ALICANTE. El alcoyano Julio Laporta lleva toda la vida en la Euipo (antes Oami), la Oficina de la Propiedad Intelectual de Unión Europea, pero hace tres que se convirtió en su portavoz. Recuperada la normalidad de la actividad empresarial tras la pandemia, y del propio funcionamiento de la oficina, nos acercamos a conocer el nuevo campus (lleva ya tres ampliaciones, sin contar la etapa fundacional de la Oami en la avenida de Aguilera) y las grandes cifras de la euroagencia alicantina, una de las más rentables del sector público europeo y una de las principales empresas de la provincia (si no contamos el aeropuerto) por número de empleados.
-Acaban de dar a conocer su último informe sobre la vulneración de la propiedad intelectual en el ámbito de la Unión. ¿Han notado algún cambio respecto a anteriores ediciones de este estudio?
-Bueno, sí. Este informe de nuestro observatorio, publicado en enero, está centrado en las detenciones en frontera de productos falsificados. Son datos que nos reporta la Comisión Europea sobre aduanas, y sí que se nota un incremento desde el último estudio. Son 66 millones de productos detenidos en el penúltimo, y 86 millones de productos detenidos en el último estudio, con datos de 2021. Ojo, esto es lo que los funcionarios de aduanas han sido capaces de detener, lo que no significa que sean todos los productos piratas que entran en la Unión Europea. Pero ya da una escala de que hay una evolución y un incremento sustancial desde el último estudio.
-¿Y en cuanto al informe que periódicamente dan a conocer sobre la percepción de la importancia de la propiedad intelectual en la Unión Europea, han notado alguna evolución?
-A ver, nosotros lo que notamos es que si miras la cantidad de marcas que nos piden, la cantidad de diseños que nos piden, siempre ha habido un incremento anual, excepto el año pasado, un poco provocado por el entorno internacional y la situación económica mundial. Pero de todas formas, si comparas el año 1996, cuando la oficina abre, recibimos 45.000 solicitudes, y el año pasado 176.000. Realmente hay un apetito por la protección de la propiedad intelectual, y al fin y al cabo, eso es una anticipación de lo que va a venir al mercado. El ciclo normal es una empresa que primero crea; una vez ha creado, protege; y luego va al mercado. Entonces cuando ves una subida en marcas o en protección de propiedad intelectual, es que se está anticipando un incremento también de posicionamiento en el mercado. El interés está ahí. Nosotros nos dedicamos fundamentalmente a tres cosas: una es que somos el registro de marcas y diseños para la Unión Europea. Estamos disponibles para cualquier empresa de todo el mundo, y es de donde obtenemos la financiación. Las empresas que vienen aquí o los solicitantes que quieren proteger sus marcas de diseños pagan una tasa. Y eso es lo que paga nuestros sueldos, los edificios, la comunicación, los estudios.
-Por cierto, tengo entendido que la Euipo se autofinancia. ¿Son el organismo más rentable de la Unión Europea?
-De los más rentables. Porque nosotros no recibimos dinero público, ni un euro. No nos financiamos ni con impuestos ni con subvenciones de la Unión Europea, ni de cualquier otra entidad. Nosotros nos financiamos exclusivamente con las tasas que pagan los usuarios y desde ahí desarrollamos todas las políticas. Por ejemplo, el segundo paquete de acciones, que es cooperar con la Comisión Europea y las oficinas de marcas de los países a desarrollar sus sistemas. Desarrollamos bases de datos o herramientas de back office. Se las cedemos a oficinas nacionales gratis, para que ellos también puedan beneficiarse estos desarrollos que hacemos aquí. Y luego también colaboramos con la Comisión Europea en relación con varias direcciones generales que tienen impacto fuera del territorio de la Unión, con proyectos relacionados con con acuerdos de comercio internacionales, de bloques. Y por eso tenemos gente de la Euipo destacada en Beijing, en Bangkok, en África, en México y en Buenos Aires... Tenemos proyectos de colaboración con Latinoamérica, con el Caribe, con África, con Georgia, con China y con el sudeste asiático.
-¿Qué funciones cumplen esas oficinas fuera de la Unión?
-Lo que hacemos es ayudar a la Comisión y a las empresas europeas a facilitar la protección de sus derechos allí, y luego un poco de transferencia de conocimiento, ayudar a las oficinas de estos países. Con herramientas, con bases de datos y cooperación. Este es el segundo paquete, y todo esto se financia también con con nuestras aportaciones. Y lo último que hacemos es el Observatorio contra la Vulneración de la Propiedad Intelectual, que es la entidad que realiza estos estudios de los que estábamos hablando.
