VALÈNCIA. Un total de 12 familias residentes en Alboraya han denunciado incidencias a la hora de escolarizar a sus hijos de tres y cuatro años en el colegio público CEIP Cervantes. Según han compartido en un comunicado, el problema se debe a la escasez de plazas disponibles, por lo que han iniciado un proceso de recogida de firmas con el objetivo de aumentar la oferta educativa pública de la localidad.
"Llevamos 48 horas de infarto. Por un error de la administración nuestros niños y niñas se han quedado sin plaza en la escuela de primera opción (CEIP Cervantes) que habíamos elegido por motivos de proximidad, conciliación y laicidad. Esta situación se ha provocado porque no se ha abierto una segunda línea de tres años en el colegio, a pesar de que se nos aseguró que sí se haría en caso de haber demanda", expresa el portavoz del colectivo de afectados, Edu Comelles.
Tal y como indica, para este curso hay ofertadas 28 plazas en las escuelas públicas de Alboraya frente a las 116 de las concertadas. De esta manera, muchos de los menores tendrán que recurrir a su segunda opción, el Ausiàs March, al ámbito concertado o incluso desplazarse fuera del núcleo urbano hasta el CEIP Patacona. Además, una familia con dos niños no ha obtenido plaza en ningún lado.
"La Patacona está prácticamente en otro pueblo, a dos kilómetros, y está incomunicado a pie, hay que ir coche o autobús. Tendría más sentido que ir a Benimaclet, que son dos paradas en metro, que a la Patacona que es el que nos toca por zona", apunta.
Ante esta situación, los padres y madres han optado por presentar una alegación conjunta y, a la espera de la resolución, han promovido una movilización que ha comenzado a dar sus frutos, ya que han conseguido reunir un total de 200 firmas en apenas seis horas. De esta manera, piden apoyo a la ciudadanía para ejercer más presión e insisten en que la petición responde a necesidades de conciliación y proximidad.
"Hay 38 niños y niñas que han pedido entrar a Infantil tres años en el CEIP Cervantes el próximo curso, cifra que permite crear una segunda línea", destacan desde el colectivo. Además, subrayan que permitiría reducir la ratio actual —las clases están saturadas— y, en consecuencia, mejorar la calidad de la educación en las aulas.
Asimismo, Comelles señala que la dirección del centro se ha mostrado "muy receptiva", al igual que la AMPA y el Ayuntamiento, aunque las competencias recaen en Conselleria. Por ello, piden la revisión de la decisión y exigen que se abra esa segunda línea que consideran necesaria.