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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

¿Malos tiempos para la lírica populista?

Dicen que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo y me parece que esto es aplicable al duo dinámico del anti globalismo de derechas

28/09/2019 - 

En España, proveniente de America, había un jugador de fútbol al que llamaban la saeta rubia, por la velocidad y contundencia de sus ataques (era delantero) y claro está por el rubio de sus cabellos, era el gran Alfredo Di Estefano. Hoy en día existen dos líderes mundiales que por sus ataques (verbales) contumaces y rápidos así como por su rubia cabellera, parecen pugnar por arrebatarle ese sobrenombre a nuestro querido futbolista, y que son un par de auténticas saetas rubias, se llaman Donald Trump y Boris Johnson; y que estos últimos días pudieran haber acusado el castigo de los contraataques, sufridos por sus agresivas políticas y modos.

Contra el presidente norteamericano, nada más ni nada menos, que se ha iniciado el procedimiento de impeachment (proceso de destitución) cuyos antecedentes a lo largo de la historia han sido escasos (solo tres), el presidente Andrew Johnson que fue absuelto en 1868 (sucesor de Abraham Lincoln tras el asesinato en 1865) también Bill Clinton fue absuelto en 1998 por el caso de perjurio y Monica Lewinsky, y en 1974 se produjo la dimisión de Richard Nixon tras el inicio de ese proceso.

Y quien y por qué ha osado iniciar tan duro y complejo procedimiento, pues ha sido la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tercera autoridad de los USA tras el presidente y vicepresidente, perteneciente al partido demócrata y a una saga de políticos, con 43 años a sus espaldas como cargo político desde que en 1976 fue nombrada miembro del Comité Nacional Demócrata, vamos toda una miembro de la casta, que ha considerado las llamadas telefónicas de Trump al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, sobre todo la conversación del 25 de julio, como un ejercicio de abuso de poder, por pedir que investigase a un norteamericano que tiene posibles y presuntos negocios turbios en Ucrania, y que resulta que es el hijo del líder demócrata que puede competir contra él en la carrera presidencial de este próximo noviembre del 2020, ya saben Joe Biden.

Por su parte, la saeta rubia británica, Boris Johnson ha quedado en muy mal lugar, cuando el Tribunal Supremo de aquel país ha declarado ilegal la suspensión del Parlamento del Reino Unido (UK), por lo que su estrategia de llevar a UK a un Brexit duro, ha encajado un nuevo golpe, aunque pudiera ser que él (que se le podrá llamar de todo, menos de tonto) lo tuviera ya descontado, porque sabe que el tiempo juega a su favor, y cada día que pasa nos acercamos más a ese 31 de octubre y es más fácil que no exista un acuerdo entre la UE y UK, para su salida.

Pero cómo ha afectado a las imágenes personales de los dos representantes mundiales, del llamado populismo de derechas, y sobre todo cómo les ha afectado anímicamente a ellos y a sus votantes. Porque desde luego su imagen en la prensa publicada y global, ha sufrido un nuevo revés, a lo que ya estamos acostumbrados, y por supuesto los personajes no nos han defraudado. Respecto a sus votantes y seguidores aunque es pronto en un principio, al premier británico se le pueden adelantar sus citas electorales (cosa que parece desear), pues en su regreso apresurado desde New York tachó a Jeremy Corbyn, líder laborista británico, de cobarde por ser contrario a unas elecciones anticipadas, y no sólo se contentó en realizar ese ataque (ya saben la mejor defensa es un ataque), sino que llegó a afirmar que todo lo no sea un Brexit radical es una traición y una rendición, protagonizando una acalorada sesión parlamentaria entre gritos de “mentiroso, mentiroso, a la cárcel, a la cárcel” de la oposición y él tachando a todos los contrarios a sus posicionamientos  como enemigos del pueblo.

Por otra parte justo en el inicio de la 74ª sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas, cuando en un gesto, también de populismo pero en este caso globalizador, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, defendió que había que “poner a la gente primero”, contra programando al “America First” de Trump, el cual también dejó perlas de su ideario en el templo del multilateralismo.

 

El norteamericano dejo claro su defensa de los Estados-nación, garantes hasta la actualidad del progreso de nuestra civilización, frente a ese gobierno mundial en el que se integran grandes corporaciones, fondos ya sean soberanos o no aderezados con foros y organizaciones internacionales, que no han sido elegidos por los ciudadanos, y que nos marcan la agenda globalizadora, donde la explotada mano de obra barata o cuasi esclava asiática ha logrado deslocalizar a nuestra industria bajo la dirección de una cruel dictadura, la clase media (responsable de la estabilidad de nuestro sistema) antaño mayoritaria va menguando, en favor de unas rentas de capital que aumentan y absorben cada vez más a las rentas del trabajo. 

Por eso el presidente Trump afirmó que “el futuro no pertenece a los globalistas, el futuro pertenece a los patriotas” y ofreció su formula si se quiere Libertad, Democracia y Paz, que era tener orgullo de tu país, no abandonar tu soberanía y amar a tu nación, por lo que para él “El futuro pertenece a naciones soberanas e independientes, que protegen a sus ciudadanos, respetan a sus vecinos y honran las diferencias que hacen de cada país especial y único”, ya ven todo un canto a cambiar las reglas de la multilateralidad en favor de anteriores recetas. Desde luego muy afectado por el inicio del impeachment no se le veía, es más electoralmente le puede incluso beneficiar, si sale absuelto como Clinton, pues se presentará otra vez como el héroe del pueblo que lucha contra el establishment que representa Nancy Pelosi; pero no nos podemos olvidar de que antes tuvo un gran telonero en Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, que le preparó el terreno al afirmar que “es una falacia decir que la Amazonia es un patrimonio de la humanidad o que es el pulmón del mundo”, tachando de neocolonialismo a los comentarios sobre una intervención mundial en el Amazonas.

Ya ven los referentes de los populismos de derechas mundiales aunque castigados mediáticamente resisten, ya veremos que ocurre a los populismos de izquierdas patrios que parecen fragmentarse a unas semanas de la cita electoral con una de las mayores incertidumbres posible, en esta cuarentena (a día de hoy) a la que nos han castigado por no ponerse de acuerdo.

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