-¿Qué tipo de estudios realiza el observatorio?
-Los estudios son de tres tipos. Unos ponen en valor lo que la propiedad intelectual aporta a la sociedad. Otros lo que hacen es analizar la percepción que los usuarios, los ciudadanos, tienen de la propiedad intelectual. Y el tercer tipo son estudios que analizan el impacto que la piratería tiene en relación con el mercado. De ahí sacamos grandes mensajes positivos. El 47% del PIB y el 40% de los puestos de trabajo proceden de industrias que protegen la propiedad intelectual a nivel europeo. Es un impacto muy grande en Europa. ¿Y esto para que sirve? Para ayudar a establecer políticas que favorezcan la creatividad, la protección, el respeto de los derechos de propiedad intelectual. Luego hacemos estudios de percepción, para ver si la población es consciente del valor que esto aporta. Nuestros estudios dicen que el 98% de los ciudadanos de la Unión Europea entiende que un creador es merecedor de algún tipo de compensación o de respeto de su propiedad intelectual, así que vamos por el buen camino. Siempre hay margen de mejora, porque hay un 5% que admite haber comprado productos pirateados. Y el tercer paquete es sobre el daño que se infringe. Por ejemplo, hemos estimado que al año se pierden 670.000 puestos de trabajos en la Unión Europea por culpa de la piratería, y los productos falsificados provocan pérdidas de 86 billones, con 'b', de euros en sectores claves de la Unión Europea
-¿Billones anglosajones [mil millones] o de los españoles [millones de millones]?
-De los nuestros. Es una barbaridad de dinero, y se pierden también 15 billones de euro que no se recaudarán en impuestos. Luego, con estos estudios lo que hacemos es colaborar con otras entidades. Tenemos el último, en colaboración con la Comisión Europea. Tenemos estudios en colaboración con la OCDE, tenemos estudios en colaboración con Aduanas, con Europol, con la Policía... Ellos han establecido a través de sus investigaciones una conexión entre la piratería y el crimen organizado. Las redes de crimen organizado utilizan la venta de productos piratas para financiar trata de personas, tráfico de drogas, terrorismo. Porque es una forma, digamos, menos sensible de financiarse que a través de otras actividades como robar bancos.
-Hablemos de la evolución de la agencia. Ha citado antes la cantidad de registros del último año pero, ¿qué cifras nos deja su actividad?
-Sí, 176.000 registros de marcas y diseños. Y en cuanto a personal, somos 1.200 empleados fijos. Luego tenemos una población de alrededor de 100 becarios y expertos nacionales, porque los países miembros nos envían expertos de sus oficinas de marca para intercambiar conocimientos.
-¿El personal de la Euipo es funcionario europeo, contratado...?
-Depende. Hay de todo, gente que son funcionarios, gente que tiene contratos temporales, y luego tienes becarios que vienen de toda la Unión Europea. ¿Qué tenemos más? Bueno, españoles, imagínate. Aunque no tengo estadísticas concretas, pero sí que hay de todos los sitios. En mi equipo tengo gente de Polonia, Francia, Holanda, Suecia, Italia, Rumanía, Alemania... Y un experto de la oficina nacional de Islandia. Fundamentalmente es gente de la Unión Europea, pero a veces tenemos acuerdos de colaboración con entidades de fuera. Entonces, por ejemplo, tenemos una becaria de Albania o el experto nacional que le decía de Islandia.
-¿Qué es lo más raro que alguien ha intentado proteger en la Euipo?
-Bueno, aquí hay registradas melodías. Por ejemplo, la melodía de Eurovisión está registrada como marca. También la silueta de Ibai Llanos, o la posición de Ronaldo con los brazos en jarra, y el baile de Vinicius. También se permite registrar algunos logos en movimiento como multimedia. Es decir, la ley dice que puedes registrar cualquier signo que sea distintivo, y eso es amplio. Porque si yo te digo, [tararea el tono de llamada de Nokia], vas a decir: esto es Nokia. Con lo cual, es un signo que a ti te permite reconocer una empresa y un producto. Siempre y cuando se pueda demostrar esa asociación, tienes derecho a esa marca. Luego tienes los logotipos, y los que son mixtos, que pueden ser una combinación de una palabra con un logotipo. Y a partir de ahí, formas tridimensionales, como la botella de Coca-Cola, o un montón.
