GANDIA. A sus 32 años, José Manuel Prieto es el actual alcalde de Gandia, un cargo que ocupa tras el nombramiento de Diana Morant como ministra de Ciencia e Innovación en el gobierno de Pedro Sánchez. Aquella mañana, la del 11 de julio, Prieto se preparaba para oficiar una boda y a penas se pudo anudar la corbata cuando Diana Morant se lo comunicó: “No tuve tiempo de procesar mucho más porque después del casamiento nos pusimos a trabajar para preparar los trámites para la renuncia de Diana Morant como alcaldesa y el pleno de investidura”. Unos instantes en los que sintió vértigo y “durante las primeras 24 horas me temblaban las piernas, pero luego ya no porque uno está para asumir cualquier responsabilidad que le venga”.
Un terremoto político que ha llevado a Prieto a dar un paso hacia delante para asumir “sin tiempo de adaptación la nueva responsabilidad” y encabezar un segundo tramo de la actual legislatura marcado por la recuperación económica, los grandes retos en materias de infraestructuras y de convertir a Gandia en una ciudad innovadora. Lo hará con su carácter dialogante pues considera que “la política es la virtud y la capacidad de escuchar y de transformar un problema en lo que parecen designios de fatalidad, en el entusiasmo o en una solución encauzada al mayor problema de un ciudadano”.
En sus primeros compases como alcalde, Valencia Plaza se sienta con él para conocer al nuevo edil de la ciudad, que se considera divertido, reflexivo y tímido, aunque sabe que “es una característica que vas superando con el cargo”.
- El proceso de nombramiento del nuevo alcalde se hizo casi en tiempo récord… ¿A qué se debió?
"vamos a intensificar esa colaboración entre las ciudades medianas y grandes porque es el único camino hacia la recuperación"
- En una administración con régimen de gran ciudad, como es Gandia, cuando dimite una alcaldesa cae toda la administración, todos los concejales pierden sus responsabilidades y no hay delegaciones. Por eso, trabajamos con premura para paralizar la actividad lo menos posible; tanto que el lunes ya estábamos ratificando a todos los concejales más allá de del reparto de las delegaciones que llevaba yo como las de Diana Morant. Por tanto, esa premura tenía una explicación pragmática y posibilista pues era un cambio de alcaldía y no un cambio de gobierno.
- ¿Habrá nuevos cambios en el gobierno?
- En un principio he repartido las delegaciones entre los concejales y se quedará así. De todas maneras, un gobierno es una evaluación permanente y siempre podemos ir viendo cómo funcionan las cosas, más cuando hay un gobierno de coalición; donde las miradas compartidas permiten acertar mejor e intercambiar puntos de vista sobre lo que funciona bien o lo que no funciona también. Las prioridades están trazadas y más allá de reenfocar los objetivos del pacto, sobre todo en esta etapa post pandemia en la que entramos, no va a haber cambios sustanciales de caras, de delegaciones o de competencias.
- La segunda legislatura del Partido Socialista en Gandia está siendo un tanto ajetreada: pandemia, nuevo alcalde… ¿Cómo afronta el gobierno el segundo tramo de la legislatura?
- Exacto. Hay una etapa diferencial pero no porque haya un alcalde nuevo sino porque estamos en el segundo tramo de la legislatura. Un segundo tramo que es fruto de seis años de gestiones y de un trabajo en muchas ocasiones bastante callado. Hay 90 millones de euros de inversiones coincidentes en el espacio y que atañen a distintos ámbitos (centros educativos, el palacio de Justicia, al espacio sanitario…) y habrán nuevas inversiones que se han cerrado en estas últimas semanas, tanto con Diana Morant como ya conmigo de alcalde. Va a ser también una etapa de recuperación económica, social y emocional y debemos salir los primeros, y reforzados como esa ciudad que quiere ejercer la capitalidad y el liderazgo. Un modelo de ciudad que también es compatible con seguir escuchando los pequeños problemas de cada calle, de cada barrio; que es una de las cosas donde también vamos a insistir y a focalizar.
