VALÈNCIA. "Al principio me quedé parada. Después iba con el coche hacia el cementerio y se me vino a la memoria mi abuela y mi padre. Lloré. Cuando llegué allí sentí alegría, emoción. Pero cuando me acerqué y vi los restos delante de mí, me enfadé mucho. Me dio rabia ver como habían sido arrojados como si fueran sacos, de cualquier manera". El pasado jueves 30 de marzo, Núria Martín, presidenta de la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia, recibió una noticia que, al igual que algunas familias, llevaba tiempo esperando: habían hallado algunos cuerpos de personas fusiladas durante el franquismo.
Tan solo 9 días atrás, la Asociación Científica ArqueoAntro (ACAA) volvía por tercera vez al Cementerio Municipal de Gandia (la Safor). Tal y como describe una de sus miembros, la arqueóloga Arantxa Jansen, se trata de una organización formada por un equipo multidisciplinar que trabaja en la localización, excavación y exhumación de fosas del franquismo. En 2021 y 2022, ya levantaron parte del suelo gandiense para buscar a los fusilados, pero lo único que llegaron a encontrar fueron enterramientos ordinarios.
Según explica Jansen, para poder llevar a cabo y conseguir los permisos para una excavación en el cementerio se debe presentar un informe previo que justifique esta actuación. Además de la investigación particular por parte de ArqueoAntro y la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia, estos últimos años han aparecido y encontrado testimonios que les han guiado hacia el posible lugar donde se podían hallar los 64 represaliados de los que se tiene constancia. Documentación hay muy poca, lo cual dificulta y centra casi todas las pistas en lo que pueda salir de las revelaciones.
Lo que sí se sabe es que entre el 25 de mayo de 1939 y el 31 de octubre de 1940, 62 hombres fueron fusilados y arrojados a fosas comunes en el Cementerio de Gandia. Dos más, detalla Núria, murieron en la cárcel por otras causas. Según añade, el listado deriva del trabajo de investigación del historiador Vicent Gabarda Cebellán y su obra Els afusellaments al País Valencià (1938-1956). Sin embargo, algunos de los nombres que figuran en la lista se sabe que ya no están en el cementerio de Gandia. A partir de los años 50 algunas familias desenterraron a sus seres queridos y pudieron ofrecerles un lugar de descanso digno.
Esta misma acción es la que quieren llevar a cabo las personas que hoy forman la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia. "Queremos sacarlos de la oscuridad donde han estado escondidos. Que se los conozca y considere como personas y que tengan un enterramiento digno, como cualquier persona", expresa su presidenta. A fecha de 5 de abril ya habían encontrado 11 cuerpos con evidencias suficientes como para pensar que eran restos de los hombres fusilados durante el franquismo. Ahora, añade Núria, "hay que continuar con más fuerza" para que "se sepa qué hicieron con todos ellos".
"A mí siempre me había preocupado la historia de lo que le había pasado a mi abuelo. Ya de mayor le pregunté a mi padre si podía intentar buscarlo. Para intentar hacer algo; no sabíamos ni donde estaba", relata Núria. Tal y como recuerda, hace algunos años el silencio que había permanecido sobre las muertes y la localización de las fosas de los fusilados en España empezó a romperse. Todo ello, la impulsó a iniciar el camino que la llevó hasta la creación de la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia, que hoy integran alrededor de veintidós personas.
"Mi objetivo era luchar por poner un reconocimiento, una placa. Que se dignificara de alguna manera", relata. Empezó mandar correos al ayuntamiento gandiense para intentar obtener información sobre el lugar de enterramiento. Durante un año prácticamente, sin apenas conocer la historia de su abuelo, comenzó a investigar. Es entonces cuando se encontró con un artículo del historiador Eladi Mainar en el que se hablaba de la muerte de su abuelo, Manuel Martín Collado, y otros diecinueve hombres más. Según lo publicado por Mainar, el 31 de octubre de 1940 estas veinte personas fueron fusiladas tras un Consejo de Guerra Sumarísimo. Se les acusaba de un intento de fuga masivo de la prisión de las Escuelas Pías de Gandia, ahora convertida en colegio.
"Lo busqué por Facebook y me puse en contacto con él. Me dijo que lo primero que tenía que hacer era ir al archivo histórico de Gandia y buscar el registro del cementerio; el certificado de defunción... Me marcó un poco el camino", explica la presidenta de la asociación. Junto con su hermana, Edel Martín, acudió durante la Navidad del 2018 a la biblioteca de la ciudad y allí conocieron al archivero e historiador, Bernat Martí. A partir de ahí fueron llegando nuevos testimonios. Algunos eran familiares de personas fusiladas durante la represión franquista en Gandia; otros en Paterna.
Salvador Sanchis, presidente de la Asociación de Republicanos de la Safor; Teresa Llopis, presidenta de la fosa 100 de Paterna; Begoña y Lucía Albero acompañadas de su padre, José Albero, hijo de Tomás Albero, fusilado el 7 de agosto de 1939; Pepa Bonet, exalcaldesa de Bellreguard con un familiar fusilado en Paterna; Eva Millán, descendiente de una persona fusilada en Gandia. Poco a poco, Núria se va acordando de todas las personas que estuvieron en los inicios de la asociación. Junto con su hermana y Bernat se reunieron en una sala de la biblioteca de Gandia.
