VALÈNCIA. Los nueve trabajadores de Eresa que actualmente se encuentran en el limbo laboral tras el desmontaje de una máquina de resonancia magnética en el Hospital General de València siguen haciendo esfuerzos porque alguien les dé una solución. Este mismo viernes se reunían con el subsecretario de Sanidad, Juan Ángel Poyatos, para reprocharle la falta de previsión del consorcio -presidido por la consellera Ana Barceló- y comunicarle la difícil situación de sus compañeros en el hospital público.
Estos trabajadores fueron enviados por Eresa a la gerencia del General con una carta de subrogación, a pesar de que el departamento liderado por Enrique Ortega negaba la existencia de la misma al no transferirse las máquinas de la empresa privada al centro público. Esta decisión les abocó a quedarse en tierra de nadie, esperando a que un juez determine si deben pasar o no a la plantilla del hospital. Los trabajadores explicaron a Sanidad que desde la empresa nadie les dio a elegir si quedarse o no en la misma, por lo que se han visto en una situación en la que de momento no pueden cobrar indemnización ni paro.
"Tras varias negociaciones, cambios de opiniones, promesas incumplidas, engaños y presión psicológica a la que estamos sometidos, nos encontramos en un limbo laboral donde no podemos ni cobrar el desempleo", señalan en un escrito, que también han enviado a la consellera Ana Barceló por Registro de Entrada. Los trabajadores aluden a una "lucha de intereses" que desconocen, y donde el eslabón débil son los trabajadores.
"No llegamos a entender que siendo la Conselleria conocedora de esta situación y siendo Presidenta de Gobierno del Hospital General, habiendo hecho declaraciones en prensa respecto a la UTE que presta el mismo servicio en el resto de hospitales que pertenecen a la Conselleria a nosotros se nos abandone de esta forma tan discriminatoria", reprochan. Y es que a priori los trabajadores la UTE que presta el servicio para la Generalitat sí serán subrogados. "No entendemos que un partido de izquierdas progresista tolere que dos de estos afectados sean mujeres en baja maternal donde se les viole un derecho fundamental como es la maternidad", continúan.
Los trabajadores también han recordado a Sanidad la existencia de una situación similar en el Hospital de Castellón. "A pesar de todas nuestras preguntas e intentos de que la empresa nos explicase qué iba a pasar con nosotros siempre se nos dijo que esta situación no se volvería a repetir. Cabe añadir que nuestro comité de empresa ha sido conocedor de todo este problema desde el momento número uno", aseguran. Desde la administración se les han transmitido que no pueden ser absorbidos de forma unilateral y se les ha expuesto las diferencias con otros colectivos como el de los forestales, al considerarse que su trabajo es más tecnológico que manual y por lo tanto sin las máquinas es difícil contemplar la sucesión.
Los trabajadores también han informado de un deterioro en el servicio del Hospital General, donde insisten en que hay pacientes desatendidos, otros a los que se les han retrasado pruebas, por lo que no se están cumpliendo los plazos. Además, han recalcado que llevan días con las ventanillas desatendidas hasta las 9 y media de la mañana tras ser despedidas dos administrativas entre los 9 afectados. Profesionales del General también insisten en la incomodidad que está suponiendo el desmontaje de la máquina -que aún tardará varios días- tanto para los trabajadores como para los pacientes, debido a los olores provocados por los cortes de las piezas.