VALÈNCIA. Como en la mayoría de sectores económicos, la crisis sanitaria ha tenido su impacto en el sector inmobiliario. Las operaciones se han contraído y los precios se han ajustado, aunque, según la mayoría de los expertos y agentes inmobiliarios, la recuperación será más rápida y menos traumática que en la anterior crisis de 2008. Un golpe del que poco a poco el mercado de la vivienda se va recuperando y que está a la espera de recuperar a sus clientes internacionales, un target más enfocado al sector del alto standing y productos más premium.
Y es que el cierre de fronteras y la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia ha congelado cualquier tipo de transacción de extranjeros. "El sector inmobiliario está aguantando el tipo por la demanda nacional", explica Juan Luis Herrero, delegado en Valencia de la inmobiliaria Lucas Fox, especializada en el mercado de la segunda mano y el alquiler de lujo. De hecho, confía en que la vuelta de ese cliente internacional ayude en el repunte del segmento de lujo en València. "La ciudad tiene una oportunidad de regeneración ante los nuevos cambios de tendencia en el sector inmobiliario y el mercado de lujo se consolidará", sostiene.
Reconoce que durante el confinamiento las ventas se frenaron aunque desde la compañía aprovecharon sus plataformas online para contactar con los clientes. "Tenemos una marca reputada y fiable y en épocas de crisis hemos notado que vienen muchos buscando nuestro asesoramiento personalizado. Es en estos momentos cuando muchos se refugian en marcas que les den garantías y un trabajo exquisito", destaca. Ahora, poco a poco se retoma la actividad, con especial repunte en el mercado del alquiler frente a la compraventa que aún sigue más parada.
"El mercado inmobiliario es atractivo y no vemos que vaya a derrumbarse ni a bajar. Todo lo contrario, sino que va a seguir consolidándose. Evidentemente habrán menos operaciones que otros años porque la gente ahora es más precavida, pero solamente con el mercado nacional vamos a tirar adelante", recalca Herrero. Será con la llegada del perfil internacional cuando, a su juicio, el sector se reforzará "aún más", aunque puntualiza que solo con los compradores e inquilinos españoles "se está recuperando el pulso de la actividad". "Estamos cogiendo ya ritmo", subraya.
Desde Lucas Fox no creen que los precios vayan a descender de forma notoria. Es más, considera que habrán pequeños ajustes que tenderán a corregirse cuando la "nueva normalidad" sea más clara. "Es verdad que ahora al principio hay ofertas muy agresivas, pero conforme va pasando el tiempo y la certidumbre se vaya consolidando, el precio aguantará y no va a caer de forma exagerada. Es cuestión de tener paciencia".
Sin embargo, sí prevé bajadas en aquellos casos en los que el precio ya estuviera sobredimensionado para ajustarse a la realidad. "Como mucho, la vivienda de segunda mano podrá variar el precio entre el 5 y el 10% como máximo y eso porque ahora solo hay demanda nacional. En cuanto llegue el cliente internacional ya no habrá tantas oportunidades y la gente se dará cuenta de que no alcanza los chollos que quieren", incide.
Pese a la crisis económica a la que se aboca España como consecuencia de los efectos de la pandemia, Herrero asegura que el mercado de las viviendas de lujo resistirá mejor el nuevo escenario porque "siempre hay demanda". "En épocas de crisis lo que más se ralentiza es el segmento medio porque éste es muy vulnerable a la coyuntura. El sector de lujo siempre tiene interés y demanda porque siempre habrá gente que quiera tomar posiciones para mejorar su ubicación o su producto", explica.
Y es que señala que familias ricas o con posibilidades económicas sigue habiendo y "siempre va a haber un mercado de alto standing con menor o mayor tamaño". "Mercado de lujo habrá siempre y en València y va a continuar", indica. De hecho, Lucas Fox cerró la pasada semana un alquiler de 5.500 euros en el centro del cap i casal.
Lo que sí ha dado un giro son las prioridades en la búsqueda de una vivienda. Ahora la tendencia es el chalé, la villa independiente y los pisos amplios, con luz y grandes espacios. Y es que el confinamiento ha alterado los hábitos de vida y la rutina de la mayoría de ciudadanos. "La demanda de este tipo de activos es un 20-30% mayor a antes de la pandemia. En este momento se penaliza el piso cerrado y pequeño porque la gente quiere luz y espacios amplios", señala para puntualiza que València tiene una oportunidad muy envidiable para recepcionar gente que quiere ponerse a vivir donde trabaja. Incluso hay zonas como Bétera o L'Eliana que se irán consolidando porque tienen suelos pendientes de desarrollo en los que se podrán promover edificios que satisfagan la nueva demanda.
De cara al futuro, los planes de la compañía pasan por la crecer en Madrid, la zona Costa Blanca y también en el norte de España. "Ahora nos estamos expandiendo por Francia y Portugal".
En Valencia, donde cuanta con dos promociones de obra nueva, una en Monasterios y otra en Rocafort, no descarta entrar en otros proyectos nuevos, aunque seguirán más enfocados en alquileres y segunda mano. "En Valencia no encontramos operaciones en ubicaciones prime buenas. Todo lo que se está haciendo de obra nueva es en el cinturón de Patraix o Malilla, pero no hay proyecto en zonas de lujo. Pero cuando salga algo que realmente nos apetezca y cuadre con nuestra filosofía, esperamos tener posibilidades de cogerlo", indica.
Un nuevo escenario en el segmento de lujo que cree que en los próximos meses tenderá hacia la estabilización. "Mientras no haya una claridad de que el paro se controla y que los números de gente empiezan a ir mejor en cuanto a trabajos, en cuanto a beneficios de las empresas, la gente tiene miedo. Valencia irá a más en el sector inmobiliario a todo los niveles. Es, por tanto, una situación que va a ayudar a explotar la vivienda de lujo en la ciudad dónde hay una oportunidad de regeneración muy importante con los nuevos cambios de tendencia", concluye.