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Timpers da un paso más y apuesta por materiales sostenibles y de calidad para sus zapatillas

8/06/2022 - 

VALÈNCIA. Los valores que hay detrás de un producto marcan la diferencia, pero también la historia personal que hay detrás de esa marca o empresa. La de Timpers es la de tres jóvenes que la vida juntó y que, sin saberlo, construyeron un relato que habla de diversidad, medioambiente y compromiso con el entorno y las personas. Una historia protagonizada por Roberto Mohedano, Aitor Carratalá y Diego Soliveres que se va construyendo como un puzzle, donde todas las fichas van encajando para materializarse en unas zapatillas que se diferencian fundamentalmente por ese valor añadido e intangible que tienen: se diseñaron para demostrar la integración plena de las personas con discapacidad.

Un valor intangible al que se ha unido otro: la sostenibilidad, pues hoy el equipo prueba nuevos materiales para elaborar unas zapatillas más ecológicas y biodegradables. “Era una inquietud que teníamos desde hace tiempo y, eso unido a la mayor conciencia de la sociedad, que pide productos reciclados o productos sostenibles, decidimos dar el paso”, comentan sobre esa tendencia global y casi una “obligación” para una empresa con ese carácter social que tiene pues “la sostenibilidad tiene tres patas: económica, social y medioambiental”. 

Como decía, Timpers se fue formando de forma natural, casi como un puzzle. Comenzó con el proyecto frustrado de Roberto Mohedano y Aitor Carratalá de emprender diseñando sillas de ruedas para niños, una idea que pronto se desdibujó por el alto precio que tenía y porque ya había proyectos similares. Sin embargo, su idea de emprender con algo de marcado social no se desdibujó y un día llegó la oportunidad: Un familiar de Roberto tenía una fábrica de calzado y realizaron una pequeña colección de zapatillas. “Eran unos modelos como las que te puedes encontrar en el mercado, sin alma”, comentan sobre ese primer prototipo.

Y esas zapatillas cobraron alma cuando Roberto Mohedano y Aitor Carratalá decidieron llevar sus creaciones al entrenamiento del equipo de fútbol para ciegos de Alicante en el que estaban —Roberto como guía y Aitor como entrenador—. Al presentarlas, se sorprendieron cómo los jugadores compraban la calidad: tocando los materiales, las suelas, el interior… Y en ese segundo se hizo la magia: transformar esas zapatillas ‘sin alma’ con elementos que las hiciera más atractivas para las personas ciegas. La pieza clave del puzzle que se materializa con Diego Soliveres, uno de los jugadores de aquel equipo y que sin dudarlo les propuso ayudarles con los diseños. “Hicimos un primer prototipo en el que había contrastes de materiales y de texturas muy acentuados para que el tacto fuera atractivo y pusimos el nombre de la marca, Timpers, bordado en braille, que para los ciegos tiene un atractivo especial”, comenta Diego Soliveres. Lo explica resaltado que ganó el premio Emprende y Discapacidad 2018 de la UA.

Y así es como los tres emprendedores llevaron la idea adelante, apostando por un modelo de negocio en el que los empleados fuesen personas con discapacidad y todos los proveedores alicantinos. Un valor que se dio por la propia idiosincrasia de los jóvenes: Diego Soliveres es ciego, Aitor Carratalá  tiene fibrosis quística y Roberto Mohedano tiene un trasplante de riñón. “Cuando nos dimos cuenta de que nos habíamos juntado tres personas con discapacidad al azar, dijimos: ¿Y por qué no seguir?” Y así lo hicieron, para demostrar que su empresa podía ser tan exitosa y tan rentable como cualquier otra. Pero también “porque teníamos una oportunidad única para romper barreras y estereotipos en cuanto se refiere a la discapacidad en el ámbito laboral, pues podíamos demostrar que toda persona con discapacidad tiene que tener esa igualdad de oportunidades y demostrar que a la gente hay que valorarla por sus capacidades y no por sus discapacidades”, comenta con cierta vehemencia Diego señalando que, como toda la plantilla tiene algún tipo de discapacidad, es Centro Especial de Empleo.

Con esa idea presentaron el proyecto a Lanzadera en 2019, lo que les ayudó a impulsar y profesionalizar la empresa. “Allí fue donde realmente arrancamos, donde aprendimos a cómo gestionar la empresa y cómo abrir mercado. En un entorno así compartes experiencias con otras empresas emergentes en la que todos ganan”, explica Soliveres. De hecho, hoy ya cuentan con 25 modelos que han ido evolucionado hasta transformarse en unas zapatillas con valor social hecha por personas con discapacidad. “Esa creencia de que son zapas creadas por ciegos para ciegos no es real. Es más cierto decir que están hechas por personas con discapacidad que decir que uno de ellos, Diego, diseña al tacto”.

