Rimas (y leyendas) mirando al mar

Bueno, no, pero me da lo mismo, me da igual, que miramos el horizonte al restallar de las olas y nos servimos a lo loco copas burbujeras bien espumantes todas.

Porque de eso se trata. Burbujismo rebrujoso que como bruja en la noche convierte en burbuja el vino. Hemos hablado del champagne muchas veces y no tantas como lo bebemos. Pero esto es otra cosa. Otro espumoso. Ni mejor ni peor, diferente. Y hoy es a él a quien le toca hacernos disfrutar, hedonistas.

Recordemos que los cavas se elaboran por el método champenoise, también llamado tradicional, lo que supone que el vino realiza una segunda fermentación en la botella. Mágico proceso entre oscuras rimas que susurran que, bien hechos, serán un mar de gozo. Las variedades más habituales son macabeo, xarel.lo y parellada, generalmente en armónica sociedad. Pero también se utilizan otras uvas como malvasía, chardonnay, garnacha tinta, monastrell, pinot noir y trepat. Y aunque los más comunes sean los catalanes, se pueden producir en Valencia, Barcelona, Tarragona, La Rioja, Lérida, Gerona, Álava, Zaragoza, Navarra y Badajoz. Pero vamos al lío, amiguis, a beber sea dicho.

Que llega el buen tiempo parece, parece, y nos vamos a un chiringuito playero donde, ojitos a levante y cubitera en ristre, nos dispondremos a brujulear un rato. Un buenísimo rato que empezamos sin tonterías con Brut Nature 60X40 (Júlia Bernet Vins i Caves). Equilibrio y su volumen envuelto en una acidez nada ácida. Seriedad para comer cosa seria, con un plato de rossejat de gambas de Palamós.

El regalo llega con el Vendrell Olivella Original 2014 (Vendrell Olivella). Del clásico trío de uvas, sorprende con su buen hacer. Gustoso y marinero nos invita a abrir un libro mientras saboreamos unas ostras aliñadas con un poquito de salsa de soja y lima. Que viva el umami.

Chisporrotea de guay el Recaredo Subtil Gran Reserva 2009 (Recaredo). Mantequilla y ralladura de limón de fina burbuja y afilada sonrisa. La que se dibuja en la cara de ojos saltones al ver llegar una fresquísima breca al horno.

Limpita y hacendosa La Taula Petita Reserva 2015 (Celler de les Aus) compone una acorde melodía. Fresca caricia que se redondea con ricos sepionets a la brasa. Como pipas caen, oigan.

Jugando entre chardonnay y macabeo, el Gran Caus Reserva (Can Ràfols dels Caus) agrada en corrección. Seco, austero y comedido, le damos un penúltimo trago y un poco de alegría acompañado de un puñado de buñuelos de bacalao.

La vejez de unas sabias viñas de xarel·lo responden al Savaté i Coca Reserva Familiar (Finca Sabaté i Coca). Cremoso de cítricos lácteos cosquillea con una graciosa burbuja picosa. Longitudes largas, largas que nos permiten darnos un capricho en forma de langosta alangostada.

Sin movernos de la tumbona, saltamos un momento a Valencia para probar el Dominio de la Vega Cuvee Presige 2014 (Dominio de la Vega). Uva chardonnay con una burbuja regordeta y achuchable a la que el tiempo le sentará bien. Amargosos de dar hambre. Tanto que nos plantamos delante de una paella de arroz del senyoret y cuchara de palo en mano nos lo zampamos todito.

Nos llegan peculiares aromas desde una copa de Freixenet Reserva Real (Freixenet) elaborado con las clásicas macabeo, xarel·lo y parellada. Entre castaños pasa con personal finura de beber intensamente con unas sardinas asadas. Nunca sin ellas bajo el sol.

Nos encanta bastante el Gramona III Lustros (Gramona). Complicidad de xarel·lo y macabeo con resultado profundo e ideal. Redondo y severo nos pone firmes escoltado por un sustancioso suquet de pescado y marisco.

Con el Jané Ventura Vintage 2008 (Jané Ventura) llegan bollitos de crema y burbuja bien plantada. Acidez y amargor de singular apariencia que se saborea gustoso con una escalibada de verduras y una pizca de romescu.

Parés Bàlta Basseques 2008 (Parés Bàlta) es complejidad de elegante centro floral. Xarel·lo con un poquito de macabeo puesto de largo al lado de una coca de vidre con tomate y anchoas de L’Escala.

Nos despedimos con el Gran Juvé i Camps 2012 (Juvé i Camps). Clasicón y con barriga, consigue nuestra atención con simpatía y un guiso de perseverancia capaz de alimentar ese cuerpo, un arrocito de sepia y butifarra negra.

Aquí lo dejamos por ahora, que cavas hay para rato y ya hemos dado buena cuenta de un rosario de gurbujas. Blancas, eso sí, que las rosadas vendrán muy pronto para teñirnos las mejillas de color. Y así seguiremos. Seguiremos mirando al mar (soñé).