mantiene sólida, se percibe una ralentización a nivel global. Unos comentarios que se suman a los de hace dos semanas de Volkswagen, que declaró que los pedidos de vehículos eléctricos en el tercer trimestre no alcanzaron sus objetivos.
- En el sector de alimentación destacaron los resultados de Nestlé, que registró el crecimiento de ventas más débil en casi tres años lastrado por el incremento de los precios, que están inhibiendo a los consumidores.
- En salud, otro sector defensivo, Roche fue el principal exponente, con ventas cayendo y cifras por debajo de las esperadas por el consenso.
Para las compañías europeas, el debilitamiento del euro sí podría ser buena noticia y aquellas con mayor exposición en EE UU podrían verse beneficiadas del impacto de la divisa y de la mayor fortaleza económica al otro lado del charco. En las próximas semanas, los inversores estarán atentos a las negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos ante la posibilidad del retorno de algunos de los aranceles impuestos en la etapa Trump -como los del acero y aluminio-, que podrían entrar en vigor de nuevo automáticamente si no se alcanza un acuerdo antes de final de año. Un hecho que añadiría negatividad.
Antonio Castelo es analista de iBroker