Los trabajos esenciales han pasado a ser cotidianos, lo cotidiano a lo rutinario, y lo rutinario a ser necesario. Algo debemos haber aprendido de la excepcionalidad del Estado de Alarma. Suspendida la movilidad durante el pesado y costoso confinamiento, la proximidad y la cercanía han sido dos ejes fundamentales dentro de lo positivo en el marco de una necesaria y vital reclusión. Digo cercanía porque el comercio de primera necesidad ha estado a la vuelta de la esquina, acompañándonos en todo momento, como los sanitarios, cuando antes, en la anterior vida al calendario vírico del Covid-19, paseando pasábamos de largo. Pese a encontrarnos en Fase 1, regreso al pasado, a una València vaciada durante al menos 9 meses al año. Al sureste. Al voltant de L’Albufera. A los Poblados del Sud. El resto del tiempo los valencianos, principalmente en época estival, retornan a disfrutar de las privilegiadas segundas residencias.
Viajamos, ya que se puede solo en desplazamientos justificados por la provincia, a un recóndito lugar, a pocos kilómetros del Cap i Casal, en el cual ilustres personajes del arte del humor, como Luis Sánchez Polack,PA alias Tip, o Paco Arévalo, residieron, gustándoles molt pegarse chapuzones en las aguas de la playa del Recatí. Para ser mas preciso, sitúo al lector en el interior del Parque Natural de La Albufera, en un tramo en el desplegable donde anteriormente circulaba la antigua carretera Nazaret-Oliva, hoy con el volumen apagado, ahora CV-500. Al otro lado de la carretera, en la bautizada Ruta del 25, en algún tramo algo kitch, los verdes campos, paisaje dominado por los arrozales, no paran de producir, si el tiempo acompaña, temporada tras temporada frutas y verduras, destacando sobre toda las cosas el famoso tomate con denominación de origen. Este año, no por desgracia, sino por culpa del virus, no se celebrará la esencial Mostra de alimentos original de localidad de El Perelló, ¡pero sí habrán tomates!
En la otra vida, anterior al Coronavirus, conocí a un chaval templado, imberbe, porque pese a la “mayoría de edad” que señala la fecha de nacimiento marcada en la casilla X del documento nacional de identidad, parece que lo hayan sacado de una Universidad norteamericana. Manu Cabrera emprendedor dónde los haya, sin aplicaciones, amante de las olas, decidió no abandonar la tabla pero si complementarlo con el esencial oficio de la azada, formando tándem con José Luis García Lobato, curtido en mil batallas, lugareño de la localidad de El Perelló. Una compañera de Valencia Plaza etiquetó en un reportaje gourmet al tomate cómo “El caviar de la Ribera Baixa”. En Enero, en la vuelta a “estos maravillosos años 20”, cubriéndose de gloria los publicistas de una compañía tecnológica arrancaron esta ofrenda del cultivo de la tierra, iniciando la actividad empresarial pese al dolor de cabeza que supuso el estampido de Gloria, con parón incluido, siguieron trabajando codo con codo la huerta de una villa que se ha bautizado en el argot popular de los viajeros con el nombre del Pase y Aparque.
El recinto agrario cuenta con tres hanegadas de extensión y el cultivo principal es el tomate. Estos dos trabajadores de la tierra, han querido llegar más lejos, tratando sin productos químicos, sin aditivos, el 100% de la producción, viendo en esta fértil tierra, con solo el trabajo diario, el esfuerzo, los madrugones, las horas y la azada, complementado con la arena de la playa y el agua prefiltrada provinente de La Albufera, que riega el 100% de la cosecha, ingredientes determinantes para ofrecer un producto de altísima calidad. No solo el cultivo en esta Villa gira en torno al “exquisito caviar de color rojo”, cultivados en muchas de sus variedades: valenciano, rosa, cherry, máxima bombón. Además de esto han extendido la producción a otras verduras y hortalizas, como son rúcula, albaca, calabacín, pimientos, apio, garrofó, patatas y limones, entre otros. Cuando ustedes tengan el privilegio o la necesidad de desplazarse por esta ruta en un viaje inimaginable, abrigado por una manta verde que emana de la naturaleza, circulando a una velocidad moderada, se toparan al lado derecho de la carretera con algunas paradas abiertas. De ser así ¡Pase y Aparque! El único requisito requerido por las autoridades agrarias para la venta son los excedentes de su propia cosecha. Una vez repostado, al llegar a casa, ¡del campo al plato!