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torrent, paterna, gandia, alzira, xàtiva, requena, llíria... los municipios empiezan a vacunar

Pinchazo de euforia y dosis de incertidumbre: así se ha inaugurado la vacunación en los municipios

27/03/2021 - 

VALÈNCIA. La vacunación a los docentes valencianos se ha reanudado esta semana con la dosis de AstraZeneca, después del parón que sufrió el pasado lunes 15 de marzo por las dudas que generó el medicamento sobre sus posibles efectos adversos. Así, los profesionales de la educación han vuelto a desfilar por los boxes para recibir su pinchazo, que además ha sido ampliado de los 55 a los 65 años, lo que facilita que todos ellos entren en el mismo plan de vacunación. 

Igualmente, esta reactivación de la inyección también ha servido para que los municipios valencianos hagan su primera experimentación con la vacunación masiva, a través de la cesión de grandes espacios y la puesta en marcha de toda la logística necesaria para poder llevar a cabo el proceso con todas las garantías de seguridad. En la provincia de Valencia, las localidades escogidas para acoger la vacunación de docentes, al margen de la capital, han sido Torrent, Mislata, Paterna, Massamagrell, Sagunto, Llíria, Xàtiva, Alzira y Gandia. Hasta allí se han desplazado docentes de todo el territorio. 

En cuanto a los días previstos para culminar el proceso, la vacunación daba su pistoletazo de salida en la tarde del viernes y se alargará durante todo el sábado, el miércoles 31 y el jueves 1 de abril, dependiendo de las necesidades y el volumen de cada centro de vacunación. 

Buen ritmo en la Ciudad Deportiva de Paterna

Uno de los más multitudinarios será el de Paterna, por el que a lo largo de los cuatro días pasarán más de 6.300 trabajadores de centros educativos. Tan solo en la tarde del viernes, ya se había planteado como objetivo pinchar a 1.300 personas: "El ritmo es muy bueno, llevamos más de 400 personas vacunadas en dos horas", explicaba el director de enfermería encargado de este centro de vacunación, Ramón Carrión

En el pabellón de la Ciudad Deportiva se han dispuesto seis boxes con capacidad para vacunar a dos personas al mismo tiempo en cada uno. "Solo en el uno ya han vacunado a 75 docentes", expone. "También nos hemos dado cuenta de que está viniendo mucha gente a vacunarse. Al principio pensábamos que iba a haber un descenso importante por la suspensión y por todas las cosas que habían aparecido en prensa, pero no es el caso. Por ahora, han venido aproximadamente el 85% de las personas convocadas", explica. 

Y además, al hilo de la vacunación, Carrión tampoco ha querido dejar pasar la oportunidad de defender la idoneidad de pincharse la dosis: "Se han hecho todos los estudios pertinentes, y se ha llegado a la conclusión de que los trombos no los había provocado la AstraZeneca. Pero es que además, está perfectamente demostrado que las ventajas de ponerse la vacuna son muy superiores a los riesgos. Por cada millón de personas que se vacunan, se evitan 100.000 contagios y 10.000 muertes", zanja al respecto. Y bromea: "Si hubiera vacunas suficientes, con este ritmo estaría toda España inmunizada en menos de un mes". 

Foto: KIKE TABERNER

La plantilla que se ha trasladado a Paterna es numerosa: 3 administrativos, un facultativo de triaje, 4 en registro, 10 pinchando, un médico atendiendo, un enfermero de soporte y una persona a salida por si acaso. Así es como se ha conseguido un ritmo fluido y sin ningún tipo de colas ni aglomeraciones: "Por el momento, todo se ha hecho de manera muy ordenada y el ambiente es tranquilo", concluye Ramón Carrión. 

En cuanto a los vacunados, se pueden encontrar opiniones para todos los gustos. Hay quien sale eufórico con el algodón todavía en el brazo y quien todavía guarda una cara larga en la sala de los quince minutos de espera después del pinchazo: "Yo estoy encantado. Tengo más de 55 años y con la anterior regulación no me la habrían puesto. Pero ahora sí y estoy muy contento", explica Maxi, profesor del IES Federica Montseny de Burjassot. 

Una opinión que también comparte su compañera Amparo: "Tengo más de 55 años y para mí ha estado bien. He venido con un poco de nervios, pero creo que es normal. Yo confío en la medicina y pienso que esto es lo que hay que hacer. Nos tenemos que vacunar todos". Mucho más eufórica se mostraba Ana Isabel, también del Federica Montseny de Burjassot: "Soy una privilegiada y si me la hubiera podido poner antes, lo habría hecho", sentencia. 

Por el contrario, también hay quien ha acudido a Paterna con algo de miedo en el cuerpo, especialmente después de que se parase la vacunación y empezasen a aparecer las primeras noticias sobre la efectividad o los posibles efectos secundarios de la AstraZeneca: "Si hubiera podido elegir, antes me hubiera puesto la de Pfizer o la Sputnik", lamenta Miquel, del centro de formación de personas mayores de Godella. Aunque matiza: "No por lo de los efectos secundarios, sino por la efectividad". 

Foto: KIKE TABERNER

"A raíz de todo lo que se empezó a decir de la AstraZeneca, nos entró un poco de miedo", admiten Isabel y Paula, del Clara Campoamor de Paterna. Aunque reconocen que su recelo empezó en ese momento, ya que antes no se habían planteado ninguna reticencia a la hora de vacunarse. "Tenía un poco de miedo, sí, pero todos nos tenemos que vacunar para salir de esta", sentencia Marta, del José María Oltra de Moncada. 

