Un escándalo tapa al anterior en esta carrera de obstáculos que son los tiempos modernos, de la globalización, y de la revolución 4.0 con su Matrix digital.
Los más veteranos lectores de estas líneas, recordarán esa película de la Guerra Fría, que la hemos utilizado para el título, espero que no le moleste a su director, el gran Norman Jewison, que después de servir en la Armada se dedico al cine con películas memorables como En el calor de la noche, El violinista en el tejado, Jesucristo Superstar, Rollerball, Huracán Carter, etcétera, en aquella película, ¡Que vienen los rusos! se intentaba tomar en broma (en formato comedia) algo que era tan serio y real como la Guerra Fría de la URSS y el bloque comunista contra los USA y el bloque capitalista, hoy en cambio no haría falta realizar esa película porque parece que en España y generalizando (lo cual es siempre injusto), nadie se toma en serio algo tan real como el desafío ruso que se cierne sobre Europa.
Por eso, lo que hubiera sido un escándalo en cualquier otro país, y considerado como una afrenta nacional, aquí ha pasado casi sin pena ni gloria, y sólo ha generado algún chascarrillo, porque no me digan que no es un hecho sin precedentes (más propio de una película de Hollywood) la interrupción de la rueda de prensa conjunta del presidente de Lituano Gitanas Nausėda con nuestro presidente de gobierno, en la Base Aérea de la OTAN en Šiauliai Lituania, por culpa de una alerta de scramble, una especie de interceptación aérea, de un avión no identificado, pero aparentemente de origen ruso, que sobrevolaba el mar Báltico en el espacio aéreo de los países bálticos. Recordemos, además, el porqué de la visita del presidente Sanchez a esa base militar extranjera, y el motivo se debe a que España tiene allí desplegados sus cazas Eurofighters en misión internacional y liderando la operación de la Alianza Atlántica de la Policia Aerea del Báltico.
Y si me permiten el reduccionismo (otro foco de injusticias como el generalizar), hay dos motivos para este pasotismo general ante tamaña ofensa, dejando de lado considerandos como son las cuestiones de honor, hoy tristemente muy poco valoradas. En primer lugar, aunque me repita de otros artículos (perdónenme), el ruido mediático, el sectarismo imperante que anula cualquier debate racional y en profundidad, que nos hace perder el tiempo en otras, otros, otres cuestiones, cuestionas, cuestionos. Segundo la falta de cultura internacional que existe en nuestro país, y que la opinión publica, en general (otra injusticia) vive de espaldas a la geopolítica, y especialmente nuestra Comunitat, a pesar de que en el Cap i Casal se encuentren las sedes de las dos principales organizaciones internacionales de seguridad, la OTAN y la ONU. Por eso, y dado el ingrediente fenicio que corre por nuestras venas, eso de comerciar fuera de nuestras fronteras se nos da tan bien, pues no tenemos miramientos ni prevenciones (en demasiadas ocasiones) a la hora de vender en el mundo, y en ocasiones algunos ponen una vela a Dios y otra al Diablo.
Por otra parte, el incidente de los aviones del presidente Vladimir Putin nos debe de servir para hacer recapacitar, una vez más, a esa opinión pública/publicada sobre donde estamos, internacionalmente hablando, quienes son nuestros amigos y aliados, y cuales son los desafíos, que además de al otro lado del estrecho, están repartidos por el mundo. Porque, y por rebajar la preocupación, este tipo de incidente es relativamente frecuente entre Rusia y la OTAN, pues los scrambles o interceptaciones aéreas, son continuas en el espacio aéreo de Lituania, Letonia y Estonia, algunos de ellos protagonizados, como en este caso, por nuestra aviación contra aviones de la Fuerza Aérea Rusa; aunque existen desafíos de otros tipos, en este pulso más propio de la Guerra Fría, como fue el caso del destructor Británico Defender a finales de junio frente a las costas de Crimea en donde se abrió fuego real de advertencia contra él desde buques y/o aviones e instalaciones rusas, así como lo ocurrido al día siguiente por parte de cazas rusos Sukoi cuando sobrevolaron la fragata de los Países Bajos Evertsen de forma intimidatoria y agresiva haciéndoles cambiar de ruta, y así una larga lista de pulsos y provocaciones.
¿Y a qué se deben estas acciones?, básicamente (con los riesgos que conlleva, como antes he dicho el reduccionismo) estas incursiones militares pueden tener dos motivos uno táctico y otro estratégico (concurrentes o no). El primero, de carácter operativo, consiste en probar, tantear los recursos, medios o posibilidades de tu contrincante, como dirían los pugilistas “jabeando”, y en un caso concreto está este tipo, el scramble ocurrido en Lituania, y consistiría en probar y observar como reaccionan los sistemas de defensa aérea, su equipos electrónicos, de contramedidas y sus radares, y la rapidez de la puesta en el aire de los cazas y fuerzas oponentes.
La segunda motivación, la estratégica, es que estas acciones forman parte del lenguaje internacional de la disuasión y del enfrentamiento geopolítico, son una especie, aunque dura, de mensajes diplomáticos, ya saben aquello que decía Carl von Clausewitz “ La guerra es la continuación de la política por otros medios”. Estos mensajes se enmarcan dentro una situación de creciente tensión en las fronteras de Europa con Rusia, en ese pulso del nuevo Orden Internacional, y en el que Rusia hace equipo, aunque sea de conveniencia, con la china de Xi Jinping, contra Occidente, se quiera o no se quiera (no hay peor estrategia que la de la avestruz), y recordemos que España tiene que mantener sus compromisos con los países aliados.
Nuestro país, por esa defensa cooperativa y colectiva con nuestros socios, tiene desplegados efectivos de sus Fuerzas Armadas, por tierra, mar y aire, cerca de las fronteras rusas. Así en el mar Negro España tiene desplegado, dentro de la Agrupación Permanente de Medidas contra Minas de la OTAN nº 2, al Buque de Acción Maritima Rayo (unas 2.500 toneladas, del tipo polivalente y siendo una especie entre corbeta y fragata) de maniobras en los ejercicios Sea Breeze 2021 con la armada ucraniana y la 6ª flota americana, y que según fuentes rusas estaba siendo seguido y monitorizado por la armada de ese pais. Además España, como hemos adelantado, también lidera la misión de la operación de la OTAN, Policía Aérea en el Báltico, para reforzar, o más bien para crear en esos países una disuasión aérea frente al gigante ruso, antigua metrópoli imperial, con cazas Eurofighter en esa base de Lituania llamada Šiauliai y donde se produjo el incidente origen de este artículo, después de que nuestros aviones reforzasen esta primavera la misión aérea de la OTAN en Rumania. Y finalmente participamos en un Battlegroup de la OTAN en Letonia, con Carros de Combate y Blindados, y unos 300 efectivos, todo un hito para nuestro Ejército de Tierra.
Y ya ven, Rusia con esta acción en plena rueda de prensa de los presidentes de España y Lituania ha podido querer enviar el mensaje a nuestro pais y sobre todo a su opinión pública/publicada (dentro de su estrategia de acciones en zonas grises, o híbridas o doctrina del mariscal Valeri Gerasimov), de que nuestra presencia cerca de sus fronteras no le es grata, por decirlo en un lenguaje también diplomático y suave. Aunque parece que como les he adelantado, aqui no ha tenido grandes repercusiones, la gente, con esto del coronavirus y la pandemia, ya no se toma en serio ni al mismísimo Putin, tiempo complejos amigos lectores.