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opinión

Lagarde (BCE) se muestra muy pesimista con la inflación futura

Está aplicando una política ortodoxa a un problema sobre el cual tiene relativamente poca capacidad de control, según el experto

16/12/2022 - 

MADRID. Las reuniones de los bancos centrales tienen dos partes: la primera es siempre la decisión sobre política monetaria, seguro que podríamos llamar una parte más cuantitativa donde lo que importa son los números; mientras que la segunda es otra que podríamos llamar cualitativa donde lo que importan son las declaraciones del presidente del banco central de turno.

En la reunión de ayer del Banco Central Europeo (BCE) la parte cuantitativa resultó más o menos lo esperado, pues subió los tipos de interés un 0, 50 % que es lo que esperaba el mercado, pero en el comunicado que acompaña esta información insistieron en futuras subidas de los tipos de interés. Y esto tiene que ver con sus -ahora- muy pesimistas expectativas en relación con la inflación futura, que han incrementado al alza.

La parte referida a la reducción de balance del BCE también ha estado dentro de lo esperado, es decir, reiteran el compromiso de reducir su inmenso balance, especifican cuantías, pero esas cuantías tampoco son muy exageradas para el tamaño que tiene actualmente el balance del BCE. 

En la conferencia de prensa es donde se transmitió la visión más restrictiva. Lagarde dijo cosas como que pensaba en varias “subidas de tipos de interés de 50 puntos básicos en cada reunión (0,50 %) durante un periodo de tiempo”. Ahí es cuando el euro/dólar encaramó hasta las 1,07 unidades; mientras la bolsa europea cayó más del 2 %. 


Imagínense hasta donde quieren subir los tipos de interés, cuando además en la misma conferencia de prensa dice que la economía europea entrará en contracción “en este mismo trimestre”.  Los mercados lógicamente han pasado de pensar en que los tipos de interés se quedan en el 3% a pensar que superen el 3,5%.O incluso más.

La combinación de subidas de tipos de esa magnitud y recesión puede que acabe con la inflación, pero también con cualquier expectativa de crecimiento en Europa, de ahí la reacción bursátil. El que lógicamente sale más beneficiado es el euro, ahora que parece que la Reserva Federal podría levantar el pie del freno y para sorpresa de casi todos el BCE pisa el freno hasta las tablas. 

Cubrirse las espaldas

En Nextep pensamos que el BCE quiere cubrirse las espaldas. Llegaron muy tarde a luchar contra la inflación y ahora quieren evitar cargar con las culpas de la inflación. En realidad, aunque inicialmente la inflación europea fue consecuencia de excesos monetarios y de los cuellos de botella que se produjeron a la salida de la pandemia, la inflación europea actual es una inflación de oferta, es decir consecuencia de la reducción de oferta de energía y materias primas como consecuencia del efecto rebote de las sanciones a Rusia.

Sobre dicho shock de oferta el BCE tiene relativamente poca capacidad de control. Por mucho que suba el coste de las hipotecas o la financiación de las compras a plazo, si volviera a subir el precio del gas y mientras se mantenga la disrupción en la cadena de producción y distribución de alimentos, la inflación seguirá elevada haga lo que haga el BCE. El mismo que está aplicando una política ortodoxa a un problema sobre el cual tiene relativamente poca capacidad de control y existe el riesgo de exacerbar la desaceleración económica europea, hasta el punto de convertirla en una recesión profunda.

Víctor Alvargonzález es director de estrategia y socio fundador de Nextep Finance

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