Compartieron sus historias, aportaron nuevos testimonios sobre el caso en Gandia. En lo que respecta a las presentes vinculadas a las fosas de Paterna, contaron cómo habían creado las asociaciones. Así, de todas estas conversaciones nació la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia. "Más tarde llegaron Aina Tarrasó y Victoria Reig, madre e hija. Son las que más me han apoyado. Sin ellas me hubiera rendido. Aina, es la vicepresidenta; Victoria, la secretaria". Según detalla Aina, su bisabuelo Benjamín Bravo Morales, llegó a ser alcalde "accidental" de Gandia. El 25 de mayo de 1939 fue fusilado junto a otros once hombres.
El pasado jueves 23 de marzo Aina y Núria estuvieron en el Cementerio Municipal cuando se había levantado ya parte del suelo. "Podrían haber algunos debajo de los nichos que hay construidos. Es imposible saber dónde están", expresaba Aina. Hacía dos días que había empezado la tercera campaña de localización de los represaliados durante el franquismo en el cementerio de Gandia. La poca documentación disponible sobre estas historias y la falta de testimonios dificultaban la búsqueda. "Personalmente, si no pueden ser todos, no pasa nada. Pero si encuentran a algunos... Poder decir, están ahí. Ya estaría contenta. Es algo que se siente y se padece en común". 7 días después de estas declaraciones, ArqueoAntro encontró restos de cuatro cuerpos.
"Mi abuela no ha querido hablar nunca del tema. No por una cuestión de miedo o represalias como antes, sino por el trauma que tenía. Mucha gente de esa generación todavía no lo ha curado. Aunque quieres saber cosas, no quieres presionar porque sabes que le hace daño", expresa Aina. Encontrar la localización de la fosa en el caso de Gandia ha sido una tarea complicada. A pesar de ello, con los testimonios recogidos y el trabajo de investigación realizado por parte de la asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia, ArqueoAntro y la implicación del archivero Bernat Martí, entre otros, pudieron llevar a cabo un informe que justificara una tercera campaña de localización; la más grande de todas las que habían realizado hasta entonces.
Una de las nuevas pistas que había aparecido llegó al final de la campaña de 2021. "A las diez de la noche del último día de la segunda aparecieron dos fotos. A las 7 h del día siguiente iba corriendo por el cementerio intentando ver desde donde se habían hecho", recordaba la arqueóloga. Jansen habla de la imagen facilitada por Graciela Albert, nieta de Camilo Albert, exhumado y trasladado a Sueca en 1965. Realizada sobre la fosa de su abuelo, esta imagen se sumó al resto de testimonios. Con todas las pruebas y el trabajo de análisis del fotógrafo de la asociación científica, todo parecía apuntar que, esta vez, se estaban acercando a la fosa. Y, efectivamente, así fue.
Tal y como explica Alejandro Diaz, director Antropológico de la excavación por parte de ArqueoAntro, existen diversas evidencias que confirman que los restos hallados pertenecen a una de las cuatro 'sacas' ━pelotón de gente que fusilan en un mismo día━. "Nos sale primero una capa de cal. Como hemos visto en otros cementerios lo que nos sale siempre es una capa de cal, que es lo que sella las sacas", explica. Además de esto, los huesos también muestran signos de violencia típicos en fusilados: "El traumatismo perimortem en cráneo tiene un agujero de entrada y uno de salida; lo que se conoce como el tiro de gracia. En los cuatro primeros individuos que hemos sacado ya, hemos visto también signos de disparo en tórax y en alguna escápula y demás", añade.
Los pasos a seguir a partir de ahora son varios. Primero se limpian los restos y se llevan a una sala habilitada en el propio cementerio. Allí, la forense de ArqueoAntro, Marisol Schwab, termina de comprobar y realizar las fichas de cada cuerpo. "Hacemos una documentación exhaustiva: fotografía, dibujo arqueológico y fichas. Explicamos el enterramiento, cómo está posicionado y toda la lista de los huesos que van saliendo. En el laboratorio se termina de hacer un perfil más incisivo con información sobre traumatismos, más o menos edad (adulto, joven) o sexo", detalla Diaz. Una vez terminado, se trasladan a su centro en Madrid para realizar las pruebas de ADN.
Desde la asociación buscan al resto de familiares para poder identificar los cuerpos. Lo más probable, según apuntan desde ArqueoAntro, es que se trate de una de las sacas más grandes de las que hay constancia. Ahora mismo están estudiando la posibilidad de que esta se alargue por debajo de la pared de nichos que hay construida. De este modo, se debe encontrar la manera de poder seguir excavando debajo de estos sin afectar la estructura actual del cementerio. Desde la Diputación de Valencia y el Ayuntamiento de Gandia anunciaron su intención de continuar colaborando en estos trabajos de localización y se comprometieron a rendir homenaje a estas víctimas del franquismo.
Desde la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia aseguran que, mientras tengan apoyo institucional, continuarán en la búsqueda para encontrar a todos los fusilados. Aunque si esto no ocurre, se sentirán igual de satisfechos. "Es como un duelo, por fin podemos cerrarlo. Ya se han liberado de esa oscuridad impuesta. Ahora tienen luz, dignidad y honor", expresa Núria. Con estas palabras, habla de pasado, pero también reivindica su papel en el futuro: "Las generaciones futuras sabrán lo que hicieron años atrás y que toda dictadura, sea del color que sea, es mala. El poder en una sola persona no se puede consentir. Esto es una muestra de lo que no puede volver a pasar".