La semana pasada Wikipaella celebró su gala anual. Entre las novedades que allí se contaron, además de los nuevos premiados y distintivos: la presentación de la Guía (diseñada este año por el premio Nacional de Diseño Nacho Lavernia, de Lavernia & Cienfuegos) o el lanzamiento de lanueva versión de la App.
Los que vivimos fuera de la terreta y colaboramos con el proyecto como orgullosos inspectores, saboreamos especialmente el crecimiento sostenido de esos locales que respetan la tradición fuera de la Comunitat: Nueva York, Londres, Lima, Milán... y en mi caso Barcelona. Una plaza que seguimos muy de cerca y que después de tantas decepciones paelleras en la búsqueda, este año sí, podemos decirlo alto y claro. En Barna tenemos una paella clásica como toca.
La historia de Susi es la clásica experiencia de valencianas y valencianos que al vivir fuera de la terreta empiezan a cocinar paellas para sus nuevos amigos.
Susi, interiorista de profesión, pero arrocera de vocación, no fallaba y cada domingo preparaba paella para sus amigos en su casa de Sitges. Fueron precisamente estos afortunados comensales los que le animaron a montar su restaurante. Susi les respondió con la sinceridad y desparpajo que le caracteriza: “lo haré y así empezaré a cobraros la paella”.
Dicho y hecho. Susi abrió su arrocería y para suerte de todos empezó a tratar a sus amigos como clientes y a los clientes como amigos. Porque si algo caracteriza a La Paella de Su es que uno siente que “está de paella” con amigos.
En un restaurante de cocina abierta para no perder detalle de la preparación de sus arroces, Susi y su equipo ofrecen una carta que abraza de manera ortodoxa varias de las recetas de todo el litoral mediterráneo. Desde la paella valenciana, pasando por el clásico mar y montaña tan arraigado en Cataluña, como un suquet menorquín. Pero la estrella de la carta es la valenciana, que es con la que todo empezó y la que realmente emociona cocinar a Susi y eso, eso se nota.
Susi es una de esas personas que caen bien desde el primer minuto. Que se toma confianzas y te trata como un amigo, pero siempre desde la educación y la justa y profesional distancia cliente-restaurador. Así es como desde que entras por la puerta te habla de la paella valenciana, su historia, el por qué de su receta, etc. Y así es como, con paciencia bendita, intenta explicar la verdadera historia de la receta a las decenas de turistas que cada día se quejan sorprendidos de que su paella valenciana no es la “typical spanish paella”. Que no tiene casi cosas, que dónde están los guisantes, el chorizo, el pescado, los peppers y quién sabe qué coloridos ingredientes más. En todas las ciudades con cierto tirón turístico hemos vivido esta nueva receta (por desgracia ya tradicional) inventada por locales al gusto del visitante, sin llegar a valorar que lo que quizás busquen estos es probar algo auténtico y no algo que case más con la paleta de sabores que asocian a España.
Grano suelto, el pollo, el conejo y la baJqueta en sus justos puntos y un potente y delicioso garrofó
Entrando a valorar los arroces de La Paella de Su y la valenciana en particular, decir que es una de manual (valenciano claro). Llamada en honor a su mentor “Paella del abuelo Bernat”, está elaborada con los ingredientes habituales y un novedoso ahumado de romero. Grano suelto, el pollo, el conejo y la bajoqueta en sus justos puntos y un potente y delicioso garrofó, hacen de ella una muy buena elección. La única paella valenciana que respeta íntegramente la receta tradicional en Barcelona (o al menos que este humilde arrocero haya probado hasta la fecha).
Pero ojo, La Paella de Su no pretende ser un restaurante valenciano, es una arrocería y como tal abraza recetas de distintos lugares. Desde la paella de mar y montaña tan demandada en Cataluña, como una de setas homenaje a Gaudí, suquet de Menorca, arroces negros o fideuas. Lo que sí es otro guiño a las arrocerías valencianas, es la posibilidad de encargar la paella para llevar (y no en tuppers claro está). Un lujo en Barcelona.
En resumen, una arrocería que te hará sentir esa tradición tan nuestra de ser invitados por un amigo a comer la paella de los domingos a su casa (y además cualquier día de la semana).
Con Susi a la cabeza promoviendo con pasión y simpatía el respeto a la receta de la pella valenciana y sin rechazar ni olvidar otros tantos arroces del litoral mediterráneo. Un buen sitio para cualquier arrocero y un pequeño rincón lleno de valencianía para los que emigraron de la terreta y echan tanto de menos esa sensación de “irse de paella”.
Este artículo es fruto de la colaboración entre Wikipaella y Guía Hedonista