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la empresa adquiere suelos para logística en oliva, gandía y tavernes

La vaca hace las maletas: Ale-Hop abre en Croacia y México, y busca nuevos mercados

6/05/2022 - 

ALICANTE. Durante muchos años, Ale-Hop, la cadena de tiendas de la vaca que nació en Ondara a partir de Clave Dénia SA, se centró en el mercado doméstico, con permiso de su franquiciado en Portugal (que gestiona cerca de 40 tiendas). Sin embargo, muchas cosas han cambiado tras la covid, y entre ellas, el ánimo con el que la empresa de la familia Grimalt afronta su internacionalización. La vaca ya está presente, además de en Portugal, en Croacia y en México, y los Grimalt ultiman su desembarco en un quinto país. 

Así lo desveló este jueves el consejero de la firma Darío Grimalt, de la segunda generación, durante su intervención en la actividad 'Historias inspiradoras' organizada por el Banco Sabadell en su Hub Empresa de València, donde fue entrevistado por el director de la Red de Empresas de la Territorial Este de Banco Sabadell, David Gómez. Al igual que en los tres países fuera de España donde ya ha abierto, Ale-Hop recurrirá a la fórmula de la franquicia, a pesar de que la empresa prefiere mantener sus propias tiendas y ese es el objetivo a medio plazo. "Queremos salir de España con tiendas propias, ahora lo que hacemos es exportar", indicó.

La primera tienda de Ale-Hop en Croacia abrió el pasado octubre, después de que la empresa revisase su política al respecto durante el covid y llegase a un acuerdo con un empresario español afincado en el país. La segunda abrirá en una semana, según avanzó Darío Grimalt. Y en cuanto a México, Clave Dénia ha llegado a un acuerdo para franquiciar su marca con el propietario de los grandes almacenes Palacio de Hierro (el Corte Inglés mexicano), la tercera fortuna del país. "Nos está costando un poco más porque los trámites en la aduana son muy largos, y nosotros renovamos los productos cada semana".

Ale-Hop ha abierto cerca de 40 tiendas en el último año, contando las franquicias (además del extranjero, tiene un franquiciado en el País Vasco de la etapa anterior, con 11 tiendas y que sigue levantando persianas, otro en Galicia con dos, y dos más en Torremolinos y Fuerteventura). Pero la empresa sigue fiel a su modelo de tienda propia y autofinanciación con el ahorro, que ha llevado a su red a alcanzar los 250 puntos de venta y los 1.600 empleados

La firma quiere dotarse de una estructura logística adecuada para soportar los crecimientos previstos en los volúmenes de las mercancías que mueve. Y para ello, aunque nació en Ondara, está apostando por la comarca de La Safor, en la vecina provincia de València. Primero con la apertura de una plataforma logística de 20.000 metros cuadrados en Bellreguard, a la que en 2019 trasladó su sede social, y después con la previsión de construir tres nuevos centros en la misma comarca. El objetivo es que no se vuelva a producir un cuello de botella logístico que frene la expansión de Ale-Hop, como el que se encontraron en 2017, y la falta de suelo en la Marina Alta ha llevado a la empresa a mudarse a la comarca vecina.

El responsable de Ale-Hop señaló que la empresa ha adquirido suelos en las localidades de Oliva, Tavernes y Gandía, para construir tres centros logísticos que permitan mantener el ritmo de crecimiento, con "unas expectativas muy altas". Estos nuevos centros se sumarán a los 30.000 metros de los que ya dispone la cadena entre Bellreguard y Ondara. En lo que se refiere al centro de Oliva, el más avanzado, se ubicará en el Polígono El Brosquil, con una inversión que ronda los 16 millones de euros. El nuevo centro se establecerá en una parcela de 30.000 metros cuadrados, donde la construcción será en una superficie de 20.000 metros.

El nuevo Ale-Hop postpandemia: en los barrios y online

El covid llevó a la familia Grimalt a revisar su modelo de negocio y apostar por estrategias que hasta entonces había descartado. Históricamente, desde que la firma dio con la tecla en su primera tienda de Benidorm en 2003 (había abierto su primer establecimiento en la calle La Paz de València dos años antes), Ale-Hop se ha dedicado a "vender cosas divertidas a turistas", tal como la definió el patriarca, Vicente Grimalt, hace unos años. Sin embargo, la pandemia dejó a la empresa sin tiendas primero, con el cierre forzoso, y sin turistas una vez reabiertas, con las restricciones a la movilidad. Y llegó la reinvención: Ale-Hop ha empezado a apostar por los barrios y por las ciudades menos turísticas (están a punto de hacerlo en Cáceres), pensando en el comprador local. Y para ello ha cambiado el mix de productos, introduciendo por ejemplo pequeños electrodomésticos

Pero además, aunque los Grimalt siempre habían sido reacios a abrir un ecommerce porque su modelo de negocio son las 'compras por impulso', la pandemia también les obligó a replanteárselo. "Lo bueno es que lo teníamos avanzado, aunque lo habíamos metido en un cajón, y en tres meses lo pusimos en marcha", indicó Darío Grimalt. Eso sí, admitió que "funciona justito, en el canal online hay mucha competencia y vamos muy retrasados, así que tenemos previsto invertir mucho para mejorar nuestra visibilidad".

La pandemia hundió la facturación de una empresa que hasta entonces era de las más rentables de la Comunitat Valenciana, con 140 millones de facturación y 30 de beneficio neto en 2019. En el ejercicio 2021 se recuperó algo, pero aún sigue por debajo de las mejores cifras de su historia. Toda esta estrategia busca devolver a Ale-Hop a las cifras prepandemia, cuando apuntaba a los 170 millones de ventas. De ahí la avalancha de aperturas (aprovechando los bajos precios por el cierre de otros comercios), la inversión en el canal online y el crecimiento exterior. "Los fondos de inversión nos siguen llamando, pero no los escuchamos".

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