Modelos que han llevado o llevan jugadores de la Fundación Levante UD, los deportistas españoles que participaron en los Juegos Paralímpicos Tokyo 2020 —las llevaron durante el acto de apertura y clausura— o recientemente los trabajadores de Del Poble. Pero, sin duda, el hecho de vestir a la Delegación Española en unos Paralímpicos es lo que más ilusión les hace: “Lo propusimos para los Paralímpicos de París (2024) pero por cuestiones varias nos llamaron para decirnos que éramos nosotros los escogidos así que nos pusimos en marcha para llegar a tiempo". Fue tal el éxito que repetirán para los Juegos de París 2024.   

Un paso más: Apostar por productos ecológicos

Sin embargo, no todo fue un camino de rosas y en julio de 2021 sufrieron un robo en el almacén  —se llevaron el 60% del stock—, un hecho que en sus primeros compases los dejó helados. Sin embargo, en vez de rendirse decidieron comunicar lo sucedido por las redes sociales (tuvieron casi 89.000 likes en Instagram): “Era la única forma de seguir adelante porque ese robo suponía una gran pérdida para nosotros, poniendo en peligro incluso nuestro proyecto”. Y de ese dolor pasaron a la emoción y el agradecimiento por el altruismo de las personas: “En ese momento la gente nos demostró la solidaridad y el corazón que tiene porque de ahí nos sacó la gente”, comentan más que agradecidos. 

Un robo que también llevó a que Angels, la sociedad de inversión de Juan Roig perteneciente a Marina de Empresas, sumara a Timpers en su cartera —invirtió 150.000 euros—. “Queremos hacer de Timpers una marca reconocida por la calidad de sus zapatillas y por los valores y filosofía que envuelven a la marca. Gracias a este respaldo, hemos aumentado el equipo y estamos mejorando el producto”, subraya Roberto Mohedano.

Y así es porque ahora están apostando por una línea en la que todos los productos son sostenibles. Una transformación que empezaron durante la pandemia y que hoy es más evidente, pues el 90% de los materiales que usan son reciclados. “En los nuevos modelos (como las Vulkans) hemos sustituido el PVC por goma 100% natural y hemos empleado nuevos materiales más sostenibles y que las convierten en unas zapatillas veganas”, detallan. Asimismo, el forro es de bambú, que “reduce las bacterias en la ropa, evitando los malos olores y tiene un menor impacto medioambiental porque necesita un 70% menos de agua que el algodón”, además la suela de caucho es natural y se emplean retales reciclados. 

Sin embargo, hay materiales más difíciles de sustituir, como los serrajes de la zapatilla. “Hay materiales que son muy difíciles de encontrar como los serrajes, que nosotros no empleamos de origen animal y empleamos un material sintético que a nivel dureza y durabilidad es muy similar”, comenta resaltando que todavía no han encontrado un material más sostenible. Una transformación que no repercute en el bolsillo de los consumidores: “Que sea ecológico no quiere decir que sea más caro, todo lo contrario porque repercute en el bien del planeta y además no es mucho más caro pues nuestras zapatillas rondan los 60 euros”. 

La startup está también estudiando abrir nuevas líneas de mercado. “Estamos mirando de diversificar el catálogo para finales de año con una línea de ropa y calcetines, pero es un proyecto todavía muy incipiente porque aún estamos mirando el material para las camisetas, como podría ser el rizo de toalla”. Lo que sí es más inminente es la nueva línea de zapatos para niños y con velcro: “Creemos que el velcro puede ser interesante para las personas que no tienen problemas para atarse los cordones pero también es una manera de hacer aún más accesibles nuestras zapatillas”, comentan sobre una línea que estará ya lista en septiembre y que también ha sido una demanda de las personas. 

La empresa se formó a mediados de 2018 y, en 2019, ya con Lanzadera, facturó 60.000 euros. Una facturación que ha ido en paralelo a su proyección pues en 2020 alcanzó los 240.000 euros y en 2021 los 530.000 mil euros. Para este año, explican, se han propuesto cerrar el ejercicio en 1.200.000 euros. “Somos conscientes de que duplicar la facturación del año pasado es un objetivo ambicioso por el coste de las materias primas y porque el comercio de e-commerce ha descendido en comparación a otros años”, comentan. 

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