-Hay una, no sé si leyenda urbana, que afirma que Pepsi había intentado registrar el color azul de su imagen corporativa, y no le habían dejado.
-Claro, es que la cosa es que el 'azul Pepsi' no es sólo tuyo. Cuando alguien viene con algún tipo de petición en ese sentido, tiene que demostrar que ya se le está reconociendo como tal para poder registrarlo, ¿de acuerdo? Entonces, por ejemplo, Milka en su día lo consiguió para el color lila en relación con chocolate. Esa es una de las primeras marcas que registramos de color, claro, porque lo que no le vas a dar es un monopolio a alguien. Aunque hay que tener en cuenta que te puedes comprar una camiseta 'lila Milka' sin vulnerar su propiedad intelectual, porque ese color solo está registrado para vender chocolates. Siempre que una marca nos pide un registro tiene que asociarlo a un producto, o a varios.
-Una iniciativa reciente de apoyo a la propiedad intelectual que han puesto en marcha es el fondo de ayudas a las pymes para que registren marcas y diseños, como explicó en la última Noche de la Economía Alicantina el presidente de la Euipo, Christian Archambeau. ¿Cómo funciona?
-Es una acción en la que estamos colaborando con la Comisión y con las oficinas nacionales de propiedad intelectual de la Unión Europea: hemos lanzando un fondo de ayuda a las pequeñas y medianas empresas, para el cual hemos dispuesto de nuestras reservas de 27 millones de euros...
-Ah, ¿así que estas ayudas también salen del 'bolsillo', por así decir, de la Euipo?
-Sí, sí, lo ponemos nosotros. Además de financiarnos, como tenemos superávit, podemos disponer de ese dinero siempre y cuando se vaya a usar en beneficio del sistema. Es decir, que haya como un cierto retorno en el contexto de la protección de la propiedad intelectual, o su puesta en valor, o la cooperación. O, en este caso, ayudar a las pequeñas y medianas empresas. Para este ejercicio hemos dotado el fondo con 27 millones de euros. Arrancamos en 2021, repetimos en 2022, y ahora estamos subiendo la cantidad, porque cada año vamos añadiendo servicios.
-Bien, ¿y qué cubre ahora este fondo?
-En el primer año digamos que se subvencionaba sobre todo lo que son las tasas, se pagaba un 50% de la tasa de protección de una marca o un diseño, tanto a nivel de la Unión Europea como a nivel nacional. El año pasado se añadieron otro tipo de servicios, como de asesoramiento, y este año se dan ayudas para la protección de marcas, de diseños, de patentes y otra cosa muy específica que se llama variedades vegetales. Lo importante es que hay dinero para ayudar a las pymes que quieran proteger su propiedad intelectual. Un estudio que hicimos decía que aquellas pymes que protegían su propiedad intelectual generaban un 68% más de beneficio por empleado, y otro estudio indica que precisamente las pymes son más vulnerables a los ataques a su propiedad intelectual. Esto hay que hacérselo ver, y decirles que si es un problema de recursos, les podemos ayudar.
-Un poco de concienciación, ¿no?
-Concienciación, exacto. Luego lo que hacemos es: vale, ya estás concienciado. ¿Te ayudamos? ¿Cuál es tu problema, que no sabes de propiedad intelectual? Tenemos una academia que tiene un montón de formación online básica. Hemos diseñado algunos sistemas en nuestra web que son como cuestionarios interactivos, parecidos a un juego de rol, para que las pymes valoren si deben usar la Euipo. Te pregunta y te va guiando. ¿Has creado algo? Si has creado algo, ¿lo has creado tú o lo ha creado alguien por ti? Cuando responden el cuestionario se genera un informe: pues lo que deberías hacer es esto. Es otra herramienta que ponemos a disposición de las pymes. Y luego ya llega la financiación. Si al final el informe te dice que a lo mejor estaría bien que protegieras esto que has creado, porque parece que sea una marca, te ayudamos otra vez. Además ahora hemos incorporado la inteligencia artificial al sistema de solicitud en línea. Entonces se apoya a nivel de formación, a nivel de tecnología, a nivel financiero... porque al fin y al cabo las pymes son el 99% de las empresas europeas.
-¿Y se está consumiendo? Es decir, ¿las empresas usan el fondo, o se queda dinero sin repartir?