Tampoco podían faltar, por supuesto, los más recelosos: "Tengo miedo antes y después de ponérmela. Yo siempre me informo mucho antes de vacunarme a mí o a mis hijos y con esta no he tenido tiempo. Tenía mucha inseguridad pero aun así he venido", explicaba Aurora, también del Federica Montseny. Y a su lado, un compañero añade: "Al principio estaba muy preocupado, pero he venido por responsabilidad social". 

Sandra, una de las enfermeras a cargo de la vacunación en Paterna, añade: "Vemos que hay gente que viene con miedo, pero es más por todo lo que se ha montado que otra cosa. Una vez se la ponen y ven que no es nada, se quedan mucho más tranquilos", zanja al respecto. Y añade: "Estamos contentos de ver que, a pesar de todo, ha venido mucha gente". 

Todo el departamento de La Ribera, a Alzira

Las risas nerviosas, las conversaciones entre compañeros y la expectación se palpaba en el ambiente del Casal Fester de Alzira, la ubicación escogida para vacunar a casi 8.000 trabajadores de centros educativos. Pocos minutos después de dar comienzo el proceso, la cola de personas esperando su turno llegaba a la mitad de la calle, cercana al Hospital de la Ribera. Unas aglomeraciones puntuales que se solventaban con las llamadas a mantener la distancia de seguridad del personal de Protección Civil y cerrando al tráfico de uno de los carriles.

Foto: KIKE TABERNER
"No hemos tenido ningún problema, no duele ni nada", explican Patricia y Ester, profesoras del IES Blasco Ibáñez de Cullera a la salida del Casal. Las compañeras, sin embargo, han afrontado de manera muy diferente la vacunación: "yo lo tengo super claro", sostiene Patricia. "Pues yo estuve dudando hasta el último momento, la cancelación hace unas semanas me creó incertidumbre", admite su compañera. 

Por su parte, José Carlos y Rafa, profesores del IES Guadassuar, se mostraban convencidos de querer recibir la vacuna, pero admitían el "caos" que les había originado la cancelación de la vacunación solo unos días atrás. "En nuestro municipio pasamos unos momentos complicados por la pandemia, pero dentro del aula lo hemos mantenido controlado, siempre nos hemos sentido seguros", aseguran.

En la capital de la Ribera Alta está previsto que se vacunen todos los docentes y el personal educativo del departamento sanitario, un total de 7.771 personas. De hecho, las autoridades sanitarias han citado cada media hora a un centro educativo con el objetivo de vacunar hasta 260 personas cada hora. Para ello contarán en cada sesión con 25 enfermeras, tres médicos, y cuatro auxiliares de enfermería, además del personal administrativo. 

Foto: KIKE TABERNER

El espacio de Cruz Roja destinado a las personas con molestias no ha recibido muchas visitas durante las primeras horas de la vacunación. Aunque sí que ha acudido Esther, profesora de matemáticas en el IES Ramón Esteve de Catadau, quien ha sentido un fuerte dolor en el brazo tras la vacuna: "No ha sido nada, al poco tiempo se me ha pasado". "Venir en grupo nos ha ayudado a disimular un poco el miedo. Tenía claro que quería vacunarme, pero al mismo tiempo veía a algunos compañeros con miedo… por suerte había personal sanitario para consultarle dudas, eso nos ha tranquilizado", relata. 

Según cuenta, en su centro la inmensa mayoría de trabajadores ha decidido vacunarse y ella intenta sacar el lado bueno a la cancelación del anterior proceso de vacunación: "Al principio nos asustó un poco, pero también nos ha servido para informarnos más y llegar más convencidos".

Orden en el Museu Faller de Gandia

En el caso de Gandia el recinto elegido para la vacunación del profesorado de La Safor ha sido el Museu Faller, un recinto cuyas características permite cumplir con todas las exigencias sanitarias de la Conselleria y que, además, será utilizado para la vacunación masiva que se espera antes del verano. Hasta allí se han acercado decentes de diversos centros educativos, que de forma ordenada han ido accediendo. Una organización que ha permitido inyectar 80 dosis a la hora.  

En la cola de entrada todo eran nervios. Los compañeros de los centros llegaban por orden de citación pero mantenían la calma y la distancia de seguridad. Se acercaban hasta la puerta casi en silencio, quizá por los nervios. Fuera de esa cola aguarda Fani Piera, del Joan Martorell, que ha llegado una hora antes de que la citaran. "Estoy contenta y me sentiré más segura pero la vacuna no cambiará mi vida porque seguiré haciendo lo mismo que hasta ahora", comenta. La profesora de Infantil no teme a las reacciones y solo espera que "la vacuna se haga extensible a todos".

Foto: KIKE TABERNER
En la salida, ubicada en el otro extremo, había un poco más de alboroto pero sin llegar a romper la distancia de seguridad: ¡Ya me han vacunado! Gritaba más de uno. Algunos incluso mostraban la marca roja del lado en el que les habían puesto la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. Domingo, del IES Vall de la Safor (Villalonga), comenta que no tiene ningún mareo pero que le han dicho que a las seis horas puede haber algún efecto secundario. "Que todo sea eso", resopla. 

Junto a él están más compañeros de instituto, como Margarita Pla, que pasó el coronavirus hace unos meses pero que, al hacerse la prueba de anticuerpos, no tenía y por eso ha venido. Quien ya ha marchado es Aitor, que superó el coronavirus hace meses y todavía tenía anticuerpos por lo que, según cuentan sus compañeros con él al teléfono, ha venido solo para presentar los papeles. 

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