Churrerías sí, zumo de naranja no: Galiana impide su venta ambulante desde el 1 de marzo

VALÈNCIA. Los puestos ambulantes de venta de zumo de naranja tienen fecha de caducidad en València. La empresa gestora de este servicio, Suquet, tiene previsto abandonar las calles de la ciudad más pronto que tarde tras la negativa reiterada de la Concejalía de Comercio que dirige Carlos Galiana de ampliarles el plazo de autorización de venta más allá de cuatro meses, lo que actualmente tienen permitido. 

La 'batalla' viene de largo. Al menos desde hace tres años lleva reclamando Pere Serra, su promotor y gestor principal, ofrecer este servicio por un periodo mayor, dado que el permiso concedido por el Ayuntamiento de València limita su actividad a un cuatrimestre; en concreto, noviembre, diciembre, enero y febrero. Un plazo que, asegura, resulta insuficiente para que el negocio sea viable en términos económicos. 

Los gastos que implican el mantenimiento de la plantilla, el alquiler del almacén donde guardan los 'carritos' que cada noche deben retirar de la calzada -algo que no se exige, por contra, a las actuales churrerías-, o la inversión en la compra de un camión para trasladar el material, frente a los ingresos que generan cuatro meses de venta han hecho que se desequilibre la balanza. De hecho, de las tres personas que solicitaron inicialmente la licencia, dos ya han tirado la toalla. 

En mayo de 2022, los tres reclamaron a la Concejalía de Galiana ampliar el periodo de venta de zumo de naranja con denominación de origen o Indicación Geográfica Protegida (IGP), teniendo en cuenta que el calendario oficial de cosecha de esta fruta valenciana abarca de octubre a junio. Es decir, nueve meses, de los cuales tan solo pueden aprovechar menos de la mitad porque así lo impide la ordenanza municipal que regula la venta no sedentaria. 

La misma normativa posibilita, no obstante, la venta de horchata desde el 1 de marzo al 31 de octubre cada año, siempre y cuando la chufa sea denominación de origen (D. O.). Un tubérculo que se planta entre los meses de abril a mayo y se recolecta de noviembre a enero para, posteriormente, secarse durante un trimestre y, entonces sí, comercializarse. La horchata D. O., por tanto, se puede vender a partir de marzo. Sin embargo, a pesar de que su colecta abarca tres meses, tiene un periodo concedido para su venta ambulante de ocho meses. 

En base a este precedente, los tres interesados reclamaron al Ayuntamiento de València que se les ampliara el permiso: si la cosecha de sus naranjas con IGP cubría nueve meses, no entendían por qué se les limitaba la venta a un cuatrimestre. Y menos aún, que lo hicieran amparándose en la misma ordenanza que regula la venta de la horchata. En definitiva, buscaban una igualdad de condiciones para poder desarrollar su actividad económica. 

Previamente, en febrero del año pasado, la Unió de Llauradors ya se había dirigido al Consistorio para solicitar lo mismo. Además, permitiría ampliar el margen para que la venta de zumo llegase al mes de marzo, cuando la ciudad recibe una importante cantidad de turistas por la celebración de las Fallas, lo que supondría aumentar el nivel de ventas y dar a conocer el producto en el exterior. Pero la respuesta fue la misma: que no. 

Los argumentos ofrecidos por el departamento municipal tampoco ahondan en exceso en los motivos de la decisión. "Las autorizaciones para la venta de zumo de naranja tienen el carácter de temporales y excepcionales, y aceptar la solicitud de la entidad interesada supone que la venta de zumo de naranja se realice entre el 1 de noviembre y el 31 de mayo, perdiendo desde todo punto de vista el carácter excepcional, dado que supondría autorizar la venta durante siete meses al año, no resultando conveniente teniendo en cuenta que las autorizaciones para la venta suponen un uso especial del dominio público por su intensidad, afectando al resto de la ciudadanía".

La respuesta, así, cuestiona que la venta ambulante de zumo de naranja con denominación de origen pueda ser de siete meses porque eso le haría perder el carácter "temporal y excepcional", si bien el permiso para la horchata es aún mayor: ocho meses. 

Desde la Concejalía explican que la ordenanza municipal fue aprobada por unanimidad en su día y no tienen competencias para poder modificarla ellos mismos por su cuenta, sino que es algo que un grupo debe instar a que se lleve a cabo. Añaden además que el área competente para autorizar, en este caso, la ocupación de la vía pública es Dominio Público, dado que Cultura Festiva solo concede este tipo de permisos en época de Fallas a las agrupaciones falleras para que puedan instalar churrerías o buñolerías. 

Campañas de promoción de la Generalitat

La resolución por parte de la Concejalía de Comercio que impide en la práctica una mayor promoción de este producto choca frontalmente con campañas que, por contra, está realizando la Generalitat Valenciana o el propio Ayuntamiento. 

El año pasado, el president de la Generalitat Ximo Puig presentó 'Valenciana', la nueva marca y campaña para identificar a los cítricos valencianos. Con esta iniciativa impulsada por el Consell, el Gobierno valenciano buscaba que España y Europa relacionasen la fruta con la Comunitat Valenciana. 

Además, hace apenas unas semanas, de nuevo el jefe del Consell junto a la consellera de Agricultura, Isaura Navarro, anunciaron que la Generalitat impulsaría la campaña de promoción 'Naranja Valenciana' a nivel estatal durante 2023 e internacional en el medio plazo, con el objetivo de que se vaya consolidando e introduciendo en tiendas y supermercados.

Por su parte, huelga recordar, el propio Cap i Casal junto con Fotur realiza anualmente la Naranjada y Horchatada para dar ambos productos a conocer y la acción consiste, principalmente, en repartir zumos y horchatas a los vecinos de la ciudad. Un evento que habitualmente tiende a celebrarse en marzo, un mes en el que los carritos de Suquet ya están fuera de la venta ambulante.