VALÈNCIA (EFE). El catedrático de Geografía Humana Joan Romero defiende que España "debe intentar superar lo que lo bloquea todo", que es "la incapacidad estructural para alcanzar acuerdos en el medio plazo", y sustituir el "pensamiento táctico" por el estratégico, porque el primero "no conduce a ningún sitio".
"Nuestra mirada debe ponerse en 2030, no en 1978, porque no nos va a esperar nadie, y podemos encontrarnos muchas sorpresas en mitad o en el final de década, y no precisamente buenas", asegura en una entrevista con EFE el también director de la cátedra Prospect Comunitat Valenciana 2030.
Romero alerta de que esta década no solo habrá que doblegar la curva de la pandemia de coronavirus, sino "muchas otras" y "no precisamente menores": la de los efectos del cambio climático, la desigualdad, el modelo productivo de bajos salarios, el modelo de cuidados y de ciudad, la gobernanza o el problema de vivienda para jóvenes.
Una década "decisiva", que requiere de acuerdos en el medio plazo, por lo que, si en España no se quiere volver "a la vieja normalidad", hay que dejar de anteponer el "pensamiento táctico y la polarización" política que le caracteriza, que según este experto es de las mayores "de toda la UE y solo equiparable" a Estados Unidos.
"Es una polarización de oferta, no de demanda: son los propios partidos políticos los que acentúan esta patología institucional", asegura Romero, quien atribuye la situación a que falta "cultura federal", lo que hace "fallar" en coordinación y cooperación, y defiende un cambio basado en la lealtad institucional, el pacto y una visión estratégica inclusiva.
A juicio del catedrático de la Universitat de València, entre la posición de "recentralización del nacionalismo español" y la del secesionismo hay "muchísimo campo en la mitad para dar sentido a una tercera vía en clave verdaderamente federal, más acorde con la complejidad" de una España en la que hay "naciones internas y regiones con identidad fuerte".
Aboga por buscar un "mecanismo de conciliación, para que todo el mundo se sienta un poco más confortable" en el Estado, y reivindica que la Comunitat Valenciana, junto con comunidades como Galicia y Andalucía, podría ejercer un "papel arbitral" y contribuir a "ensanchar esa tercera vía, esa tercera España que es la mayoritaria".
Para Romero, construir una España "centrada, equidistante entre el nacionalismo español que podrían representar ahora mismo las elites políticas de Madrid y los nacionalismos vasco y catalán" ayudaría a tener una "España confortable", pues no cree que algún día veamos la superación del "fracaso histórico" de no haber creado "una idea afectiva de España".
El experto señala que, en el corto plazo, vamos a salir de la pandemia siendo "menos, una parte importante más pobres, y los jóvenes con mucha inseguridad en el futuro", e insta a los poderes públicos a ocuparse de lo que ahora mismo es "pura emergencia", como las personas que tienen derecho a una prestación pero no la reciben aún.
"Hay que buscar medidas imaginativas, tal vez nuevas", afirma Romero, para quien "no hay nada más indigno" en una democracia liberal que las 'colas del hambre' y lamenta que se haya creado un "mercado negro" porque no se puede acceder a las oficinas de la Seguridad Social. "Hay que proporcionar más músculo a estas partes del Estado de bienestar que son fundamentales", asevera.
En estos "tiempos históricos" en que parece en que se está "ante el final de una época y el inicio de otra", el catedrático alerta de varias tendencias de fondo, como que no se está haciendo lo suficiente para atender los efectos del cambio climático, cuyo impacto, sostiene, puede ser "más grave" que el de la pandemia en 2020.
Romero avisa asimismo de que, si no se hace nada, las desigualdades se acentuarán, especialmente en el mundo occidental, donde más ha "adelgazado" la clase media; que hay que cambiar el modelo productivo de bajos salarios; que hay que "repensar" el modelo de residencias, y que hay que atender las necesidades de vivienda y salarios de los jóvenes.
También señala que la pandemia ha obligado a pensar sobre el modelo de ciudad, y llama la atención sobre que, si España no formara parte de la Unión Europea, en estos momentos estaría "muy cerca de la situación de Argentina" y lo estaría pasando "muy mal", si bien tiene que demostrar que es capaz de gestionar los fondos que va a recibir.