VALÈNCIA (VP). La industria del juguete se encuentra en una encrucijada. Sus clientes, menores de ocho años, están cada vez más embaucados por las tecnologías digitales y es verdaderamente complicado atraer su atención sobre un objeto lúdico que no tiene botón de play. Los informes sobre tenencias claras en la evolución del juguete señalan que el juguete del futuro será el resultado de la alianza de grandes corporaciones para dar una experiencia integral e integrada de juego; será proactivo, capaz de contactar con muchos juguetes, compartirá información acerca de su uso que permitirá personalizar la oferta; será socializador, pondrá en contacto a diversos usuarios para crear comunidad; pasará de ser educativo a educador; será universal, responderá a gustos globales porque su distribución no se fija límites; será evolutivo, y adaptará su performace a los gustos de los usuarios; será ecológico, con materiales orientados a la sostenibilidad; será solidario, porque sumará distintos valores sociales y solidarios; y será genérico, no hará distinciones de género y estará por encima de la asignación por edad.
¿Quiénes en la industria juguetera están liderando este conjunto de tendencias y lideran el diseño del futuro del sector en todo el mundo? Los expertos consultados señalan a dos directivas que en los últimos años han puesto en marcha modelos de negocio enfocados al éxito y que tienen todas las características para liderar ese futuro del sector. Una es Marie Eve Rougeot, que ha pasado de dirigir la española Famosa a ser la CEO del grupo Giochi Preziosi, el cuarto fabricante. En Famosa generó un cambio radical al dar vida nueva a juguetes con más de cincuenta años de historia, que se vendieron por ciento de miles de unidades y crearon adicción en una nueva clientela de nativos digitales que descubrió otra forma de dar rienda suelta a su vitalidad y ganas de disfrutar. Esos viejos juguetes de toda la vida recibieron un valor añadido a base de tecnología, innovación y creatividad, que los ha hecho imperecederos. El Nenuco de hace treinta años no tiene nada que ver con el sofisticado juguete que es hoy día. Rougeot supo aprovechar al máximo el universo digital en el que se mueven sus usuarios y ha creado una red de comunidades en torno a cada juguete que es la responsable de garantizar su vitalidad en el tiempo, a la vez que se convierte en una herramienta de conocimiento de los gustos, necesidades, carencias y decepciones de sus pequeños usuarios para reaccionar de forma inmediata cambiando, desplazando o innovando cada producto. Todo este conocimiento sobre marcas propias procedente de Famosa se añade y complementa con la estrategia de Giochi Prezioso de aprovechar al máximo las interacciones con grandes marcas de terceros para optimizar el potencial de desarrollo que tienen en el mundo del juguete.
La otra directiva clave en el liderazgo del futuro de la industria juguetera mundial es Anna Mowbray, directora de operaciones de la neozelandesa Zuru Toys. En apenas quince años se ha convertido en la octava juguetera del mundo. Su clave diferencial ha sido una apuesta clara por la agilidad, la innovación, la disrupción industrial en la producción automatizada y masiva de juguetes. Con base en China, Mowbray y sus hermanos acumulan una capacidad revolucionaria de diseñar cada año decenas de juguetes imaginativos, de bajo precio, que responden a tendencias claras de sus usuarios, con costes muy contenidos, que permiten retirar productos y lanzar novedades a velocidad de vértigo. Sólo aportando máximas posibilidades de diversión un juguete tan simple como Bunch O Ballons, unos globos que se llenan de agua y que se pueden lanzar, que se venden en paquetes de cuarenta unidades a menos de 10 dólares, se puede convertir en el juguete más vendido del mundo. Zuru, de la mano de Anna Mowbray está diseñando una nueva forma de fabricar juguetes que no sólo va a impactar en el sector, sino que se está preparando para la producción de todo tipo de bienes de consumo, lo que abre un abanico de opciones inimaginables, coinciden los analistas consultados.