- ¿Puede avanzar algo de esas inversiones que ha apuntado?
- Todavía no, pero están muy vinculadas a las prioridades que hemos apuntado y a la diversificación y la modernización de las bases del tejido productivo, que es una de las líneas de esos fondos de recuperación que también van a centrar esta segunda parte de la legislatura y que van a ayudar a la recuperación post pandemia. La apuesta por el sector sociosanitario, tanto en Sancho Llop como en Roís de Corella, demuestra que la pandemia ha reforzado las prioridades de este gobierno y le ha dado la razón en que era prioritario ese polo de innovación vinculado a la salud como hecho diferencial de una ciudad como Gandia.
- Ha mencionado que Gandia quiere ejercer la “capitalidad”, ¿a qué se refiere?
- La proyección de lo mejor de nuestros valores entendido en un sentido amplio y no excluyente. La colaboración público-privada se va a intensificar porque la etapa post pandemia así lo requiere y las empresas deben vernos como un territorio atractivo para venir e invertir. Y desde luego, el sentido de capitalidad es referenciarnos como ciudad donde hay servicios que son un polo de atracción para quienes vienen aquí para ser parte activa de la ciudad pero con unos complementos, como es el distrito digital, la innovación en salud y el empleo de calidad a través de una especie de casting para que se instalen las empresas con los mejores proyectos internacionales en materia de salud. Eso es lo que nos debe referenciar como ciudad que quiere seguir creciendo desde una perspectiva de sostenibilidad y de innovación. Eso es capitalidad.
- Capitalidad mirando a la comarca, ¿no?
- Claro. La capitalidad es un sentido amplio; no se entiende sin comprender la realidad que te rodea. Todo lo que hacemos trasciende a los términos municipales, a la dimensión geográfica o física donde los ayuntamientos tenemos jurisdicción. Por eso hoy somos parte activa de la Mancomunidad y del Consorcio de las Comarcas Centrales. De hecho, vamos a intensificar esa colaboración entre las ciudades medianas y grandes porque es el único camino hacia la recuperación y en nuestra vocación de Ciudad Universal está esa mirada de ser capaces de empatizar y codecidir con todas las otras administraciones y las otras ciudades.
- Pese a que Gandia ha reducido su deuda en 74 millones de euros, la ciudad sigue siendo uno de los municipios más endeudados de España…
"Vamos a reivindicar que somos un Ayuntamiento cumplidor para devolver a los ciudadanos el esfuerzo que han hecho"
- La deuda financiera ya la tenemos encarrilada, de manera que sabemos cuándo y cómo la vamos a devolver. Y lo sabemos porque hemos trazado con orden todos los parámetros económicos que tan complicados eran en 2015, desde el período medio de pago a proveedores, la estabilidad presupuestaria… Hemos demostrado que somos una Administración confiable y ahora la máxima movilización debe ir en seguir perseverando en esa solución económica, donde hay una parte que es devolver la deuda financiera.
- ¿Va a utilizar ese lazo estrecho con Diana Morant?
- Ya lo hemos hecho. Recientemente estuve con Diana Morant en un desayuno con el presidente, donde aprovechamos para hacer varias reuniones con algunos altos cargos de la Generalitat y de otros estamentos, y comentamos cuáles eran los siguientes retos. Sé que Diana Morant, como no podría ser de otra manera, nos va a ayudar a abrir puertas de los ministerios y nos va a ayudar a que nuestras reivindicaciones se escuchen.
- Siempre sobrevuela esa posibilidad de que se bajen los impuestos, ¿es viable?
- Mientras cumplamos con los parámetros de ingresos y gastos sí. Gandia es un Ayuntamiento cumplidor y eso debe tener alguna ventaja; llevamos seis años cumpliendo escrupulosamente con el plan de ajuste y creo que es hora de reivindicar en ese nuevo estadio que debe haber un nuevo papel para los ayuntamientos cumplidores. Vamos a reivindicar que somos un Ayuntamiento cumplidor para devolver a los ciudadanos el esfuerzo que han hecho.
