Ventanilla única

Esta misma semana desembarcaban en Feria Alicante (la antigua IFA) nada más ni nada menos que tres conselleras del Consell de la Generalitat para mantener un encuentro con los empresarios. Uno de los anuncios más gordos que se realizaron corrió a cargo de Nuria Montes, consellera de Industria, Comercio y Turismo (e Innovación): se llama el Plan Simplifica y consiste en crear una ventanilla única con atención personalizada para las pequeñas y medianas empresas, 'pymes', con el fin de desenredar trámites y agilizar las ayudas que presta la Administración autonómica (y una buena pléyade de ayuntamientos, incluidas las tres diputaciones provinciales). Convendría aplicar unas dosis profilácticas de escepticismo con este tipo de anuncios.

En un país que padece esclerosis burocrática a todos los niveles, donde pedir una cita previa para la Seguridad Social puede resultar hasta una odisea, no digo ya tramitar una licencia de obras, hay que aplicar prudencia en la retórica porque lo que vino a decir doña Montes es que a partir de ahora todo pequeño empresario tendrá a su disposición una especie de amiguito o amiguita en la Administración autonómica, un coacht, para que le aclare dudas y le ayude con el papeleo: tiemblen las asesorías y gabinetes jurídicos; la Generalitat les va a quitar faena.

Se da la circunstancia añadida de que esa idea es más vieja que la tos. No hace falta irse hasta Fraga Iribarne (el primero que acuñó el concepto de “ventanilla única”). Nos podemos ir a los sucesivos anuncios de estos últimos años, con el Botànic, o al propio programa electoral del PSPV-PSOE. Ximo Puig: “Agilizaremos la Oficina de Simplificación Administrativa para agilizar todos los trámites burocráticos”. Descubrir el Mediterráneo a estas alturas del partido tiene sus riesgos. Bienvenidas sean en cualquier caso las buenas intenciones y el ímpetu por quitar grasa a la Administración. Mientras, colocamos a los nuestros, los suyos, en puestos claves. Alejandro Morant , alcalde de Busot, nuevo director general de Feria Alicante. Morant, el mismo que hace tres años acusó al Gobierno de la nación de que el único turismo que se estaba fomentando es el de la patera [sic]. O el mismo que abogó en 2018 por deportaciones masivas de migrantes...En fin, se le ha dado “una salida digna” por los servicios prestados. Vamos a dejarlo aquí.

Nuria Montes, acompañada de Ruth Merino (Hacienda) y Salomé Pradas (Medio Ambiente) lanzó más que nada varios desiderátum, como relanzar la industria manufacturera que ahora supone en 15% del PIB autonómico para alcanzar el 20%. ¿Y eso cómo se hace? Una ironía, no más. Albergo la impresión de que el Consell está preso de una locuacidad inédita para compensar la espesez y lentitud en conformar los distintos escalones de la Generalitat y para tapar algún que otro disgusto como la fulminante destitución del subsecretario de Justicia, Luis Manuel Martín Domínguez (Vox) quien ocultó una condena por violencia de género ocurrida en 2011. ¡Ay¡ La Santa Compaña con el catedrático Carlos Flores Juberías, ahora de diputado en el Congreso, en una insólita operación de quita y pon.

En esta locuacidad inédita me quedo con dos super-anuncios que han emanado desde el mismísimo president, Carlos Mazón: 1) La creación durante esta legislatura de 10.000 viviendas sociales. 2) Echar mano de entidades colaboradoras (colegios profesionales, empresas acreditadas) para desastacar las licencias de obras que duermen el sueño de los justos en los inmensos cajones/armarios de la burocracia. Vamos a dejar estar determinados cambios de cromos o cambios de nomenklatura: El Comité de Salud Mental se va a llamar ahora Oficina Estratégica de Salud Mental con una visión “más transversal”. El cambiazo me da igual; lo importante es que han nombrado para este puesto al psiquiatra Pérez Gálvez, un profesional de reconocido prestigio, abierto y dialogante. Los retos son inmensos. Cito uno de cien: crear una red pública de asistencia de choque para adolescente y jóvenes con problema de trastorno de personalidad (que incluye los trastornos alimentarios). Por fa.

CODA: El escritor Javier Cercas, votante socialista, pegó el otro día un trallazo insólito en una tribuna en El País en contra de aceptar una amnistía general a los condenados por el procés . Ni cien artículos de Federico Jiménez Losantos podrían ser tan convincentes. No son solo los dinosaurios del PSOE los que braman contra la amnistía. La calle arde, lo mismo que arde Cercas que matiza a la perfección la Amnistía del 77 (anulando las sentencias contra los anti-franquistas, aunque también se aprovecharan algunos indeseables) que la fantochada que reclama Puigdemont que sería legalizar la ilegalidad (el pseudo-referéndum del 1 de octubre de 2017). Yo solo veo una solución al embrollo que hay: elecciones anticipadas. Y rebajar el tono. El PP ha convocado una protesta cívica contra una posible Ley de Amnistía, no una rebelión nacional, menos aún un golpe de Estado institucional. Construyendo barricadas; uffff.