VALÈNCIA (EP). Las empresas españolas han parado el primer golpe de la crisis provocada por el Covid-19 acogiéndose a las ayudas ofrecidas por el Gobierno, a través del ICO, o bien con las líneas de liquidez del IVF (Instituto Valenciano de Finanzas). Realmente se ha comprado tiempo y ahora llega el momento real de adoptar una serie de medidas financieras destinadas a dotar el balance de la empresa del equilibrio necesario para mantener la actividad.
Para encontrar soluciones, Ivefa (Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar) organizó, en colaboración con GB Consultores Financieros, Legales y Tributario, el webinar “La urgente necesidad de implantar una nueva planificación financiera en la empresa familiar”. El evento contó con la asistencia de más de 50 participantes y fue inaugurado por el presidente de Ivefa, Francisco Vallejo, quien remarcó que, desde el principio de esta crisis, “en Ivefa tuvimos claro que lo que debíamos aportar a nuestros socios era información oficial acerca, no solo de las medidas sanitarias a implantar desde las empresas, sino también aportar transparencia respecto a los reales decretos que les podían afectar en sus distintas actividades y mediante webinars como éste estamos cubriendo este objetivo”.
Ante la actual situación, los pasos a seguir por la empresa son conocer su capacidad de respuesta y aguante financiero, dibujar los posibles escenarios a los que se enfrentan en 2020 para poder así diseñar una proyección a medio plazo. El director general de GB Consultores, Gonzalo Boronat, recomienda estar pendiente de las posibles desviaciones presupuestarias para tomar decisiones rápidas, anticipando los riesgos y ser eficaz a la hora de gestionarlos; algo que proporciona un Mapa de Riesgos. “En cuanto se detecte cualquier desviación hay que analizarlas y aplicar las adecuadas acciones correctoras. Solo así evitaremos el concurso de acreedores, un escenario que solo recomendaríamos cuando fuera estrictamente necesario y después de haber agotado las vías de negociación de una posible refinanciación de la deuda”, apunta. No obstante, Boronat cree que va a ser “inevitable que las empresas se enfrenten a una reestructuración financiera para el mes de octubre”. Aconseja, si no se tiene ya, implantar un mapa de riesgos para disponer de indicadores que ayuden a anticiparse y aplicar contramedidas. “Ahora que ya hemos atendido la urgencia, hay que diseñar un plan de acción financiero para la post-crisis”, puntualiza Boronat.
Por su parte, Roxana Leotescu, responsable del Área Financiera-Corporate de GB Consultores, recordó que la inyección de liquidez a las pymes, proveniente de la banca y avalada por el Estado, ha servido para afrontar el primer golpe pero conllevará un incremento del coeficiente de endeudamiento, lo que provocará una disminución del ratio de solvencia y de las condiciones de la calificación crediticia reduciendo el rating. En este sentido, considera que es necesario “hacer una revisión generalizada de la estructura de costes, ya que la deuda contraída va a tener un fuerte efecto financiero en la cuenta de resultados para atender a esas nuevas obligaciones”. También recordó que se va a vigilar que la financiación obtenida en las líneas ICO COVID-19 se ha destinado al objetivo previsto (salarios, pago a proveedores, …) y no para refinanciar deuda. Concluyó asegurando que va a ser imprescindible hacer una previsión económico-financiera para el periodo 2021-2022 que muestre el impacto de las nuevas operaciones financieras en el futuro de la empresa.