- Una legislatura continuista con el proyecto de Diana Morant pero… ¿Qué aportará para que sea también el de Prieto?
- Cada uno tiene sus formas de hacer; ni Diana ni yo somos miméticos. Esto es un gobierno compartido y la pluralidad la veo tanto como un valor que permite hasta pactar la discrepancia como una potencialidad para aceptar. En esa visión no es un gobierno de un alcalde sino es un gobierno compartido, fuerte y que tiene las prioridades claras. De lo contrario no llevaría seis años. Por tanto, se trata de empezar a ver los resultados de todo eso, pero la impronta personal, la marca cada uno.
- Sin embargo, en los últimos meses han habido discrepancias en el seno del gobierno. ¿Cómo valora su relación con los socios de gobierno?
- Vamos a cambiar los mecanismos de coordinación para fortalecer la relación. Los ciudadanos de Gandia pueden estar tranquilos porque van a ver en este gobierno un Ejecutivo donde la pluralidad es el hecho diferencial que te permite pensar y acertar mejor. Cuando haya una discrepancia será una discrepancia pactada y no hay nada que sea irreconciliable, y menos el trabajo por tu ciudad. Seremos un gobierno donde por encima de cualquier sigla, por encima de cualquier opción partidaria, en la defensa de los intereses generales de la ciudad habrá una voz única.
- ¿Cuál es su relación con la oposición?
- Es una relación cordial e intentaré que siga así.
- ¿Y cuándo comiencen las críticas?
- Ahí no me van a encontrar. No va ni en mi carácter, ni en mi forma de ver y de pensar la política. Este es el proyecto que mejor defiende la ciudad y lo que les he pedido es que me tiendan la mano cuando necesite la colaboración de todos, porque ahí va también el esfuerzo de unidad para perseverar y que las cosas buenas salgan. En el debate partidario no me van a ver pero en el político sí porque aquí política hacemos todos.
- Hay municipios que rechazan la ampliación de la CV-60, ¿se esperaba esta reacción tras tantos años de reivindicaciones?
- Todas las posiciones son legítimas pero aquí se trata de la vertebración de la comarca porque si no nos quedaremos de culo al resto de infraestructuras y tendrá consecuencias en el futuro de la economía y del sector productivo de la Safor. En el tejido productivo del empresariado de nuestra comarca pero también de la movilidad entre los pueblos. ¿Cuál es el daño que ha habido al medio ambiente por la saturación de las carreteras? No tenemos una perspectiva unívoca pero sí tenemos un debate encima de la mesa: todas las infraestructuras tienen impacto pero se mitiga. A Gandia le corresponde liderar ese proyecto a favor de la movilidad, de la conexión y de la vertebración.
- ¿Teme más restricciones para la celebración de las Fallas o la Fira i Festes?
“A GANDIA LE CORRESPONDE LIDERAR EL PROYECTO DE LA CV-60 A FAVOR DE LA MOVILIDAD, DE LA CONEXIÓN Y DE LA VERTEBRACIÓN”
Vamos a ver la incidencia porque cada semana cambia. No se trata tanto de celebrar como de cerrar un ejercicio, dar perspectivas a un sector económico que hace dieciséis meses que no tiene ingresos; en el caso de las Fallas o de la feria, sectores económicos que han cerrado y que no han vuelto a abrir, y contribuir a la recuperación emocional, a ese reencuentro en formatos con planes de contingencia en nuestro caso más estrictos que la norma. Creo que con una incidencia peor hemos demostrado que se podía programar y no va a ser muy distinto en el caso de estas Fallas o de esta feria.
- Tiene por delante prácticamente dos años en los que ejercerá la alcaldía ¿cómo le gustaría ver a Gandia en 2023?
- Ya con la recuperación completada con muchas de las inversiones materializadas y con ese rumbo de futuro encauzado.
¿Y a usted mismo?
-No lo sé. Me gustaría que la ciudadanía confiara en lo que hemos hecho. Creo que trabajando bien, trabajando sin horas, dejándonos la piel y con hechos, no solamente con palabras, con todo eso encarado, lo que voy a pedir es la confianza de la gente.