-Sí, el año pasado se agotó antes de que acabara el ejercicio, y este año hemos arrancado y por ahora estamos recibiendo más del doble de peticiones que en 2022. Y el primer país que lo solicita son pymes españolas.
-¿Por cercanía?
-Bueno, puede que también. Pero es cierto que cuando miras el ranking por países de donde proceden más marcas o diseños, España suele estar bastante alta. En marcas está quinta, y en diseños sexta o séptima. A nivel mundial, eh, no europeo. El número uno en marcas es Alemania, y en diseños es China. Si nos centramos en marcas, son Alemania, China, Estados Unidos, Italia, y España. Vamos por delante de Francia, Reino Unido o Polonia, que son economías más potentes que la nuestra, con lo cual sí que hay un cierto interés un poco mayor en España por la protección de la propiedad intelectual. Quizás porque hay una cierta vis atractiva, y bueno, porque la Euipo está aquí, también. ¿Por qué no decirlo?
-Cambiando de tema, desde su implantación, la Euipo ha tenido un especial interés por vincularse a la ciudad. ¿Qué iniciativas tienen ahora en este sentido?
-Aquí lo que lo que pasa es que todo el que viene de fuera de España se quiere quedar. Es increíble, increíble. Tienes montones de compañeros que vinieron de Alemania, de Finlandia... para seis meses o un año, y todos se han querido quedar porque la calidad de vida aquí es buenísima, el clima, la ciudad... Realmente nos lo tenemos que creer. Es un entorno privilegiado. Y luego sus hijos se integran en la escuela europea y todo el mundo se acaba comprando su casa e integrándose en la ciudad, en su cultura, en las actividades asociativas. Es realmente algo impresionante. Cuando estás aquí lo ves todos los días y se te olvida mirar al mar. Pero tenemos un compañero que venía de Rumanía y que todos los días enviaba una foto a sus compañeros para fastidiarles. Lo que Alicante ofrece y su entorno, con ciudades muy potentes como Elche, como Alcoy, como Orihuela, como Benidorm. Y es gente muy curiosa, interesada en conocer el entorno, las rutas naturales, la cultura, las tradiciones, las fiestas, las Hogueras, los Moros y Cristianos. Nosotros tratamos de tener siempre una muy buena relación con las entidades locales de todo tipo, con todas. Es es un ganar-ganar, que si la oficina está aquí, aprovechémoslo.
-Periódicamente la Cámara de Comercio realiza un informe que cifra su impacto económico en la Comunitat Valenciana...
-Sí, hacemos estos estudios de impacto económico cada dos años. El próximo se va a publicar este mayo, alrededor del Día de Europa, que es el 9 de mayo. Obviamente no puedo adelantar nada de este informe, pero las cifras del último que se publicó indican que el impacto económico de la Euipo en la región es de 400 millones de euros anuales. Ese es el impacto del día a día, tanto directo por el consumo de bienes como por las sinergias que ha generado, como por ejemplo la Escuela Europea, los despachos de abogados internacionales que se han venido, el Tribunal de Marca Europea que hay en Alicante, y la gente que trabaja para la oficina en seguridad, limpieza, suministros... Tenemos estos 400 millones de impacto anual, y 3.000 puestos de trabajo, contando los 1.200 directos. Y luego tenemos también un impacto social, con el club de empleados de la Euipo, que se llama Solcir, súper integrado con todas las ONG de Alicante. Ha estado siempre muy activo y especialmente en los últimos años, a partir de la pandemia. Eso es algo que nace de los propios empleados y que obviamente la oficina está encantada de que suceda.
-Por último, su campus no para de crecer, y acaban de adquirir nuevas parcelas. ¿Tienen previsto ampliar instalaciones?
-No, no, en principio seguiremos con los tres edificios que funcionan en estos momentos, y queremos terminar de cerrar el campus, una vez adquirido al Ayuntamiento el vial que lo atravesaba, pero será todo zona verde porque de momento no necesitamos más espacio. Si algún día se necesita, creceremos en esas nuevas parcelas, a las que ha habido que cambiarles el uso porque estaban catalogadas como residencial y necesitábamos que fueran terciarias, para servicios, y ya lo hemos conseguido. Hemos derribado la estructura de los edificios que se estaban construyendo y que se quedaron abandonados, pero por una cuestión de impacto visual, no porque tengamos nada previsto a corto plazo.